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La Republica

wanda1214 de Junio de 2012

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Luego de asistir a las fiestas de la Diosa Bendis se encuentran Sócrates y Glaucon en el Pireo. En la ciudad se encuentran con Polemarco, quien estaba acompañado por adimanto, Nicerato y algunos otros que también regresaban de las fiestas.

Polemarco invita a Sócrates a su casa, quien acepta.

En la casa Sócrates, se encuentra con Céfalo, quien lo saludo cordialmente. Sócrates demuestra mucho agrado por poder conversar con alguien de su experiencia en la vida y le pregunta, como considera la ancianidad.

Céfalo, le responde, que si bien lo acompañan algunos deterioros, estos le traen algunas recompensas y agrega que no saber tolerar la vejez depende no de los males humanos, sino del carácter.

Sócrates le dice que su vejez es buena, porque influye su riqueza a que esta sea llevada de lo mejor.

Sin embargo Céfalo le contesta, que la riqueza tiene sus ventajas que es la de pagar deudas, tanto a los dioses como a los hombres. Pero no es la cuestión de la riqueza o la pobreza sino la conciencia de haber sido justo o injusto durante su vida.

Sócrates opina; Que es propio definir la justicia haciéndola consistir simplemente en decir la verdad y en devolver a cada cual lo qué de el hemos recibido.

Céfalo acepta lo que expresa Sócrates, pero son interrumpidos por Polemarco exponiendo lo que dijo el Poeta Simónides: “Es propio de la Justicia devolver a cada uno lo suyo”.

Polemarco modifica la definición anterior y dice Justicia es hacer el bien al amigo que es bueno y perjudicar al enemigo que es malo. Trasímaco interrumpe el dialogo y pide enérgico a Sócrates que termine de hacer preguntas y obtener respuestas, sin dar nunca ninguna opinión.

Sócrates sorprendido y algo asustado trata de calmarlo y le dice que si tiene otra definición de que es la Justicia, dé su opinión.

Trasímaco dice: “Que la justicia no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte”.

Sócrates no entiende y Trasímaco molesto le explica; que algunas ciudades se rigen por tiranías, democracias o aristocracias y que esta tiene el poder de dictar leyes que les convienen a cada uno. La justicia no es sino conveniencia del gobierno establecido y esté es el que tiene el poder.

Hablan también del arte de la medicina que consiste en no negociar, sino curar a los enfermos, el pilotaje de un barco, no por ser el piloto simplemente un marino, sino el que ejerce el mando en la nave.

Entonces Sócrates realiza un análisis: Las diferentes arte no ordenan lo conveniente para ellas mismas, sino para otros. Es decir la medicina busca lo conveniente para el enfermo, y del mismo modo, el patrón del barco no ordena lo conveniente para sí, sino para la tripulación.

Trasímaco, descalificándolo, le contesta que así como engordan a las ovejas para otros, tampoco se practica justicia en beneficio de los demás sino de uno mismo.

Entonces divino Trasimaco, no es verdad que la injusticia sea mejor que la justicia.

Además según su opinión la injusticia es sabiduría y virtud, sobre todo cuando es perfecta y subyuga ciudades y naciones.

Sócrates, le responde: “Me ha sucedido como a los glotones, que se abalanzan sobre los platillos que se les presentan y no disfrutan ninguno. Sin haber resuelto primero que es la justicia, me he dedicado a averiguar si es un vicio o virtud, inteligencia o ignorancia. Y sin haber terminado bien de definir lo anterior, si la injusticia es más benéfica que la justicia.

Sócrates dice no he aprendido de esta conversación. No sé que es la justicia, por tanto tampoco puedo saber si es una virtud o un juicio, si el justo es feliz o desgraciado.

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