La Máquina y el Hombre.

                            La Máquina y el Hombre.

”El problema del ser humano es la ignorancia de su propio poder” -Baruch Espinoza

Matrix nos ubica en un mundo que ha sido puesto ante nuestros ojos para ocultar la verdad. Somos esclavos en una prisión para nuestra  mente, en donde la mayoría de la humanidad vive en una realidad virtual creada por las maquinas, quienes nos utilizan como su fuente de energía. La realidad que conocemos es una ilusión creada por maquinas del futuro. El hombre no es más que un instrumento. Matrix es un claro ejemplo para el mito de la caverna que se encuentra en la obra “La Republica” de Platón, una alegoría acerca de vivir creyendo que lo irreal y falso es lo real. Si el mundo que conocemos no es más que un sueño virtual nuestro y la verdadera realidad es otra. Hay dos mundos: el real (donde se encuentran el cielo arrasado, la tierra devastada, la ciudad de las maquinas, las cosechas de humanos, las naves de los humanos y la ciudad de Sión.) y Matrix, una simulación interactiva neural, un sitio virtual donde las mentes de los humanos esclavizados creen vivir con normalidad. La idea de Matrix sirve como parábola para ilustrar el concepto de una falsa realidad opresiva y alineadora, descrita de diferente formas por diferentes filósofos, como los Maestros de la sospecha Karl Marx y Friedrich Nietzsche, y también por las filosofías orientales como el budismo y el taoísmo, las cuales representan la idea de una falsa realidad enajenadora bajo el nombre de ilusión. Cuanto más transfiere el hombre sus propias facultades a lo que lo está enajenando más pobre se vuelve y más dependiente de ello. El hombre debe ser siempre un fin en sí mismo y nunca un medio para realizar un fin. Pero ampliando este principio afirmando que la esencia humana del hombre nunca debe convertirse en medio para la existencia individual; la humanidad en el hombre, decía Karl Marx no debe convertirse siquiera en medio para su existencia individual; mucho menos podría considerarse, pues un medio para el Estado, la clase o la nación. La enajenación conduce a la perversión de todos los valores y sus valores la ganancia.

En la noción del progreso se manifiesta claramente donde se hace un amplio uso de la tecnología “todo es orden y progreso”, y aquí es donde se desecha la metafísica y la religión por carecer de comprobación científica. Para esta concepción el ser humano por fin había encontrado y asegurado su felicidad gracias al progreso, sin la necesidad de un Dios, por sus propios medios. El antropocentrismo se hace indiferencia. Ser indiferente es no importarnos lo que les pasa a los otros, es perder el sentido comunitario, es no tener tiempo para salir de sí mismo. El ser humano actual ha perdido el sentido de pertenencia, vive en el anonimato y adopta un yo que no le pertenece. Se ha exacerbado el egoísmo, está desapareciendo la experiencia del “nosotros” de la que nos habla Gabriel Marcel.

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