¿Existe el destino?

¿Existe el destino?

¿Existe el destino?, y si existe ¿de qué vale el esfuerzo? ¿Se puede conocer?, si todo está escrito ¿de qué vale la superación personal?, si el futuro se puede conocer ¿Dónde está mi libertad?. Ante estas preguntas late en cada corazón una sensación de que si eso es cierto, también será cierto que existe una fuerza divina o un todopoderoso que juega con nosotros o disfruta con los “Destinos”de millones de personas que sufren, pasan hambre y desolación.

Para saber si existe o no, habrá que definir lo que es El Destino. La palabra “DESTINO”, probablemente se encuentren con una definición como esta: “Dícese de acontecimientos inevitables o inalterables”. Ya la definición está llena de angustia, “es inevitable”, “no tienes control sobre esos acontecimientos”, y si no tengo control sobre acontecimientos de mi vida “seré como una marioneta de ese mismo destino”…Es lógico pensar y sentir todo esto cuando tenemos metido hasta los huesos esta definición. Desde mi punto de vista, voy a aclarar un poco el tema.

Lo primero es separar DESTINO de CAMINO PERSONAL. Creo que se ha cometido un error el confundir EL CAMINO PERSONAL que nos toca caminar a cada uno, llamándole inapropiadamente DESTINO. Entonces ¿Qué es el DESTINO? El tema del destino ha preocupado siempre al hombre. En la actualidad, sobre todo a través de los medios de comunicación, son frecuentes las consultas sobre el destino de las personas, si tendrán o no salud, si les irá bien o mal en el terreno amoroso, etc. La interpretación corre a cargo de alguien al que se le supone una capacidad especial para adivinar el futuro, (chamanes, tarot, péndulo) parece claro que tienen bastante aceptación entre la sociedad.

Sin embargo, hay bastantes personas, entre las que me incluyo, para las que el destino no es esa fuerza misteriosa que rige nuestras vidas en donde todo esta escrito como podemos leer en el diccionario, sino que el destino, en buena parte, depende de cada uno de nosotros; quiero decir que lo labramos nosotros mismos. Difícilmente se consigue algo en la vida, si previamente no se trabaja para ello.

Es verdad que hay una parte referida a la salud y a nuestra relación con los demás que no depende únicamente de nosotros, como nuestra condición de seres mortales, que ahora vivimos, pero que acabaremos muriendo.

Por tanto, "Porque Dios no nos destinó a recibir el castigo, sino a alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Jesucristo murió por nosotros, para que, ya sea que sigamos despiertos o que nos durmamos con el sueño de la muerte, vivamos juntamente con él”

1 Tesalonicenses 5,9

En conclusión: La naturaleza humana padece de impotencia radical para salvarse. Aunque por la libre elección de nuestra

...