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Fenomenologia De La Estupidez Juridica

docenteiue4 de Octubre de 2014

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APUNTES PARA UNA FENOMENOLOGÍA DE LA ESTUPIDEZ JURÍDICA COLOMBIANA

Andrés Felipe Pareja Vélez

Resumen.

Podría decirse que el estudio jurídico por parte del jurista obedece a las intenciones de una ideología preponderante. Y decirlo no es una contradicción: ¿Quién no responde a una ideología? Sin embargo una cosa es responder a una ideología y otra cosa es responder a una tendencia. Ideología no puede ser otra cosa que el estudio de una idea o la aceptación de una idea, mientras que una tendencia es una opción momentánea, quizás pasajera, que se asume para no parecer desentendido o para no parecer relegado.

En el estudio jurídico tendencia o ideología parecen sufrir de confusión el primero por ser la arista de la moda y el segundo por ser la vanguardia de los males, pero al final el ultimo es más llevadero que el primero toda vez que el ultimo puede reformarse mientras que el primero tan solo pasa y se desvanece en la niebla que es el tiempo.

El presente texto es una aproximación a la nocividad de la sin razón, a la manguala entre lo siniestro de las formas y la ligereza, el presente texto es una aproximación a la fenomenología de la estupidez jurídica colombiana.

Palabras Claves.

Ideología, tendencia, jurista, Colombia, razón, hombre, ciencia.

Abstract

Arguably, the law firm from the lawyer's intentions due to a dominant ideology. And say it is not a contradiction: Who does not respond to an ideology? However one thing is to respond to an ideology and another to respond to a trend. Ideology can not be anything other than the study of an idea or acceptance of an idea, while a trend is a momentary, perhaps passing option, which is assumed not to appear or not to appear disengaged relegated.

The law firm trend or ideology seem to suffer from confusion to be the first edge of fashion and the second being the vanguard of the evils, but ultimately the latter is more bearable than the first since the latter can be reformed as only the first passes and vanishes in the fog is time.

This text is an approximation to the harmfulness of no reason to Manguala between sinister forms and lightness, this paper is an approach to the phenomenology of the Colombian legal stupidity.

Keywords

Ideology, trend, jurist, Colombia, right, man, science.

Ambientación.

La historia del derecho es la historia de la humanidad. Todas las épocas, a pesar de su nivel intelectual, han construido su visión del derecho acorde a la necesidad y a la utilidad. Es innegable que la cosmovisión de egipcios, griegos, romanos y europeos algo le ha dejado al derecho y prueba de ello es que aún seguimos debatiendo –para maledicencia de muchos- aspectos de estos que aun siguen siendo oscuros pero necesarios de dialogar. Y esos debates le han otorgado a la contemporaneidad aspectos sobre los cuales construir su discurso; discurso que se edifica sobre bases solidas, sobre hombros de gigantes, que con lo discutible del presente no han podido ser replicado o superado, quizás mejorados. Y ese mejoramiento resulta siendo tan dudoso pero tan convencible que ya pareciere que reinase una entelequia llamada derecho que el mismo derecho.

En este nivel se han formado generaciones de juristas que se ha quedado solamente en la terrible discusión de lo teórico desatendiendo esa realidad en la que otrora, otros, basaron su discurso. Dichos juristas han querido construir un nuevo derecho, una nueva cosmovisión jurídica con base en el bilingüismo; es decir, con base en lo que otros han dicho de lo que ya antecesores de estos dijeron y no han aportado nuevas realidades cuando estas mismas son urgentes. Han creado una tendencia aciaga al dogma y olvidaron a quienes pagaron caras las primas por sostener que esos hombros de gigantes en los que se venía no eran por atender un sueño sino porque sobre ellos se veía el devenir, devenir que sus ilustres aportaciones han opacado.

El prurito hacia la ideología.

Se tuvo noticias de la ideología cuando este término fue formulado por Destutt de Tracy (Mémoire sur la faculté de penser, 1796). Aludía a la ciencia que estudia las ideas, su carácter, origen y las leyes que las rigen, así como las relaciones con los signos que las expresan.

Luego más tarde, el concepto se dota de un contenido epistemológico por Karl Marx, para quien la ideología era el conjunto de las ideas que explican el mundo en cada sociedad. Siendo así la ideología se encuentra en función de sus modos de producción, relacionando los conocimientos prácticos necesarios para la vida con el sistema de relaciones sociales por ello la relación con la realidad es crucial para mantener esas relaciones sociales, y en los sistemas sociales en los que se da alguna clase de explotación, evitar que los oprimidos perciban su estado de opresión.

En su célebre prólogo a su libro Contribución a la crítica de la economía política Marx dice:

(…) El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia .

De suerte que lo dicho deja entrever un problema esencial y es la decisión política de lo que se debe tomar por ideología. Tomamos la expresión en su sentido lato, es decir, en el sentido francés aclarando que no es aspiración convertir en ciencia lo escrito.

Con todo en nuestro medio hemos creado un prurito hacia la ideología porque hemos pensado sobre ella como una herramienta para conservar el statu quo, si se quiere es una herramienta de clase. Nos apegamos al entendido de Marx y olvidamos que su sentido simple es el de estudiar el origen de las ideas de una forma tal que podamos comprender su etiología.

Los contemporáneos en su afán por sobrepasar las líneas de la razón han sobrepasado las ideologías y han creado “tendencias” que conllevan a que el origen de las ideas no sea el origen como tal sino el origen que se desea como tal, de suerte que hoy podemos encontrar sendos tratados que niegan la triada hombre, ciencia y razón, cuando la misma historia ha demostrado la constante de dicha triada. Minimizan una observación de la realidad tan profunda con miras a imponer una nueva pero terminan por cegar su horizonte cuando tapan el sol pero no con el dedo.

Lo expresado tiene un claro reflejo en las miles de tendencias que reinan hoy en día generando confusión en el operador jurídico y hasta en el propio jurista. En nuestro ámbito, consecuencia de un afán poco claro –sabemos su origen pero no su para que-, se ha gastado mares de tinta y talado bosques enteros tratando de crear una “tendencia” jurídica nacional apelando al pensamiento ajeno y convirtiéndose nuestros doctrinantes en la boca por la cual se expresan otros. Así mismo los jueces apelan a criterios foráneos invocando el así llamado bloque de constitucionalidad para dar fin a los debates en su encomio. Todo aquello no tiene para nada el sesgo de la ideología y aún por el contrario tiene la impronta de la tendencia.

Que malo resulta pensar que la ideología de quienes han desarrollado un pensamiento coherente con el devenir de los tiempos se ha relegado por la inmediatez de la discusión, por el pensamiento foráneo y no por la sesudez del debate o por la realidad circundante.

Los dioses foráneos y sus vasallos.

Desde el 313 D. C. cuando roma abjura a sus dioses por el dios cristiano se ha formado una cofradía, ya legión, de vasallos. Y dentro de esos vasallos han aparecido quienes por temor o por ego se han convertido en dioses sin ni si quiera saberlo pues para ello tienen una camarilla de fieles sátrapas.

Endiosar ha sido un hábito humano preocupante. El problema de fondo es quienes endiosan: Los vasallos o sátrapas. Y es que se ha vuelto una moda muy siniestra endiosar y endiosar como si de ello dependiera la misma vida; particularmente en el mundo jurídico. Afianzaremos este argumento.

Nuestra cultura nos ha llevado a encontrar respuestas a todas aquellas cuestiones que de cierta forma nos han afectado; los antiguos por ejemplo solían darle estatus de divinidad a hechos naturales para encontrar una explicación que diera satisfacción a su intelecto. Nuestro continente y en especial estas tierras nacionales han querido satisfacer las explicaciones con tendencias jurídicas que otros han pensado, que otros han dimensionado y que otros han reflexionado pero que por la estreches de mente de algunos ius pensadores patrios han querido introducirlas a nuestro haber como si quisieran que el circulo entrase en el pequeño cuadrado. Citaremos dos casos. Habermas es un autor que si se analiza ha escrito para una realidad europea muy distante a la nuestra. Fue durante la década de los 90 e incluso muy entrado el siglo XXI que su texto: Facticidad

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