Ensayo sobre la dependencia de la Filosofía

La dependencia en la filosofía.

María Alejandra Serrano Gómez.

Universidad Industrial de Santander.

Facultad de Ciencias Humanas

Filosofía

Santander, Bucaramanga

2021

La dependencia en la filosofía.

La autora Mary Midgley en su ensayo “Dignidad y dependencia” del libro Delfines, Sexo y Utopías, nos hace una serie de análisis sobre la dependencia en la que caen las personas con la filosofía. Pues, si bien es cierto la autora nos recalca que la filosofía es tan importante como la comida, también enfatiza en que las personas hacen un uso de esta para sentirse superior a los demás y aunque la filosofía nos eleve nuestro ego, también es claro que no la aplicamos como debería ser.

¿Por qué los que usan la filosofía tienden a ser narcisistas y prepotentes?

Es claro que Midgley nos da a entender que la filosofía es una necesidad pues la iguala con la comida y con el cobijo, esto la hace muy importante en nuestro desarrollo intelectual, sin embargo, nos lleva a que las personas abusen de ella, pues esta les hace creer que ellos tienen un conocimiento supremo. Asimismo, vamos teniendo un cierto gusto por el entendimiento, que por supuesto esto nos lo crea el conocimiento que tenemos en la filosofía. Sin embargo, también debemos entender que no la aplicamos como deberíamos, pues, aunque sí es necesaria para ir ampliando nuestro conocimiento, también es necesaria aplicarla a nuestro estilo de vida, pues vivimos en una constante confusión en la que nuestros proyectos se ven opacados por nuestro pesimismo y que gracias a las confusiones que no logramos resolver nuestros proyectos se ven estancados. Midgley cita un fragmento muy importante de Sócrates que dice lo siguiente: “A menos que reconozcamos las consiguientes confusiones vergonzosas y hagamos algo para resolverlas, es probable que ninguno de nuestros proyectos, sean grandiosos o triviales, acabe desarrollándose”.

Y es que Sócrates en este fragmento nos ilustra que no podemos tener un conocimiento pleno si nosotros tenemos un desorden mental en nuestra vida, pues, aunque tengamos mucho conocimiento no lo sabemos utilizar, pues nos enfocamos en sentirnos superiores a los demás, pero muy pocas veces aplicamos ese mismo conocimiento en nosotros, para hacer crecer nuestros proyectos y para sacarle un verdadero partido.

Vivimos intentando tener un conocimiento absoluto, teniendo un impulso constante de filosofar, pero no nos detenemos a resolver los problemas de nuestra vida real y esto mismo es porque sólo nos enfocamos en una filosofía que nos vincula y nos acerca en los problemas morales, los políticos, religiosos y científicos y no estudiamos la filosofía aplicada, en la cual analicemos críticamente los problemas de nuestra existencia y nos enfoquemos en estos primero antes de enfocarnos en un conocimiento absoluto.

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