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Dios Existe?


Enviado por   •  24 de Julio de 2012  •  1.594 Palabras (7 Páginas)  •  810 Visitas

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La existencia de Dios ha sido objeto de argumentos a favor y en contra, propuestos por filósofos, teólogos y otros pensadores.

La reflexión sobre la existencia de Dios plantea cuestiones filosóficas fundamentales, en relación con la ontología, e implica un debate entre diferentes posturas, cuya expresión habitualmente no se limita al mundo de la racionalidad, sino que se extiende al de las creencias. El teísmo y el ateísmo son las posturas teóricas favorables o contrarias a la existencia de Dios, respectivamente. Por su parte, el agnosticismo niega la posibilidad de conocer la existencia de Dios. Se han propuesto muchas denominaciones que matizan o definen con más precisión cada posible posición en este debate (panteísmo, deísmo, apateísmo, etc.)

Un problema básico es que no existe una definición universalmente aceptada de Dios. Algunas definiciones sobre Dios no son tan específicas como para permitir llegar a probar que exista una realidad que se ajuste a tales definiciones.

Los argumentos a favor de la existencia de Dios suelen incluir cuestiones metafísicas, empíricas, antropológicas y gnoseológicas. Las alegaciones en contra suelen incluir cuestiones empíricas y razonamientos deductivos o inductivos.

Aunque hace tiempo, buena parte del mundo académico occidental veía la cuestión de la existencia de Dios como un tema intocable o un pseudoproblema, esta cuestión ha vuelto a suscitar debates vivos en filosofía.

Se ha llegado a escribir: «En el mundo académico, Dios no está muerto [en referencia a la muerte de Dios descrita por Nietzsche]: volvió a la vida a finales de los años sesenta

El argumento cosmológico sostiene que hubo una «primera causa», o «motor» de todo lo existente, que es identificado como Dios.

Similar al anterior, el argumento de Aristóteles es el del Primer motor inmóvil. Es debido a que todo móvil, a su vez debe ser movido por un motor y este a su vez, debe ser movido por otro motor, de modo que la cadena de móviles necesita de un primer motor que no sea movido a su vez por otro. Sobre este Primer motor inmóvil, Aristóteles dirá que debe ser acto puro, forma pura, pues si no estuviese en acto sería imposible que pueda ser motor de algo. El libro central donde Aristóteles habla de él es Metafísica XII. Este mismo pasaje será reinterpretado por buena parte de la filosofía occidental (desde Santo Tomás de Aquino hasta Kant, y desde San Alberto Magno hasta Hegel). Así, el Primer motor funge como el principio último de la cosmología aristotélica. Mueve directamente a los astros del primer cielo, éstos tratan de imitarlo dando vueltas en círculo. El círculo responde al acto más perfecto según la mentalidad griega, pues no tiene comienzo ni fin, es continuo. Además, Aristóteles describe al Primer Motor como "gnoesis gnoeseos" (conocimiento de conocimiento), así el Primer Motor vuelve sobre sí, conociendo sólo lo más perfecto: él mismo. Esto responde al porqué de la estructura esférica del universo según Aristóteles. Por otra parte, no resulta fácil saber si este motor coincida con el Dios cristiano. Da un parecer afirmativo Santo Tomás de Aquino. En otra interpretación, el Primer Motor aristotélico no conocería el mundo sublunar (la Tierra), sino sólo realizaría la actividad más perfecta: pensar, conocer. Y sólo puede conocer lo más perfecto que es él mismo. De esta manera no habría lugar para los hombres o el universo en el pensar del Primer Motor; es más al Primer Motor no le interesa conocer algo que no sea él. De aquí se siguen dos rasgos importantes, que el Primer Motor: no es providente y tampoco nos conoce. Además, no es de algún modo infinito, recordemos que los griegos repudiaban la idea del infinito (cfr. Metafísica II,2). Esto último responde a que el conocimiento es finito (conocer es justo poner límites a la realidad) y el conocimiento de algo ilimitado, al no poder ser fijado, acaba por no ser conocimiento.

Las cinco vías de Santo Tomás de Aquino, que aprovecha argumentaciones de Aristóteles y Platón, algunas tan compartidas como la quinta, sobre el orden en el mundo, que llega hasta Voltaire, a su modo: «Hay Dios, porque no hay reloj sin relojero».

El argumento teleológico sostiene que el orden del universo y su complejidad se explican mejor por referencia a un Dios Creador (argumento similar al del creacionismo o el diseño inteligente contra el evolucionismo darwinista).9

El argumento ontológico, a diferencia de los demás, es apriorístico, es decir, se trata de una demostración en la que no interviene ningún factor de la realidad. Se basa en argumentos acerca de un «ser mayor que el cual no puede ser pensado». Fue enunciado por primera vez por Avicena y San Anselmo: «Todos, incluso aquellos que niegan la existencia de Dios, tienen en su mente la noción de Dios; en efecto, si no la tuvieran, no entenderían lo que dicen cuando afirman que no existe. Ahora bien, esa noción es la del ser más allá del cual no cabe ni siquiera concebir algo más

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