La Crisis De La Sociedad En El péndulo Del Tedio Y El Dolor

LA CRISIS DE LA SOCIEDAD EN EL PÉNDULO DEL TEDIO Y EL DOLOR

Cuando nosotros empezamos a desglosar el pensamiento de Schopenhauer y su concepción pesimista y trágica de la vida, nos encontramos algo que en la sociedad actual es evidente, que es un dolor y el tedio o aburrimiento ocasionado por un mundo sumido en problemas que laceran la integridad de las sociedades.

Vemos en los seres humanos cómo en medio de su desesperación por alcanzar el deseo insaciable de satisfacción creamos dioses y demonios falsos para tener referentes en la orientación de sus vidas para rendir culto a una realidad que está carcomida en el asco de la frustración pero en la esperanza de alcanzar una vida más plena en una realidad que por nuestra voluntad creamos para nuestra satisfacción personal.

Al contemplar la vida de la sociedad en esta época puedo decir que causa desesperación y frustración cuando nosotros encontramos guerras, muertes, corrupción e hipocresía, es ahí donde podemos plegar nuestro pensamiento también al del trágico y misántropo Schopenhauer, el cuál a veces nos hace ver que la existencia humana no tiene sentido en medio de fines tan superficiales, efímeros e ilusorios, en donde la necesidad se estrella con la fuerte apariencia del fin que está en contradicción a la necesidad que nosotros teníamos.

La concepción consumista de los monopolios económicos, a mi parecer sustenta de manera más fuerte la tesis de Schopenhauer con respecto al péndulo oscilante del dolor y el tedio de la existencia del hombre, en donde nos muestran necesidades inútiles que nos hacen ambicionar, pero que al final nos meten el tedio después de conseguirlo y con ansias de obtener lo nuevo que nos ofrece el mercado de innovación.

Tenemos trabajos que detestamos para comprar cosas que no necesitamos, una situación en la que nuestro querer no va a estar satisfecho hasta conseguir estos bienes, pero que al final vamos a entrar en aburrimiento y frustración una vez obtenidos porque vemos que eso que hemos conseguido no le da sentido a nuestra vida, y no es de tanta utilidad.

La vida oscila entre el dolor y el aburrimiento; es la objetivación más perfecta de la voluntad de vivir; por eso, su esencia es deseo y aspiración (Schopenhauer, 1942, pág. 289). En pleno siglo XXI la lucha por la vida se ha convertido en la lucha por la innovación en donde la sociedad está imbuida en necesidades superficiales pero que no va hacia lo esencial, sometida a pequeños monopolios, dejando a un lado los verdaderos deseos y aspiraciones del hombre y es ahí donde damos el grito frustrante y doloroso por la existencia que tenemos.

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