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Gianni Vatimo


Enviado por   •  15 de Junio de 2015  •  1.723 Palabras (7 Páginas)  •  208 Visitas

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HISTORIA NATURAL DE LA RABIA

La rabia, también conocida como hidrofobia, es una enfermedad viral mortal que puede afectar el sistema nervioso central de cualquier animal de sangre caliente, incluido por supuesto el ser humano.

Esta dolorosa y peligrosa enfermedad se trasmite por la mordedura de una animal rabioso, aunque también puede contraerse cuando penetra en el cuerpo saliva que contenga el virus, lo que sucede a través de alguna herida o úlcera abierta, de la mucosa de los ojos o de las membranas mucosas de la boca.

Una vez en el interior, el virus de desplaza por los nervios hasta llegar a la médula espinal y al cerebro en donde se multiplica, destruye el tejido nervioso y ocasiona parálisis y la muerte.

En los seres humanos el período promedio de incubación entre la exposición al virus y el inicio de los síntomas es de 30 a 50 días, aunque ha habido casos que se presentan desde los 10 días del contagio hasta el año.

COMO SE HA IDO DESARROLLANDO A TRAVES DE LA HISTORIA

De un niño Frances, de 9 años de edad, llamado José Meister de la provincia de Alsacia al este de Francia, que el 6 de julio de 1885, es llevado por su madre al laboratorio de Luis Pasteur en París. La historia comienza 4 días antes, cuando este pobre niño en su camino a la escuela de Meissengot, había sido atacado por un perro, que con sus mordeduras le había producido heridas en 14 lugares de su cuerpo, por suerte un albañil que estaba presenciando el incidente pudo alejar al perro con la ayuda de una barra de hierro. Posteriormente el perro atacó a su dueño y fue sacrificado con un tiro de fusil. Un médico del pueblo ante el peligro que significaba la Rabia en esos tiempos le indicó a la madre que debía llevarlo a ver a un tal Pasteur que estaba trabajando en ese tema.

Luis Pasteur a la edad de 54 años (1876)

Parece increíble que la humanidad haya convivido con la Rabia por más de 3000 años sin saber prácticamente nada de ella y lo que es peor, habiendo inventado fantásticos tratamientos que eran no solo ineficaces para la enfermedad sino que además generalmente agravaban y hasta mataban al paciente.

Muchas de estas técnicas y tratamientos persistieron inexplicablemente durante siglos a pesar de su absoluto fracaso como los siguientes:

• Los antiguos griegos la asociaban a dioses malvados, Homero (S IX a. C.) hace una cita en sus libros y en la época de Aristóteles (S IV a. C.) ya se conocía el peligro de perros rabiosos, que podían transmitir la enfermedad por medio de la saliva cuando mordían. Aclianus relata la historia de una costurera que estaba remendando una camisa rota por un perro rabioso y al tomarla con los dientes para estirarla, contrae la rabia y muere.

• En la época de Plinio (S I a. C.) se pensaba que la causa era un parásito que se alojaba en el frenillo lingual del perro, por lo tanto se utilizó como tratamiento una técnica para cortarlo. Esta idea sobre la causa y el tratamiento, han perdurado hasta la época de Pasteur. A tal punto se arraigó esta creencia que en un diario de Berlín del 12 de mayo de 1769 aparecía un aviso solicitando un hombre "entendido" en el corte de la Lyssa (frenillo y parte anterior de la lengua del perro) y que pueda dar buenas enseñanzas para la Policía Real Prusiana.

• Los baños de inmersión también fueron utilizados como tratamiento, lo cual estaba relacionado con el efecto hidrofóbico que producía en el hombre, el romano Celso, aconsejaba hundir completamente al paciente (humano) en una charca varias veces para "eliminar la sed y el temor al agua". Esta práctica también se mantuvo en el tiempo, en 1612 la Facultad de medicina de Friburgo, recomendaba cauterizar las heridas con un hierro candente varias veces durante 6 meses, arrojarlo a un río y mantenerlo por la fuerza un minuto bajo el agua, repitiendo esto varios días.

A mediados del 1800, la situación de la Rabia era grave en Europa, tanto la tenían los perros de la ciudad, como también los perros del campo y los lobos y otros carnívoros salvajes, que al sufrir la enfermedad y por la locura que produce, no tenían miedo de acercarse a las zonas pobladas y atacar a otros animales y también a la gente. También había un hecho curioso, si bien se sabía que la enfermedad era mortal en medio de un padecimiento horrible por parte del enfermo. Se observaba que muchas personas mordidas no sufrían la enfermedad, en principio porque posiblemente en algunos casos el perro mordedor no tenía Rabia (no había forma de hacer el diagnóstico verdadero) sino que había mordido por otros motivos, y en los casos que si tuviese Rabia, probablemente no habia alcanzado a inocular una cantidad suficiente de virus a través de la ropa. En estos casos donde naturalmente no se producía la enfermedad, cualquier tratamiento hubiera parecido efectivo.

Los lobos eran portadores frecuentes de la rabia en Europa en el siglo XIX.

Pasteur ya estaba estudiando la Rabia desde hacía 4 años cuando llegó José Meister, había llegado a la conclusión que la causa era un microbio más pequeño que las bacterias, ya que no lo podía ver en el microscopio óptico donde veía las bacterias y otros microorganismos. Y había estado aplicando una vacuna en perros que luego no contraían la enfermedad al ser mordidos por perros rabiosos. Pero nunca hasta ese momento se había usado en humanos. Cuando llegó el niño mordido, si bien tenía la oportunidad de probar su descubrimiento, también se le presentó una situación extremadamente conflictiva, ya que Pasteur todavía consideraba que no se habían hecho suficientes estudios en animales como para pasar al hombre. Muy afligido con la decisión que tenía que tomar, se reúne con algunos amigos (y también eminentes científicos), para discutir el tema, todos le dicen que en la situación que

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