El estado de naturaleza

El estado de naturaleza

• Thomas Hobbes

En el Estado de naturaleza el hombre tiene igualdad de condiciones físicas y psicológicas y por tal razón se genera un conflicto de todos contra todos, ya que nadie es mayor que nadie , en dónde cada individuo tiene una habilidad que no sabe si le va a garantizar su subsistencia ( vida, propiedad, seguridad, etc.) Por eso prevalece el ego propio sobre el de los demás, y por tal motivo Hobbes considera al hombre malo por naturaleza.

Debido a esto y para evitar tal conflicto aparece un cuerpo artificial producto del razonamiento, el Estado que Hobbes lo llama “El Leviatán”, en donde el hombre hace un pacto en el cual renuncian de forma conjunta a sus libertades individuales de valerse por sí mismos por una seguridad, que sería dada por las leyes ya que estás eran la voluntad general en la cual se somete a todos por igual.

• Jean-Jacques Rousseau 

En el estado de naturaleza el hombre no lo considera ni bueno ni malo sino que la sociedad es quien lo corrompe y envicia por medio de la propiedad privada y división del trabajo ya que hay una parte de los hombres que se vuelven más que otros. Este nos dice que el hombre es el producto de lo que la sociedad hizo de él.

De Este estado natural deriva una voluntad general que es quien nos va a obligar y esperar de los demás (reciprocidad) y así poder aplicar los principios de justicia a través de los velos de la ignorancia que es dejar de lado quien es cada individuo (sexo, raza, color, posición social, etc.) para tomar decisiones con un buen común y por eso el estado es quien se debe encargar que la ley cumplan en pos de un bien común .

La banalidad del mal

Hannah Arendt, siguió el juicio a Adolf Eichmann como representante de la revista estadounidense The New Yorker, dando pie a definir la banalidad del mal.

Ella nos explica cómo las  personas  son capaces de cometer grandes males o atrocidades aparentando ser normales. Habla de las personas que no se consideran culpables de un mal colectivo ni individual aunque hayan participado o formado parte de alguna manera en él, lo ven como algo sin importancia, que únicamente obedecen y siguen las órdenes de alguien por encima de ellos, y esa obediencia ciega, inconsciente sobre las consecuencias de esos actos, la perdida de razonamiento y saber que es el bien y el mal nos  llevan a ese mal final.

Por tal motivo Eichmann no respondía a los rasgos de un monstruo ni de alguien mentalmente enfermo. Su motor fue funcionar dentro de un sistema  basado en el exterminio. No tenía sentimiento del bien  o el mal en sus actos,  No se preocupó por las consecuencias de lo que hizo sólo por el cumplimiento de las órdenes y la ausencia de pensamiento y de capacidad reflexiva.

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