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¿Es La Ingenuidad Del Niño El Origen De La Filosofía?


Enviado por   •  27 de Octubre de 2012  •  1.887 Palabras (8 Páginas)  •  482 Visitas

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Nuestra sociedad se caracteriza por la búsqueda incesante del saber, pero un saber que trata de optimizar las condiciones de vida y mejorar la producción, no simplemente por un amor hacia lo que es realmente importante y nos entrega una mentalidad más clara y paciente. Ejemplo de ello es la gran cantidad de auge en carreras que no promueven el pensar filosófico, si no que entregan herramientas para el manejo en ámbitos prácticos, tales como las ingenierías, la física, entre otras. Hemos dejado de lado el conocimiento trascendental para abocarnos a lo práctico, cuando obviamente no debiese ser así.

De esta misma forma, las inquietudes que en épocas anteriores rondaban y penetraban en las personas haciéndolas dudar, no existen en nuestra actualidad; ante el establecimiento de una sociedad de consumo en donde pasamos a ser consumidores en lugar de personas vamos perdiendo poco a poco la esencia del ser y nos dejamos llevar por la existencia, en vez de vivirla.

Vemos entonces como la filosofía juega un rol fundamental en nuestra actualidad; nos invita a pensar en planteamientos e ideas que van más allá del propio existir y que tratan de establecer ideas generalizables en una sociedad. Pero este filosofar debió tener un origen, algo que nos explique porque los seres humanos dentro de nuestra vivencia necesitamos centrarnos en el fluir de pensamientos y dejar volar el pensamiento.

Para la elaboración de este ensayo, nos basaremos en los postulados de un destacado pensador, Karl Jaspers, y lo que postula en su libro “La filosofía”. En este, él nos habla en el primer capítulo acerca de que se entiende por filosofía. En una de sus premisas, dice que “el pensar filosófico tiene que ser original en todo momento” y da como ejemplo las preguntas que hacen los niños. De aquí, se desprende una pregunta, quizá no substancial, pero que si nos hace cuestionar nuestro accionar; ésta es ¿Es la ingenuidad del niño, el origen del filosofar?

Es importante contestar esta pregunta ya que nos permite encontrar cual es el verdadero origen del filosofar, del pensar acerca de temas que quizás no tengan una respuesta clara pero si nos hacen reflexionar y tratar de construir categorías o cualidades respecto a tal o cual cosa. El descubrir el origen de la filosofía es tan pensado como la misma filosofía, ya que descubrir porque tratamos de pasar más allá nos hablará acerca de la esencia del ser humano. Obviamente, este ensayo hará hipótesis acerca de este tema, pero se alejaran bastante del verdadero trabajo investigativo que haga cualquier estudioso del tema. Es indispensable entender la ingenuidad del niño como un símbolo de aquella inocencia que poseemos todos; los infantes son la expresión misma, pero también los adultos son capaces de impresionarse ante tales hechos, en menor o mayor grado que otro. La ingenuidad del niño, eso sí, conlleva seguir ciertos patrones característicos de ellos que rigen su dinámica conceptual, tal como entender que su desarrollo cognitivo es menor, o que la relación con el entorno es distinta.

Este ensayo buscará contestar la pregunta considerándola errónea; el planteamiento de los niños sobre su entorno, no nos llevará a los orígenes de cual es la razón prima por la que buscamos el saber, por que filosofamos.

En su trabajo, Jaspers nos ilustra en el segundo capitulo acerca de los orígenes de la filosofía, indispensable para la exposición que proviene a continuación. En este nos explica como la filosofía mítica, -aquella que une la experiencia filosófica con la teoría como si fuera una-, nace mucho antes que el pensar metódico, aquel mas estructurado y lógico. El origen del filosofar que buscamos no es histórico, sino, como señala Jaspers, la fuente de la que mana el impulso que mueve el filosofar, lo que mueve a la mente humana a pensar.

Aclarado este punto, procederemos a desarrollar ciertas ideas que avalan la hipótesis que enfrentamos.

En primer lugar, el escrito de Jaspers se encuentra la duda, que le sigue al asombro en el proceso de origen de la filosofía. Esta es la acumulación del asombro que conserva el niño, que culminará de un modo u otro en el planteamiento de un problema. Además, se encuentra el factor que nos indica que no siempre estamos seguros de los estímulos que recibimos. Ésto se refiere por ejemplo a que cuando soñamos, creemos que vivimos en la realidad porque nuestra mente “engaña” a nuestros sentidos y nos hace pensar que es real lo que no lo es. De esta forma, no podemos confiar en la realidad respecto a lo que recibimos con los sentidos; de esta forma, nada es seguro. Esta premisa se rompe al pensar y al cuestionarse; cuando las personas se preguntan sobre el propio existir, sabemos que si existimos; de eso es lo único que podemos estar seguros.

En los niños, abundan las dudas y las certezas, pero las dudas son en realidad creadas por los adultos; los infantes arman una preconcepción en la cabeza -errada o no- de cierta realidad; los padres o adultos pueden sacarlos de aquellas seguridades e invitarlos a pensar de otra forma.

Por ejemplo, un padre interroga a su hijo de siete años acerca del origen del universo. El niño le contesta que cree que en un principio, había tierra y cielo y en la tierra había mucho lío, estaba todo muy desordenado. “¿Qué esta tan desordenado le pregunta el padre?” El niño le contesta rápidamente: “todo, la Tierra estaba muy caliente,

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