LA MALDICIÓN DE CLARISEL de María del Val
citlipucEnsayo14 de Junio de 2013
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LA MALDICIÓN DE CLARISEL de María del Val
Clarisel era una niña huérfana que metieron en una caja y abandonaron en el río. A medida que iba creciendo se preguntaba más y más cosas.
Un día vio pasar rápidamente a un hombre y se enamoró perdidamente de él. Cupido había disparado por accidente una flecha de amor; él creía que había caído al suelo pero cayó en el corazón de Clarisel. Isaac, el joven del que Clarisel se había enamorado, no la amaba a ella. Clarisel fue a pedirle ayuda a Cupido, el dios del amor y le pidió que Isaac se enamorara de ella, pero Cupido le dijo que para que se cumpliese, ella tenía que estar con él toda su vida o si no se quedaría sola hasta el día de su muerte. Entonces cuando Clarisel se encontró con Isaac se enamoraron y se fugaron juntos a Córcega, se casaron y tuvieron dos hijos.
Pero Zeus también estaba enamorado de esa mujer y apareció en forma de caballo en un prado donde Clarisel iba todos los días. Era un bello caballo marrón, del que Clarisel se enamoró. Entonces, Clarisel se fue con él durante dos días y, a la mañana de volver, Clarisel le dijo a Isaac que estaba embarazada de una niña y él se alegró, pero al nacer tenía cuerpo de caballo y cabeza de mujer.
Isaac, al ver que fue engañado, se fue con sus dos hijos y ella se quedó sola el resto de su vida y el monstruo que había tenido se lo llevó Zeus y lo encerró en una pequeña cueva cerca de los Pirineos para que no lo viera su mujer.
El Juicio de Paris
Fue el desencadenante de la legendaria Guerra de Troya. Ha sido un tema recurrente en las artes por su relevancia poética y los efectos futuros que éste provocó. La decisión del joven príncipe troyano llevó a su propio pueblo a la ruina sólo por el amor de la más bella mujer.
Todo comenzó con la mítica boda de Tetis y Peleo, una importante celebración a la que estaban invitados dioses y mortales. Pero Eride, diosa de la discordia, no había sido recibido invitación, por lo que conjugó una venganza digna de su atributo: sembrar la discordia entre los invitados.
Se presentó entonces en la fiesta con una manzana de oro con la inscripción “Para la más bella”, la lanzó sobre la mesa donde se sentaban los dioses y se retiró. En ese momento, Atenea, Afrodita y Hera comenzaron a disputarse la manzana, lo que provocó una interminable disputa, hasta que Zeus tuvo que intervenir, clamando que la elección sería de un joven mortal. El afortunado –o desgraciado- fue el hijo del rey de Troya, llamado Paris. Zeus lo escogió porque el joven príncipe había vivido siempre alejado del mundo y de las pasiones humanas, y su juicio sería el más imparcial.
Las tres vanidosas diosas –más pasionales que los propios humanos- trataron de convencer a Paris ofreciéndole importantes recompensas. Hera le ofreció todo el poder que pudiera desear y hasta el título de Emperador de Asia; Ateneale ofreció la sabiduría y la victoria de cualquier guerra futura, y por último, Afrodita le prometió el amor de la mujer más bella del mundo. Paris proclamó como vencedora a Afrodita, sin saber que su decisión traería las peores consecuencias para su ciudad, ya que la hermosa mujer que había prometido la diosa era nada más y nada menos que Helena, la esposa de Menelao, rey de Esparta.
Troya y Espartaera dos pueblos con relaciones anteriores y durante una de las visitas de Paris a tierras espartanas, conoció a Helena. La promesa de Afrodita se cumplió cuando hizo despertar en ella una ferviente pasión por el joven troyano. Luego de haber estado una noche en su palacio, Paris se llevó a la bella Helena
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