“JOHN DEWEY Y SU INLUENCIA EN LA EDUCACIÓN”

En el presente ensayo se hace referencia al pensamiento educativo de John Dewey, pensador que ha ejercido una gran influencia en la educación y que hizo numerosas y valiosas aportaciones al campo de la pedagogía educativa, así como

la propuesta educativa de Dewey plantea una forma distinta de entender la educación y de conocer al individuo.

En oposición a la enseñanza tradicionalista, propone una educación basada en las propias experiencias del niño; con ello revalora la importancia de la atención a las necesidades, inquietudes e intereses del infante, así como la relación con su mundo exterior, como elementos fundamentales para brindar una verdadera educación y favorecer un auténtico desarrollo del aprendizaje del alumno.

La teoría pedagógica de John Dewey representa un importante legado para la educación. La teoría pedagógica de Dewey permite explicar el valor que tienen las experiencias o vivencias en la formación del niño y fundamenta nuevas formas de actuación o de intervención pedagógica que han revolucionado la práctica docente hasta la forma de cómo educar hasta la actualidad.

Así como también se explica que, en la obra de John Dewey es su oposición a las bases y efectos de una educación a la cual él llamaba tradicional, para Dewey, el modelo tradicional no hacía más que promover una enseñanza puramente verbal, mediante la cual se obligaba al niño a memorizar y repetir. Reducido a una condición de pasividad, el niño sólo estaba destinado a escuchar y absorber, por ello es importante como docente comprender el tipo de educación que fue evolucionando y que a continuación se presenta.

“JOHN DEWEY Y SU INLUENCIA EN LA EDUCACIÓN”

John Dewey fue el filósofo norteamericano más importante de la primera mitad del siglo xx, cuya influencia en la educación es muy grande. Gracias a que su esposa Alice influyó en gran parte, para que Dewey se dedicara al estudio de la pedagogía, pues ella realizaba su labor docente con gran amor y dedicación, lo que causo inquietud en él y fue así como decidió dedicar su estudio a la educación.

Es así como Dewey elaboró los principios fundamentales de su filosofía de la educación y empezó a mostrar el tipo de escuela que pretendían esos principios, como el pragmatismo; con el cual logro sustentar sus ideas, las cuales necesitaban comprobar el pensamiento por medio de la acción, si se quería que este se convirtiera en conocimiento, es ahí donde el maestro debía explotar las tendencias y los intereses para orientar al niño, hacia una educación eficaz que reincorporara los temas de estudio en la experiencia, ya que para Dewey, los niños no son vasos vacíos a los que hay que llenar, pues llevan consigo conocimientos que deben ser considerados por el docente.

Otra producción de Dewey es, Mi credo pedagógico (1897), en donde se establece que la educación es un proceso social y que la escuela, como institución, es una de las formas de vida en comunidad: su proceso es un proceso de vida, más que un proceso para la vida futura. Es a partir de aquí que el autor establece que existe un vínculo primordial entre los términos común, comunidad y comunicación

En esta obra, que es un clásico de la filosofía de la educación, relativiza el poder de transmisión que tiene la escuela respecto de otras instituciones (familia, iglesias, partidos políticos, empresas, medios de comunicación, etc.), orientada como tal a formar "las disposiciones de los seres inmaduros".

Para Dewey lo que caracteriza o debe caracterizar a una educación democrática es la comunicación, en su significación pragmática, entendida como un proceso de compartir experiencias, hasta que éstas pasan a ser una posesión común. Pero como la vida misma, social e individual, siempre es continua reconstrucción y ajuste, puede decirse que la sociedad no sólo existe por la comunicación sino que existe en ella. Propuso entonces que la escuela fuera una sociedad en miniatura.

Años antes de esta propuesta que plantea, señala que la educación escolarizada es "el método fundamental del progreso y de la reforma sociales." Es bajo esta óptica que la educación sistemática y consciente, constituye el método por excelencia para el progreso vital de la sociedad y del propio individuo.

No se trata de menospreciar la importancia

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