ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Tiempo Del Capitalismo

normalicia192331 de Mayo de 2014

7.149 Palabras (29 Páginas)234 Visitas

Página 1 de 29

EL TIEMPO DEL CAPITALISMO (2)

EL CAPITALISMO ENTENDIDO COMO UNA INCORRECTA COMPRENSIÓN DEL TIEMPO (2)

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. Representa un ángel que parece a punto de alejarse de algo a lo que mira atónito. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas extendidas. El Ángel de la Historia debe de ser parecido. Ha vuelto su rostro hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una cadena de acaecimientos él ve una única catástrofe que acumula sin cesar ruinas y más ruinas y se las vuelca a los pies. Querría demorarse, despertar a los muertos y componer el destrozo. Pero del Paraíso sopla un vendaval que se le ha enredado en las alas y es tan fuerte que el Ángel no puede ya cerrarlas. El vendaval le empuja imparable hacia el futuro al que él vuelve la espalda, mientras el cúmulo de ruinas ante él crece hacia el cielo.

Ese vendaval es lo que nosotros llamamos progreso.

(Pues como dice el autor que el vendaval es el progreso entonces el paraíso es el mundo en que vivimos despertar entre los muertos seria nosotros que por la tecnología avanzada y por el progreso ya no pensamos por nosotros m ismos)

Walter Benjamin.

EL CAPITALISMO ENTENDIDO COMO UNA INCORRECTA COMPRENSIÓN DEL TIEMPO.

Se ha escrito mucho sobre los orígenes y causas del sistema que Carlos Marx definió como capitalismo. En las últimas décadas, con el auge de conceptos procedentes de la ecología social, apareció el término turbo-capitalismo, que venía a explicar que en el sistema capitalista: por su propio desarrollo, por la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunicación al sector financiero, por el aumento de la velocidad del transporte basado en los combustibles fósiles… se producía una aceleración cada vez mayor en los flujos de mercancías físicas o virtuales.(pero recapacitemos un momento es verdad que el progreso es bueno, pues de cierta manera el progreso es exelente siempre y cuando sea beneficio de las persona y no lastimemos con el progreso a tercero, que quiero decir que el progreso es bueno si pero que lamentablemente la naturaleza se esta acabando y esto es gracias al progreso.). Es decir, que el capitalismo se desbocaba de forma creciente, resultando cada vez más inabarcable para la escala humana; y también más frágil y proclive a sufrir crisis cada vez más frecuentes y globales. (es que no pensamos, no vayamos tan lejos ahorita estamos viviendo una crisis más porque el país hace estas reformas para poder pedir préstamos pero seamos muy sinceros en verdad ese dinero lo vemos los mexicanos, claro que ese dinero más que nada son para los lujos presidenciales.).

El fenómeno de la llamada globalización implicaba también, además de un ensanchamiento del espacio capitalista, un estrechamiento del tiempo, un fenómeno que en Retazos de La Red (1), describía como “todo en todas partes y al mismo tiempo”. (Pues en parte la globalización es buena porque es conocimiento pero hay veces que no como es en el caso de la mercadotecnia)

En palabras de Yayo Herrera (2) “Vemos que los aspectos más sobresalientes de la crisis ecológica actual mundial también pueden ser analizados como desajustes y conflictos en clave de tiempo, en clave de uso de tiempo.(esta palabra es tan sabia.). Las sociedades denominadas más desarrolladas, en las sociedades más ricas, sufrimos una enfermedad grave que es la del hambre de tiempo, es decir nos falta tiempo básicamente para todo. Y este hambre de tiempo está muy relacionado, causado directamente, precisamente por el culto a la velocidad, es decir, por la aceleración de ritmos, por la compartimentación de la vida cotidiana, por la dilatación de los trayectos, por la centralidad del tiempo dedicado al trabajo asalariado, por la hacinación en núcleos urbanos…” (esto están pero tan cierto que estamos viviendo tan deprisa todo el mundo dice “no me alcanza las 24 horas del dia para logras mis objetivos de vida” pero lo que pasa es que nosotros queremos hacer a la velocidad de la tecnología y eso jamás se va a poder superar.).

La pregunta que me surgió entonces fue si este proceso es algo nuevo, algo que surge a finales del siglo XX; o más bien es una característica inherente del sistema capitalista desde sus orígenes, que simplemente se ha acentuado con el desarrollo tecnológico. 8yo siento que es mas del capitalismo como una forma de verde la producción ya que es como si estuviéramos vendiendo nuestra libertad para mi es eso.).

Desde luego, la respuesta a esta pregunta excede las posibilidades de este pequeño ensayo, por lo que solamente esbozaré unas pinceladas que puedan contribuir a concretarla.

Obviamente, deberemos comenzar por tratar de entender esos dos conceptos, nada simples, que son el tiempo y el capitalismo, para luego tratar de relacionarlos.

Primero, debemos entender que el sistema de mercado: la oferta y la demanda como motor de la historia, es un acontecimiento muy reciente. Como escribe Karl Polanyi (3) el sistema de mercado -que no el mercado en sí o la compra venta- incluida la conversión del trabajo en mercancía, es relativamente reciente. Algunos lo sitúan en el siglo XVII con la primera bolsa de valores en Ámsterdam, o incluso más tarde con la revolución industrial inglesa. En la antigüedad, en la edad media, e incluso en la época moderna existen otras formas dominantes de economía. Sólo mas tarde, el sistema de mercado se extiende por el espacio en cuatro momentos: conquista, colonialismo, imperialismo, globalización… se interna en nuestra cotidianidad y acaba por colonizar el tiempo.

Santiago Alba (4) lo expresaba de forma poética explicando como el mercado rompe los muros que tradicionalmente lo cercaron, deja de ser un lugar delimitado en el espacio, se extiende por la ciudad, por los campos, los bosques… entra en nuestros cuerpos, coloniza el tiempo…

Tal vez, podamos entender el capitalismo más allá de su definición clásica basada en los conceptos de mercancía y plusvalía, conceptos que sin duda sigue siendo válidos. Es decir, examinarlo en su aspecto temporal.

No descubro nada nuevo al decir que el capitalismo no hubiera sido posible sin una forma más exacta de medir el tiempo, con la aparición y desarrollo del reloj, que permitía sistematizar la producción en franjas horarias cada vez más precisas; un proceso que se aceleró con la tecnología digital. La cadena de producción, que sustituyó al trabajo artesanal -además de convertir el trabajo en mercancía- también implicó una disminución del tiempo destinado a la construcción de objetos; que supuso a su vez una merma en la calidad de esos objetos.

Esto es algo que ya denunciaba el movimiento ludita (5) en los comienzos de la era industrial en Inglaterra. Con el tiempo, “la chapuza” en la producción industrial, se ve agravada cada vez más, pues los objetos duran cada vez menos y el tiempo empleado para producirlos tiende a reducirse. En la novela de ciencia ficción Retazos de la Red, los arqueólogos del futuro que analizan nuestra sociedad se dan cuenta de que “Los objetos de la primera parte del imperio eran mucho más sólidos, y que por tanto habían resistido mucho mejor el paso del tiempo” (6) Una idea que desde el ensayo político se conoce hoy como obsolescencia programada (7)

En el terreno de la representación de la realidad la aparición del cine y la tecnología audiovisual es otro avance hacia una representación de las cosas cada vez más vertiginosa. En las primeras películas la realidad se representaba así: un hombre, baja de un coche, sale a la calle, recorre la acera, entra en un portal, sube las escaleras, llama a la puerta, le abren… Una película actual, en cambio, pasa directamente del coche al interior del piso donde se desarrolla la acción principal; es decir, de alguna manera a través del uso de la elipsis se devora el tiempo real. Esto no tiene por qué estar mal en una película, pero si sucede en la realidad vivimos una vida demediada; nos perdemos el camino en un viaje, en una relación el proceso de seducción…

Disponemos por tanto de la intuición de que una de las claves del capitalismo, la consecución del mayor beneficio en el menor tiempo posible, implica de hecho la aceleración de la manera en que percibimos y medimos el tiempo.

¿Y el tiempo? Más allá del debate filosófico, o físico-matemático, sobre qué es en realidad el tiempo; parece evidente que en las sociedades tradicionales la percepción de tiempo responde a una geometría circular, o cíclica, y que sólo con el desarrollo del capitalismo y la generalización de la economía de mercado, se impone una idea lineal del tiempo.

Jorge Riechmann (8) va más allá, y habla de economía cíclica natural en oposición a economía industrial capitalista lineal: “En la economía cíclica natural cada residuo de un proceso se convierte en la materia prima de otro: los ciclos se cierran. Por el contrario, la economía industrial capitalista desarrollada en los últimos dos siglos, considerada en relación con los flujos de materia y de energía, es de naturaleza lineal: los recursos quedan desconectados de los residuos y los ciclos no se cierran”.

Pero también del campo de la ciencia sacamos los profanos la conclusión de que tiempo y espacio están íntimamente relacionados, y ambos a su vez con el concepto de velocidad. No entraré en ello, aunque sería de gran interés si se pudieran aplicar las nuevas teorías sobre el espacio-tiempo al terreno de las ciencias sociales. Algo que no tengo del todo claro, pues separan a ambos ámbitos abismales diferencias de escala, que nos pueden llevar a mezclar conceptos de forma

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (44 Kb)
Leer 28 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com