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LA SORTIJA ENCANTADA.


Enviado por   •  1 de Julio de 2016  •  Síntesis  •  2.079 Palabras (9 Páginas)  •  258 Visitas

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LA SORTIJA ENCANTADA.

Éste era un palacio donde vivían felizmente hasta entonces un joven rey de nombre José Daniel con su amada Dayana, y por esta misma razón eran envidiados por algunos. Con el paso del tiempo, como toda pareja deseaban tanto el tener un hijo, pero no podía ser concebido por razones inexplicables, hasta que cierto día la Reyna dio la feliz noticia al rey de estar embarazada. Pasan lentamente tan ansiados nueve meses de espera por la pareja, y así llega el día en que la madre da a luz a un niño en el que ella pierde la vida; esta desdicha para el Rey José Daniel no es toda, ya que al tener entre sus brazos y ver por primera vez a su hijo se da cuenta que le falta un ojo, sin saber que era por tanta envidia que le tenía en especial cierta familia y por un hechizo que le habían hecho al niño aún sin haber nacido. Se siente tan avergonzado que rechaza rotundamente a este ser inocente mandándolo a vivir lejos de él a un castillo en un bosque muy apartado con toda clase de sirvientes para que no le hiciera falta nada, según él, pero sin el amor de un padre.

Con el paso de los años éste niño que le pusieron por nombre José Felipe, crece convirtiéndose en un apuesto joven, todos estos años en contacto con la naturaleza, por lo que aprende no solo a convivir sino a comunicarse con algunos animales.

Un día es enterado por su nana que su padre ha muerto y que lo ha nombrado como su único heredero, de lo cuál no quiso saber más, porque dice que no le interesa, y que si él hubiera podido tener lo que ahora le dejaba, lo hubiera cambiado por un poco de amor y tiempo de su padre; y que talves algún día disfrutaría de toda esa herencia que le había dejado su padre, pero que hasta esa fecha, a pesar de todo, había sido muy feliz en el bosque, con esa libertad y convivencia con la naturaleza.

Cierta mañana escucha el trinar de una pareja de pajaritos, que también los escuchó platicar del amor que uno por otro sentían, pero que no logró comprender del todo; entonces el príncipe corrió en busca de que alguien le explicara lo que era el amor.

Al primero que encontró y le preguntó fue a uno de los sirvientes y éste le dijo: - Amor es el aroma de las flores que embriagan los sentidos, te voy a cortar algunas. Sin hacerlo esperar tanto le llevó una gran variedad de flores.

El príncipe José Felipe disfrutó tanto el aroma de las flores, pero dijo: - Esto no es amor.

Se encontró a la cocinera y le cuestionó: - ¿Qué es amor?

Y ella respondió: - Es un dulce muy delicioso, ahora mismo te lo preparo. Enseguida se lo preparó y se lo llevó para que el príncipe lo disfrutara, pero al saborearlo, dijo: - Esto no es amor.

Así continúo en busca de esa respuesta y habló con sus maestros, que le dijeron: - Entra a la biblioteca y lee las mejores novelas de amor. Ellas te lo enseñaran mejor que nosotros. Así lo hizo, y una vez que terminó, dijo a sus maestros: - Ya comienzo a entender lo que es el amor, más no lo conozco.

Y aún no convencido del todo fue en busca de su nana, haciéndole la misma pregunta: - ¿Qué es amor? Pero ésta tampoco supo cómo explicárselo, inventándole que era un fruto extraño que crecía en el bosque.

Con esta incertidumbre, José Felipe corrió hacia el bosque, según él en busca de este fruto extraño, preguntando a varios animalillos que encontraba a su paso, y que nadie le sabía responder con certeza, hasta que se presentó un aire tan intenso, y la sorpresa fue que este aire trajo consigo una fotografía de una hermosa joven que pegó al rostro del príncipe. Y al fin comenzó a descubrir éste sentimiento tan sublime que hasta entonces nadie supo cómo explicárselo.

Comenzó con él las ansias de conocerla y la búsqueda para encontrarla. Después de mucho andar y preguntar, mostrando la fotografía, no le daban razón de ella, hasta que cerca de un estanque encontró una bandada de aves, que eran sus amigas, que le dijeron que se trataba de una princesa llamada Yirénizy, y que sus padres por tanto amor y por protegerla para que nada malo le sucediera, y con la ayuda de una hechicera la tenían convertida en una hermosa paloma blanca para que nadie la viera, pero que todos los días podía tener la libertad de convertirse en mujer o paloma cuando ella así lo decidiera, con solo desprenderse de un anillo inigualable que llevaba en una de sus hermosas patas. También le dijeron dónde vivía; sin perder más tiempo, el príncipe fue guiado por el vuelo de estas preciosas aves hasta el castillo donde vivía la princesa.

Así llegaron, y fueron recibidos por los padres de ella, que ninguna gracia provocó la presencia del príncipe, sobre todo por su físico, que como ya se dijo antes, le hacía falta un ojo, lo que lo hacía ver un tanto desagradable ante los demás.

Al estar frente a ellos explicó que estaba profundamente enamorado de la princesa y que si ellos se lo permitían, estaba dispuesto a casarse con ella.

A lo que respondió el rey: - Ya parece que voy a permitir que mi única hija con lo hermosa que es, se relacione con una persona como tú, ¿acaso no te has visto frente a un espejo?

- Su majestad, yo no tengo ninguna culpa por haber nacido así, suficiente ya padecí con el rechazo de mi padre ¿Será que entonces la vida también me va a negar el amor de su hija?

Hasta ese momento el rey pudo entender de quién se trataba, porque años antes se había enterado del doloroso nacimiento y rechazo, así como el triste destino al que había condenado el rey José Daniel a su propio hijo.

Con voz más suave le dijo: - Joven príncipe, debes entender que solo quiero lo mejor para mi hija, en todos estos años he idealizado su vida, además ella tendría que estar de acuerdo.

- Entonces permítame hablar con ella, y que sea ella quien decida en aceptarme o condenarme a vivir sin su amor.

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