La Felicidad

LA FELICIDAD, ASPIRACIÓN MILENARIA DE LA HUMANIDAD

¿Qué te hace falta para ser verdaderamente feliz?

La mayor búsqueda del ser humano es la felicidad, Pascal señalaba que hasta los suicidas se ahorcan queriendo ser felices. El hombre no anhela la felicidad para poseer dinero, por el contrario, corremos detrás del dinero casa, auto, mujeres, entre otros bienes materiales para ser felices, pero esa felicidad es efímera, y una vez que ese momento se termina, todo acaba. Pero…

¿Qué es la felicidad?

El filosofo Samuel Johnson dijo: “La felicidad consiste en la multiplicidad de una conciencia limpia.”

La felicidad no reposa en la adquisición de cosas materiales, Jesús dijo: “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” (San Lucas 12:15).

Hay millones de personas en el mundo que no tienen necesidad de nada material, tienen todo lo que cualquiera puede comprar con dinero y lo vemos reflejado en la vida de los artistas, políticos, personajes de los altos estratos sociales y económicos que aunque muestran felicidad en la realidad son personas infelices, que por dentro lloran de tristeza por ese vacío, el cual intentan saciar a través del alcohol, drogas, exceso de relaciones sentimentales y sexuales, etc. Pero al final llegan a sentirse incluso más vacías, incompletas e infelices que antes.

¿Dónde se encuentra la felicidad?

La felicidad absoluta se encuentra en:

1. La Libertad: La felicidad es libertad, una persona no puede decir que es feliz si es esclava de algo o alguien y la verdadera libertad solo puede darla Cristo Jesús. Mucha gente cree que es feliz porque tiene libertad y dinero, pero no se dan cuenta de son esclavos de cosas vanas y pasajeras y poco a poco se destruyen a sí mismos sin haber encontrado la libertad que es Cristo.

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (San Juan 8:36).

2. Llenar Los Vacios: No hay felicidad sino hay llenura en los vacios del hombre, una persona no puede ser feliz sino está llena de Cristo a través de su Espíritu Santo, pues el vacio es tan grande que solo él lo puede llenar y si no es él quien lo llena siempre estará vacio. “Y la tierra esta Desordenada y Vacía…” (Génesis 1:2) así es el hombre sin Dios, una vez que este llega a Cristo se llena de él, pero si se separa, vuelve a estar vacio.

“…; antes bien sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18)

3. Sembrar: Lo que el hombre siembra eso recoge, una vez que ha sido liberado y lleno por el Espíritu, es

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