La Cabaña
Jenjen177 de Junio de 2015
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“La Cabaña”
En La Cabaña, una repentina excursión familiar de Mackenzie Philips con sus hijos se convierte en tragedia. Por culpa de un hecho fortuito en el lago (de esos sucesos que siempre te preguntarás que pasaría si no hubiese ocurrido.
Llegué a este libro casi sin aviso (así suelen ser mis lecturas). Parecía muy gustado, y me embarqué en su viaje. En realidad, esta lectura es un viaje en sí mismo, y resultó emocionante hasta que se acabó lo anecdótico, lo morboso por ver qué pasaba con la historia de la hija secuestrada.
En ese sentido, el libro creo que refresca actitudes, juega un poco con lo relativo, y, por lo tanto, no impone, no “revela”. Pareciera que, según lo propone Young, no hay nada más ajeno al Dios de los cristianos (¿y al de otros?) que la imposición y, por ende, el castigo.
Es un libro que yo entiendo de interés cristiano ya que se basa en una historia de un hombre que se encuentra con Dios. Se trata de una historia de ficción y narra la saga de un individuo llamado Mackenzie Allen Phillips (Mack en adelante) que pasó un fin de semana con Dios, específicamente con las tres personas de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en una cabaña situada en un bosque.
Mack ha sufrido la terrible pérdida de una hija de seis años de edad a manos de un asesino en serie. Este evento lo ha dejado devastado y mentalmente atormentado. El libro trata con la “sanación” de Mack por medio de una reunión con las personas de la Trinidad, quienes toman forma humana durante el encuentro.
A cuatro años de la tragedia, Mack recibe una nota de Dios invitándolo a conversar con él en la misma cabaña donde su hija fue asesinada. Aunque escéptico, Mack acude a la cita. Allí se encuentra con Dios Padre, una enorme mujer afro-estadounidense apasionada por la cocina llamada “Papá” , el Espíritu Santo, una diminuta mujer asiática semitransparente de nombre “Sarayu” ['viento' o 'aire' en Sanskrit] , y Jesús, un hombre judío de apariencia árabe, vestido con mameluco de obrero, camisa a cuadros y herramientas de carpintero a la cintura . Alas, comienzan los diálogos.
La Deidad
Para aquellos que somos sensibles en el tema de la naturaleza de Dios y la veracidad de la Biblia, la descripción de los tres miembros de la Trinidades suficiente para mirar con escepticismo el libro en su totalidad. Recordemos que al Padre nadie jamás lo ha visto, el Espíritu Santo nunca se ha revelado en forma humana, y Jesús se apareció por última vez a y a.
No menos preocupante es el hecho de que en la novela, el Padre (más que todo una madre) tiene cicatrices en las muñecas semejantes a las heridas de Cristo en la cruz (p.88). Esto es absolutamente erróneo. Primero, el Padre no fue crucificado; segundo, el Padre no tiene un cuerpo de carne y huesos como el Hijo. Alguien le podrá dar un significado simbólico a las cicatrices del Padre, pero, ¿es la representación del libro bíblicamente fiel? La aberración es confirmada más adelante cuando la enorme dama de color que personifica al Padre, habla de los tres miembros de la Deidad en esta forma: “Cuando los tres nos expresamos en la existencia humana como el Hijo de Dios, nos hicimos completamente humanos, nos convertimos en un ser de carne y hueso”.La Biblia, por el contrario, no expresa en ningún pasaje que el Padre y el Espíritu Santo se convirtieron en humanos; esa fue una acción llevada a cabo solamente por la segunda Persona de la Trinidad, Jesucristo.
Curiosamente, existe una descripción acertada de la Trinidad en las palabras de Papá, dos páginas másadelante: “No somos tres dioses; no estamos hablando de un dios con tres actitudes, como un hombre que es esposo, padre y trabajador. Yo soy un Dios y soy tres personas, y cada una de las tres es plena y enteramente única”. Esto es correcto, pero lamentablemente es una de las pocas verdades teológicas de la novela. Todo libro peligroso para la fe cristiana tiene una dosis de verdad, y “La Cabaña” es uno de ellos.
He aquí otro ejemplo de distorsión de la naturaleza de Dios: La Cabaña, o en su defecto, Mack (y por ende el autor, Paul Young), revela un actitud de desprecio hacia la teología en general.
Como todo libro o persona que hace esto, demuestran su hipocresía cuando deprecian la teología de la iglesia pero al mismo tiempo tratan de imponer la de ellos. “Olvídense de la doctrina que le enseñaron, mejor adopte esta otra doctrina”, parece ser el mensaje detrás del mensaje. Veamos un ejemplo del libro; en una conversación de sobremesa, Mack inquiere sobre el tema de jerarquías dentro de la Trinidad: “Saben a que me refiero … a quién está a cargo. ¿No tienen una cadena de mando?” A esto Jesús contesta: “¿Cadena de mando? ¡Eso suena horrible!”. Acto seguido, tanto Jesús como el Padre prorrumpen en risas burlonas. Para consuelo de Mack, Sarayu (el Espíritu Santo) interviene diciendo que no les haga caso, que sólo están jugando con él, y pasa a explicarle que los miembros de la Trinidad “no tenemos ningún concepto de autoridad suprema entre nosotros, sólode unidad … lo que ves aquí es relación sin ninguna capa de poder… la jerarquía no tendría ningún sentido entre nosotros. Así que [los hombres] piensan que Dios debe relacionarse dentro de una jerarquía, como ustedes. Pero eso no es así” (p.119).
Esto ignora completamente la doctrina de la Trinidad Económica, la cual define y describe cómo se relacionan los miembros de la Deidad entre ellos y con nosotros. Por ejemplo, el Padre envía al Hijo, no a la inversa; Jesús bajó del cielo no para hacer su voluntad sino la del Padre. Dios es la cabeza de Cristo. La creación está sujeta a Cristo y Jesús estará sujeto al Padre por la eternidad.
Jesús envía al Espíritu Santo. Esto significa que, contrario a lo que propone el autor de La Cabaña, existe una jerarquía en la Trinidad. La novela se opone aquí a la revelación bíblica.
En una de las tantas conversaciones con Mack, Papá (Dios Padre, la mujer afroestadounidense) dice: “Aunque por naturaleza él es completamente Dios, Jesús también es completamente humano y vive como tal … momento a momento decide permanecer en el suelo” .Es propio aclarar que “permanecer en el suelo”, siguiendo la imagen literaria del contexto inmediato, puede entenderse apropiadamente como “permanecer siendo solamente humano”. Si bien la declaración de Papá comienza con una verdad, o sea, Jesús es“completamente Dios y completamente humano”, lo que sigue y sus implicaciones son radicalmente antibíblicas. Cuando Mack le pregunta a Papá cómo Jesús pudo hacer milagros, curaciones y levantar gente de entre los muertos, Papá no duda en decir que Jesús hacía todo eso “como un ser humano dependiente y limitado que confiaba en que mi vida y poder actuaban dentro de él y a través de él. Jesús, como humano, no tenía poder en sí mismo para curar a nadie” [subrayado nuestro].
La verdad es que aquí hay suficientes elementos de verdad como para confundir hasta al mejor teólogo. En realidad Jesús no fue solamente humano durante la encarnación; tampoco cesó de ser plenamente Dios. Sólo se limitó en el uso de sus atributos divinos, pero toda la plenitud de la Deidad estaba en él . El hecho de que haya decidido limitarse en su Deidad y que haya dependido del Padre y el Espíritu Santo durante su encarnación no significa que “no tuviera ningún poder en sí mismo”, ya que nunca renunció a su esencia o naturaleza divina. Con este tipo de nociones, Paul Young bordea en forma lamentable en la teología de las sectas arrianas, los unitarios y otros, quienes enseñan que Jesús fue sólo un hombre a quien el Padre dotó o ungió de poder para realizar milagros.
Para colmo de males, el mismo pasaje del libro da a entender que así como “Jesús vivió de su relación conmigo” (el padre hablando), de esa forma “quiero que todos los seres humanos vivan … todos los sereshumanos están diseñados para vivir: a partir de mi vida”.
Jesús, fue el primero en vivir una relación al máximo con Dios. Si esto le suena como la espiritualidad promovida por la Nueva Era, se debe a que aquí Jesús es presentado como un gurú que enseña una senda de iluminación para que en esta vida los humanos podamos ser como Dios. La Biblia, por el contrario, describe a un Jesús que es nuestro ejemplo a seguir en materia de doctrina y conducta, no un ejemplo para lograr la deificación del ser humano. Por si no queda claro que el Jesús de La Cabaña no desea ser un ejemplo para nosotros, él mismo dice: “… mi vida no fue destinada a ser un ejemplo. Ser mi seguidor no es tratar de ‘ser como Jesús’”.
El Espíritu Santo
Young desafía la misma esencia de Dios cuando cita, al comienzo del capítulo 14, a un escritor de la secta Universalista Unitariana, Buckminster Fuller, quien dijo que Dios era un verbo, no un nombre propio. En una declaración relacionada, Young describe a Jesús hablando acerca del Espíritu Santo: “Ella es la creatividad; es acción; es el hálito de vida”. La Biblia, por el contrario, presenta a Dios como una persona en un sentido (un nombre), no una acción (un verbo). Estos conceptos del libro dan pie para pasar del entendimiento de un Dios personal al concepto monista y panteísta de las filosofías orientales y de la Nueva Era. Por ello no nos toma de sorpresa que cuando Mack pregunta al Espíritu Santo si la volverá a ver,ella contesta: “¡Claro que sí! Podrías verme en una obra de arte, o musical, o en el silencio, o en la gente, o en la creación, o en tu alegría y tu dolor”. En la misma vena, encontramos
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