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La Musica como Representación


Enviado por   •  28 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  2.191 Palabras (9 Páginas)  •  277 Visitas

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Samantha Mariel Delfin Chávez

A01021883

ITESM  CSF

IMI

Comunicación, signos y medios

Titulo.

La música como representación.

Introducción.

Miles de años son los que llevamos habitando la Tierra, y desde el comienzo, la raza humana ha desarrollado un sistema para comunicarse. Comenzó como señas y sonidos, hasta convertirse en un lenguaje que hoy en día utilizamos aún en el mas mínimo de nuestros pensamientos; pero junto a éste lenguaje, evolucionaron los sonidos primitivos. Cada persona nace con la capacidad de emitir sonidos, que durante su crecimiento irán convirtiéndose en palabras; así mismo, el lenguaje que alguna vez fue cavernícola, con el paso del tiempo se convirtió en una de las expresiones artísticas mas bellas que la humanidad ha conocido: la Música.

En este ensayo trataremos a fondo las cualidades de la música como representación, teniendo en cuenta sólo las cualidades básicas musicales como son armonía, melodía y ritmo; excluyendo así piezas musicales que cuentan con poemas como parte de ellas. Para todo esto, hemos planteado una serie de preguntas las cuales , conforme se desarrolle el ensayo, se irán respondiendo.

  • Si la música representa algo, ¿qué es aquello que representa? ¿Existe un referente en el mundo físico?
  • ¿A través de qué mecanismos puede representarse la música? ¿Cómo modifica al objeto cada representación?
  • ¿Qué papel juegan las narrativas que se agregan a la música? ¿Las narrativas son parte de la música misma o la asociación es artificial (metafísica)?
  • ¿Existe una relación entre la imagen y el sonido?
  • ¿Cómo se aplicaría el concepto de representación y re-presentación en la música?
  • ¿Qué puede decir la música que el lenguaje convencional no puede hacer?

Desarrollo.

“Los límites del lenguaje, son los límites de nuestro conocimiento” (Ludwig Wittgenstein).

Nuestro lenguaje es una serie de símbolos, acuñados para nombrar lo que nos rodea, pero no siempre éstas palabras pueden describir todo lo que nos rodea. De acuerdo con el pintor Wassily Kandinsky, el arte fue desarrollado para expresar aquello que las palabras no logran. Sentimientos indescriptibles que con el arte han podido ser representados; pero ¿la música es un sistema de representación para algo existente en nuestra realidad?  

Si la música representa algo, ¿qué es aquello que representa? ¿Existe un referente en el mundo físico?

La música como tal, no es un sistema de representación, pues al momento de ser escuchada, no estamos oyendo la representación de un sonido, si no el sonido en si mismo, por lo tanto, la música es la re-presentación de sí misma. Cada que escuchamos una pieza musical, no escuchamos la representación de ésta, si no a ella misma. Traemos la presencia de la ausencia. Al no ser una representación, no puede ser una referencia de otra cosa mas que de sí misma, y aunque la música es un fenómeno sonoro, es decir, ondas mecánicas que en el plano físico puede ser medido y percibido, pero estas ondas sonoras también son emitidas por la locomotora de un tren y éste sonido no es percibido como música;  la música como melodía y fenómeno emocional, no cuenta con un referente en el mundo físico.  

Puedes llegar a casa, sintiéndote fenomenal después de un día fantástico, decidir escuchar Requiem de Mozart, y sin entender muy bien por que, comenzar a sentir ese aire fúnebre que transmite la melodía.

Intrínsecamente estamos unidos a la música, pues de hecho todos contamos con un instrumento musical: la voz. Así pues, al formar parte de nuestro ADN, la música alcanza distintos niveles de referencia y representación. A un nivel metafísico, la encontramos unida a nuestras emociones, haciéndonos sentir aquello que el artista pretendía transmitir con esos acordes. Esto no cuenta con una representación física, pues el lenguaje, siendo nuestro modo de expresión mas básico, no llegan siquiera a tocar la realidad: al intentar hablar de un objeto sin describir sus cualidades, sino solo alcanzar algunas de sus características generales, se convierte en una mera representación de la realidad. En un ejemplo conocido, Magritte pinta una pipa, y bajo ella escribe “esto no es una pipa” lo cual nos deja una grandiosa duda: lo que ahí veo es una pipa, pero una pipa sirve para fumar y tanto el dibujo de una pipa como la palabra ‘pipa’ no tienen esa función. Por lo tanto eso no es una pipa. Lo mismo ocurre con los sentimientos transmitidos por la música. Ésta, pasa de convertirse en la re-presentación de sí misma, para ser una representación de los sentimientos de su autor.

La música en sí misma, no contiene sentimientos, son solo una progresión de acordes, interpretados por músicos que tocan instrumentos, los cuales emiten sonidos y llegan hasta nosotros; pero es ahí, en ese momento en el que toca nuestros sentidos, cuando deja de ser un fenómeno sonoro, para convertirse en una representación. Los sentimientos de su autor, se plasman en ella y ahora nosotros interpretamos esa representación y si es bien entendida la obra, de acuerdo a la opinión de muchos autores, nos apropiaremos de aquel sentimiento.

“Toda obra de arte es hija de su tiempo, y con frecuencia es madre de nuestros sentimientos” (Kandinsky, 2006,7)

Para refutar este postulado, podemos invitar a Roger Scrouton, filosofo inglés que se ha especializado en estética, y mucho ha dicho respecto a la música. En su escrito ‘Representation in Music’ expone su posición a este respecto. Él dice que para una obra de arte poder ser representativa, debe contar con 5 características, las cuales se resumen en que el espectador debe entender el tema que se esta tratando, así como interesarse en este para tener una comprensión total de la representación. De igual manera debe tomarse en cuenta el parecido que hay entre la representación y su referente en la realidad. Para Scrouton, la literatura, e incluso el arte pictórico pueden tener el poder de representar el mundo, pero un arte tan abstracto como la música, no cuenta con esa propiedad.

Muchas veces, al escuchar una pieza musical, no logramos comprender el tema principal que la obra representa, por poner un ejemplo, la obra ‘La consagración de la primavera’ de Igor Stravinsky relata los ritos que se llevan a cabo en la Rusia tradicional; pero al escuchar la obra, muy pocas personas logran adquirir la conciencia de lo que pretende transmitir. Lo único que consiguen entender es una serie de notas disonantes que llegan a sonar violentas y descarnadas; no es hasta que el espectador atiende al ballet que acompaña a la sinfonía, que visualiza el panorama completo. Mientras que una pintura inevitablemente seremos llevados a pensar en el tema representado, en la música, no puede ser imitada la apariencia de una cosa, si no el sonido que ésta emite.

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