La Esencia de la Razón de Estado.

La Esencia de la Razón de Estado

Razón de Estado es la máxima del obrar político, la ley motora del Estado. La razón de Estado dice al político lo que tienen que hacer, a fin de mantener al Estado sano y robusto.

La razón de Estado indica los caminos y las metas para su crecimiento.

El Estado constituye una individualidad con una idea vital peculiar, donde las leyes generales son modificadas por una estructura y un ambiente singulares. La “razón” consiste en reconocerse a sí mismo y a su ambiente.

Del ser y el devenir surge siempre un “debe ser” y un “tener que ser”. El político tiene que obrar de acuerdo con la singularidad del Estado a fin de lograr su meta. Para cada Estado hay en cada momento una línea ideal del obrar, una razón de Estado ideal.

El Bien del Estado y de la comunidad nacional encerrada en él, son el valor y la finalidad, y el poder, la afirmación y la extensión del poder, el medio indispensable que hay que procurarse incondicionalmente para ello: Ley Moral y la idea del Derecho, no sólo por el poder sino también por valores éticos y jurídicos, el poder puede verse amenazado por el quebrantamiento de los valores morales y jurídicos.

Cratos (obrar movido por las ansias de poder) y Ethos (obrar llevado por la responsabilidad, es ético).

La razón de Estado es una máxima del obrar donde posee un lado vuelto hacia la naturaleza y otro vuelto hacia el espíritu y tienen un núcleo donde se entremezclan y confunden lo perteneciente a la naturaleza y lo perteneciente al espíritu.

Hacia la naturaleza: obra según la razón de Estado que sigue la apetencia del poder. Necesidad política, situación en que se encuentra el Estado frente a amenazas a su poder (internas o externas) que le fuerzan al empleo de medios de defensa y ataques de naturaleza específica.

Razón de Estado, proceso teleológico, el poder no es perseguido por el poder mismo, sino como un medio indispensable para el fin del bien común, de la salud física, moral y espiritual de la comunidad. Un fin altamente ético, pero el medio para alcanzarlo es y continúa siendo violento y elemental. El obrar según la razón de Estado oscila entre la luz y las tinieblas, una infracción ética, una derrota del ethos en su encuentro con el cratos.

• Tendencia al poder soberano y en la necesidad del pueblo que obedece el cual se deja dominar porque recibe en cambio contraprestaciones, mientras que a la vez, alimenta con los suyos propios los impulsos vitales y de poder del soberano. Dominador y dominado se encuentran enlazados aquí por un vinculo común, por la necesidad humana primaria de vivir en comunidad. Para que subsista tiene que ser organizado y tan pronto como es organizado se convierte en algo independiente, supraindividual

Prudencia y fuerza tienen que combinarse en el ejercicio del poder.

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