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La ciencia académica


Enviado por   •  4 de Enero de 2013  •  Informes  •  464 Palabras (2 Páginas)  •  287 Visitas

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Hace cincuenta años, cuando entré en contacto con la ciencia, raramente se hablaba sobre temas éticos. Pero actualmente, el tema de la ética en la ciencia no sólo ocupa los anuncios y los suplementos dominicales, también lo encontramos en libros, periódicos y conferencias. Lo cual me alegra, ya que he pasado la mayor parte de mi vida instando a mis colegas a ser más “responsables socialmente”. Pero, ¿cómo ha surgido este brusco cambio de actitud? ¿Por qué se espera que los científicos tengan ahora más en cuenta la ética de lo que solían? Algunos verán en ello tan sólo una consecuencia natural de la creciente influencia de la ciencia en la sociedad. Yo lo interpreto como un síntoma de la transformación de la ciencia en un nuevo tipo de institución social.

Hace cincuenta años, el mundo de la ciencia se dividía en dos tipos de instituciones. En las universidades y en organizaciones públicas de investigación se practicaba la “ciencia académica”. En los laboratorios industriales y en los de investigación y desarrollo gubernamentales se practicaba la “ciencia industrial”. Eran dos culturas diferentes, ligadas íntimamente en muchos sentidos, pero en donde los asuntos éticos se planteaban de forma bastante diferente.

La ciencia académica era enormemente individualista. Los nombramientos de la gente se debían a la contribución al conocimiento mediante publicaciones científicas. Las universidades y los institutos de investigación tenían poca influencia directa en las investigaciones. Los académicos decidían por sí mismos los temas a investigar y la forma de hacerlo. Su único límite, enorme en la práctica, era el profundo escrutinio de los resultados de su investigación por parte de otros miembros de alguna de las innumerables comunidades de investigación especializada que forman el mundo científico.

Los científicos académicos formaban parte de una red institucional mundial. La producción de conocimientos fiables estaba tan poco organizada que casi parecía el sueño de un anarquista. Funcionaba gracias a una serie de formas de actuación bien establecidas, tales como la revisión por parte de los colegas, el respeto por la prioridad del descubrimiento, la enumeración exhaustiva de la bibliografía, la selección por méritos según la calidad de investigación, etc. En 1942, Robert Merton argumentó que se cumplían una serie de normas que juntas constituían un “credo” para la ciencia. El análisis de Merton es rechazado por la mayoría de los sociólogos de hoy en día, pero yo creo que todavía proporciona el mejor marco teórico para comprender cómo interactúan estas formas de actuación para producir el tipo de conocimiento que reconocemos específicamente como “científico”.

Paradójicamente, este “credo” no tiene una dimensión ética convencional. Como mucho define una estructura básica para una comunidad

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