FILOSOFÍA, POLÍTICA Y EDUCACIÓN: SOBRE LA LIBERTAD

FILOSOFÍA, POLÍTICA Y EDUCACIÓN: SOBRE LA LIBERTAD

En el campo de la filosofía de la educación es imprescindible reflexionar sobre la dimensión política de la educación, la libertad. Para Arendt la educación tiene como fundamento la acción, la esencia de lo humano en el sentido de la capacidad de comenzar algo nuevo.

El totalitarismo es el imprevisible acontecimiento responsable de la ruptura con la tradición. El acontecimiento totalitario ha pulverizado nuestros criterios de juicio moral, este destruye el espacio entre los hombres, y como consecuencia, es destruida la condición de toda libertad.

El régimen totalitario se establece sobre una experiencia humana que es la desolación en las relaciones humanas. La desolación es común de la ideología y del terror. Lo que llamamos aislamiento en la vida política se llama soledad en la esfera de las relaciones sociales. El terror arruina todas las relaciones entre los hombres, destruye todas las relaciones con la realidad.

El aislamiento corresponde, según Arendt, al terreno político de la vida, mientras que la soledad se refiere a la vida como un todo. Para ser libre, existe una condición: el hombre requiere haberse librado de las necesidades de la vida. Forma parte de la condición humana el hecho de que el hombre se considere parte de la naturaleza, sujeto a las fuerzas de la naturaleza y, al mismo tiempo, un ser no natural, capaz de crear cosas nuevas y de actuar. El hombre es, por tanto un ser libre y determinado.

La libertad de acción, para Arendt, debe ser libre de motivos y de fines. La acción libre escapa de la tutela del intelecto y de la voluntad. La isonomía era descrita como una de las formas de gobierno, en la cual la autoridad estaba ausente. Esa ausencia de mando, de autoridad, se revelaba por el término isonomía.

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