“LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA Y MORAL EN LA PROFESIÓN MILITAR, VALORES Y VIRTUDES EN LA PROFESIÓN MILITAR”

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INTRODUCCIÓN:

La ética de un miembro de fuerzas armadas es uno de las principales virtudes que posee y la moral del personal de  militares es de suma importancia ya que en toda profesión el militar debe tomar decisiones en segundos de vida o muerte, por lo cual la ética toma muchos fundamentos en el ámbito social es satisfacer  las necesidades de la sociedad, la profesión militar es una necesidad social se establece en la constitución nacional y la defensa. Los valores de un profesional surgen naturalmente en la relación de mando y obediencia ante los superiores y subordinados con la finalidad de poder defender a la patria, con honor, disciplina, subordinación, lealtad, y valor. Con la investigación seremos capases de dar solución a cualquier tipo de problemas que el personal civil pueda tener sabiendo sobre llevar lo que está bien o mal y así podremos tener mejores resultados de cómo solucionar los problemas tomando en cuenta los valores que el personal militar siempre está fomentando.

DESARROLLO

La ética y la moral en la profesión militar.

“La ética consiste en poner en operación la moral propia. La ética de una persona no es lo que profesa que es, sino lo que realmente hace cuando tiene que tomar decisiones morales difíciles sobre lo bueno y lo malo”. La exigencia ética del militar radica también en su condición de líder y en la responsabilidad inherente al ejercicio del mando. En conveniencia la responsabilidad de mandar unos hombres que han adquirido el compromiso de servir. Un compromiso que les convoca, no a matar, sino a estar dispuestos a morir. Antes apunté que la institución militar es también muy exigente desde el punto de vista moral, afirma a la milicia como “una religión de hombres honrados, y esto es así porque los ejércitos se hallan vertebrados por unos valores. Así tenemos los valores de los miembros de fuerzas Armadas que son, el honor, no inspirado por “el qué dirán”, sino por la propia dignidad del ser humano; la disciplina, no entendida como una torpe humillación, sino como la convergencia en el esfuerzo desde el puesto que en cada momento a uno le corresponde.

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