Ensayo Crítico De La Peste, De Albert Camus
DavidAV9221 de Febrero de 2014
3.921 Palabras (16 Páginas)1.927 Visitas
Ensayo Crítico: La Peste.
Capítulo I
El narrador relata que Oran (lugar donde se desarrolla la historia) es una cuidad comercial, un poco olvidada y sucia en donde ni los pájaros quieren cantar, se hace mención a que Oran es una cuidad sólo para sanos en salud, porque para enfermos sería muy pesada, esto es por el trajín de la cuidad. La historia continúa cuando el Dr. Rieux, al salir por la mañana se encuentra una rata muerta en los escalones de su casa, sucedido esto comunica al portero la situación, en ese momento al portero le pareció muy raro el hecho de que haya aparecido una rata de la nada, porque en aquella casa no había ratas y entonces él pensó que le estaban jugando una broma, puesto que al día siguiente el portero encontró otras 3 ratas, y por este motivo se enfadó y quiso encontrar a los culpables.
Por otro lado el Dr. Rieux tenía que dejar que su mujer saliese de la cuidad puesto que se encontraba enferma y necesitaba un mejor lugar para recuperarse, la misma tarde el Dr. Rieux recibió la visita de un periodista llamado Rambert que buscaba un documental para un periódico local, el doctor no pudo ayudarlo pero le comentó sobre la cantidad de ratas muertas en la cuidad, insinuando que esa podría ser una buena noticia. Seguido de esto, en los días siguientes la cantidad de ratas muertas fue progresando, el doctor aviso al Servicio Municipal de Desratización y éste se puso a trabajar, todas las mañanas se hacía la limpieza de las calles y la cantidad de ratas recogidas aumentaba en cientos de un día para otro, esto preocupó a todos, y hasta que ya no se recogieron más fue cuando el pueblo estalló en alegría y se sintió aliviado, pero luego, empezaron las consecuencias de todo.
Michel, el portero, se encontraba enfermo, tenía escalofríos, fiebre por encima de 40ºC y ganglios inflamados y duros; estos acabaron con la vida del portero. Luego se relatan las narraciones de Tarrou, un personaje recién llegado a la cuidad que vivía en un hotel. Tarrou menciona algunos casos y datos curiosos con los que se había ido encontrando durante su estancia en la ciudad y además, añade la cantidad de casos de fiebre de causa desconocida.
El Dr. Rieux llama a su colega Richard, quien también tiene 2 casos de fallecimiento con los mismos síntomas del portero, esto preocupa a los médicos. Después, el Dr. Rieux acude a la comisaría para hablar asuntos sobre el posible suicidio de Cottard y luego de eso el Dr. Rieux hizo algunas visitas y se encontró con muchos casos de fiebre e inflamación de los ganglios inguinales, los casos de fallecimientos de personas se elevaron y el Dr. Rieux junto con el Dr. Castel, un médico veterano, llegaron a la conclusión que se trataba de peste.
Se emprendió una campaña de saneamiento preventivo, lo que no agradó tanto al Dr. Rieux puesto que todo era más grave y había que tomárselo de la manera debida. El Dr. Richard, pensaba en readecuar una escuela para los pacientes ya que los hospitales se encontraban repletos, el Dr. Castel se la pasaba leyendo e investigando, porque creía que la peste se transmitía por picaduras de pulgas proveniente de las ratas muertas, pero el número de fallecimientos subió exageradamente en los siguientes días y con esto concluyeron que las medidas sanitarias eran insuficientes y que se necesitaba la ayuda del gobierno, los sueros llegaron pero eran insuficientes, el número de muertes se redujo y luego ese número subió de nuevo. El Dr. Rieux habló con el prefecto y definitivamente aclararon que se debía cerrar la cuidad.
Mi opinión sobre esta primera parte es que, al vivir todos es una ciudad donde nunca sucedía algo fuera de lo común y donde todos se ocupaban únicamente de vivir sus vidas y llevarlas al mismo ritmo siempre para no salirse del margen, y donde casi todos hacían las cosas para sí mismos, en pro de su beneficio, una situación como esta dejó a todos horrorizados y aturdidos. El hecho de verse afectados por una situación que hasta ese momento nadie hubiese imaginado qué magnitudes podría alcanzar, siento que frustra a los habitantes de Oran, ya que conforme todo se vuelve peor, la situación alcanza cada vez más todo aspecto de la vida de las personas de la historia, desde su más profunda intimidad hasta la vida social, para ponerlos a luchar a todos contra todo tipo de sentimiento, en comunidad. Tal vez la gente de Oran se negaba a ver la situación al principio, ya que concebían que lo que estaba ocurriendo era algo muy irreal, porque nunca nadie está preparado para algo grande, como la peste de la que habla el libro y siento que a veces estamos tan ocupados viviendo nuestras vidas que olvidamos prevenir que algo podría salirse de control. Camus escribe al respecto: “La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar y no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan y los humanistas en primer lugar porque no han tomado precauciones” (Pág. 36.)
Capítulo II
En esta parte, el autor nos narra cómo se sintió toda la cuidad al ser separada del resto del mundo, luego de cerrarse las puertas, los ciudadanos empezaron a extrañar a sus seres queridos, al principio se mandaban cartas pero después los guardias se dieron cuenta de la magnitud de la epidemia y prohibieron todo tipo de comunicación por medio de cartas, puesto que éstas podían ser foco de contagio. Algo importante es que la entrada a la cuidad estaba permitida por la salida por lo que muchos no quisieron arriesgarse a entrar, salvo la mujer del Dr. Castel que había salido de viaje días antes del desarrollo de la epidemia. Luego de esto el narrador hace hincapié en el exilio sufrido por los habitantes de Oran, puesto que se encontraban alejados del mundo exterior, entonces el pueblo entero sufría y sentía un dolor por el confinamiento provocado por la epidemia y se preguntaban cuánto tiempo duraría tal situación. Serían libres sólo hasta que la peste se haya ido.
La epidemia trajo consigo el declive del comercio, los pobladores de Oran se sentían esclavos en su propia casa, el mal humor y las pocas ganas se hacían presentes en todos lados, pero la peste no perdonaba y seguía arrebatando vidas. Oran recibía las provisiones de alimentos vía terrestre o aérea, los negocios se perdieron, puesto que no había suministros, además la cuidad tuvo que hacer restricciones de electricidad y solo algunos vehículos eran utilizados. En los días siguientes al cierre de la cuidad el Dr., Rieux se encuentró con Cottard, Grand y Rambert, con los que tiene conversaciones acerca de lo sucedido, de las muertes y de la desesperación al sufrir un acontecimiento de esas magnitudes, además Rambert le pide al Dr. Rieux que lo ayudara a salir puesto que él tenía a su esposa en París, y le habían negado enviarle correspondencia para avisar lo sucedido. Rambert se enojó con el doctor puesto que éste no le ayudo con un certificado de no estar contagiado con la enfermedad, para así poder salir de la cuidad. El Dr. Rieux se sentía cansado y nervioso por lo sucedido además que su mujer no estaba junto a él. Rambert al igual que algunos otros habitantes trataban de salir a cualquier precio de Oran, pero esto no tenía resultado, además la iglesia comenzó a realizar misas con algunas intervenciones de los párrocos.
Llegó la primavera, todo se llenó de flores, se respiraba un aire diferente, el color de los días era diferente, la playa lucía fabulosa, pero no podía ser disfrutada por los ciudadanos. El prefecto, junto con el Dr. Rieux formó un voluntariado para los cuidados de los pacientes hospitalizados.
En este capítulo podemos ver cómo los personajes comienzan a sensibilizarse con toda la gente a pesar de lo que ellos mismos debieron haber sentido, se dan cuenta que la situación no está mejorando y que ellos mismos tienen que hacer algo también por la gente. La población se sentía perdida, desesperanzada, pensaban en el pasado, en lo horrible de su presente y que tal vez deberían renunciar a su futuro. Aun así, todavía reinaba un individualismo exacerbado que se evidenciaba entre los que aún no contraían el virus y los afectados que luchaban por una cura para sus males. Cada quien debía ensimismarse y sufrir en silencio su propio dolor.
Al principio, en el primer capítulo, se menciona que la ciudad era horrible, incluso tal vez, los habitantes vivían con esto, pero hasta ahora esto me hace pensar que incluso cuando todo está mal, en realidad no lo está tanto, y creemos que es malo sólo porque no nos agrada, y al igual que como mencioné antes nunca estamos preparados para algo que puede sorprendernos, sobre todo si este “algo”, es malo. Tampoco estamos conscientes de que si las cosas están mal, se pueden poner peor. Pero pese a que un mal mayor aquejaba a los exiliados, en otros, aun había esperanza. El sentimiento del amor logra prevalecer en muchos de los individuos como algo personal, muy dentro de sí. Camus escribe: “En el egoísmo del amor les preservaba, y si pensaban en la peste era solamente en la medida en que podía poner a su separación en el peligro de ser eterna” (Pág. 67).
Capítulo III.
En este capítulo se menciona cómo la rebeldía de los habitantes que no soportaban el exilio volvió caótica a la ciudad, los incendios producidos aumentaron así como también los robos a las casas de algunos habitantes, lo mismo que hizo tomar medidas drásticas como fusilamientos y encarcelamientos. Nos cuenta igual, sobre los entierros de los fallecidos, no se realizaban velorios, únicamente el cadáver era llevado al entierro por medio de automóvil, no se podía hacer nada más, el alto número de muertes
...