DIVISIÓN ACADEMICA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
kokisempaiTarea17 de Mayo de 2017
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UNIVERSIDAD JUAREZ AUTÓNOMA DE TABASCO
DIVISIÓN ACADEMICA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
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INDICE
INTRODUCCION 1
5. SAN AGUSTIN 2
5.1.1 La vida y plan de su filosofía 2
5.1.2 La verdad y la iluminación 4
5.1.3 La razón y la fe 5
5.1.4 La existencia de dios 5
5.1.5 La existencia del mundo por creación 6
5.1.6 El problema del mal 7
5.1.7 El hombre cuerpo y alma 7
5.1.8 Filosofía de la historia 8
5.1.9 Importancia e influencia de San Agustín. 8
5.2.1 TOMAS DE AQUINO 9
5.2.2 El conocimiento: La razón y la fe. 9
5.2.3 Demostraciones de la existencia de Dios. 10
5.2.4 Metafísica: la esencia y el acto de ser. 11
5.2.5. Antropología: alma y cuerpo. 12
5.2.5 Ética: la ley natural 12
5.2.6 Ley natural y leyes humanas 13
5.2.7 Política: el bien común. 13
5.2.8 Importancia e influencias de Tomás de Aquino. 14
CONCLUSION 15
INTRODUCCION
EN ESTE TRABAJO, ABORDAREMOS TEMAS MUY IMPORTANTES DE LA FILOSOFÍA, TOMANDO EN CUENTA DIFERENTES PUNTOS DE VISTA DE ACUERDO A DIFERENTES FILÓSOFOS. LA FILOSOFÍA ES UNA RAMA DEL ESTUDIO QUE TRATA DE EXPLICAR DEL ¿POR QUÉ? DE LAS COSAS, POR MEDIO DE LA OBSERVACIÓN Y POR ESO MISMO, ES NECESARIO PRESTARLE UNA ATENCIÓN ESPECIAL.
SE MUESTRA UN BREVE ANÁLISIS DE LA VIDA DE SANTO TOMAS DE AQUINO, ASÍ COMO SUS OBRAS, SUS APORTACIONES Y SU PLAN DE FILOSOFÍA. CON EL FIN DE DEMOSTRAR: LA RELACIÓN ENTRE LA FE, LA RAZÓN, LAS DEMOSTRACIONES DE LA EXISTENCIA DE DIOS, SUS 5 VÍAS DE DESARROLLO Y POR ÚLTIMO LA ESENCIA Y EL ACTO DE SER DESDE SU PUNTO DE VISTA A TRAVÉS DE SUS TEORÍAS Y SUS DESARROLLOS.
LA FILOSOFÍA ES, ENTRE OTRAS COSAS, UNA ACTITUD, UNA ACTIVIDAD, UNA TRADICIÓN Y UNA PROFESIÓN, ENTRE OTRAS COSAS. LA ACTITUD FILOSÓFICA COMÚNMENTE SE CARACTERIZA COMO UNA ACTITUD CRÍTICA, INQUISITIVA, ANTIDOGMÁTICA, ABIERTA AL ASOMBRO, ETC. UNA ACTITUD QUE SE MANIFIESTA TANTO EN EL SER, COMO EN EL SABER. PERO NO ES LO MISMO SER FILÓSOFO QUE HACER FILOSOFÍA; Y ASÍ COMO HAY MUCHAS MANERAS DE SER FILÓSOFO TAMBIÉN HAY MUCHAS ACTIVIDADES QUE LLAMAMOS FILOSOFÍA. ENTRE ESTAS, EN ESTE LIBRO NOS INTERESA LA INVESTIGACIÓN FILOSÓFICA.
AL IGUAL QUE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, LA INVESTIGACIÓN FILOSÓFICA TIENE COMO ORIGEN EL ASOMBRO FRENTE AL MUNDO, Y AL IGUAL QUE ELLA BUSCA DARLE EXPLICACIÓN Y SENTIDO. POR ELLO, LA INVESTIGACIÓN FILOSÓFICA SE PLANTEA COMO OBJETIVO GENERAR CONOCIMIENTO; SÓLO QUE EN VEZ DE CONOCIMIENTO CIENTÍFICO, EL OBJETIVO ES GENERAR CONOCIMIENTO FILOSÓFICO. COMO TODO QUEHACER HUMANO, LA INVESTIGACIÓN FILOSÓFICA ES UN PROCESO FALIBLE, PERO AL IGUAL QUE TODA INVESTIGACIÓN ESTÁ GUIADO POR UNA BÚSQUEDA DE LA VERDAD. ÉSTE ES SU OBJETIVO IDEAL
5. SAN AGUSTIN[1]
Agustín de Hipona, conocido también como san Agustín, fue el último romano así como el primer medieval, tuvo la suerte o desdicha de ver caer al más grande imperio de todos los tiempos, el imperio romano. Durante mucho tiempo, vivió como un pagano y se convirtió en un clérigo predicador del cristianismo, la nueva religión del nuevo mundo, entendió perfectamente el antiguo mundo, pero sin dios en sus creencias, pareciera que su mundo estaba vacío. Fue el máximo pensador del cristianismo del primer milenio y según Antonio Levi uno de los más grandes genios de la humanidad dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología, siendo “Confesiones” y “La ciudad de Dios” sus obras más destacadas.
5.1.1 La vida y plan de su filosofía[2]
San Agustín fue una de las figuras más enigmáticas de sus tiempo, gran representante del cristianismo y de la filosofía también, nació en el año 354 A.C. en Tagaste, cerca de Cartago, en la franja norte africana más romanizada y cristianizada. La primera persona importante en su vida y que, por decirlo de alguna manera, lo introdujo al cristianismo fue su madre “Mónica” quien lo educó mediante la fe, le enseñó buenos valores, y así logró plantar los cimientos de donde se levantaría este gran filósofo.
Su segunda influencia para convertirse en el hombre que fue, es la de su estudio de letras y retorica en Cartago, donde conocería a su esposa, con la que viviría más de 10 años y nacería su hijo Adeodato; y la tercera y muy importante, fue leer un dialogo de CICERÓN la obra actualmente perdida hortensius. Fue una lectura que le llenó el corazón de hambre de verdad, pero dentro de todo esa emoción y curiosidad, había algo más, en su corazón, había un vacío, la ausencia de cristo en esta lectura, fue así que se dirigió a la biblia, donde la lectura le pareció árida e incomprensible, y en su mente había solo una pregunta ¿Cómo podía haber un dios bueno, donde creó un mundo de abunda la maldad?
Tenía 19 años, y en busca de respuestas, se introdujo en el maniqueísmo; una religión, con algunos elementos cristianos, fundada en persa manes en el siglo III, su rasgo distintivo era que todos debían distinguir del bien y el mal y tener estos pensamientos como principios divinos y no solo como pensamientos morales, esta ideología, no convenció a San Agustín, y titubeaba obre quedarse con estas creencias o retirarse, fue entonces, cuando en un encuentro con el obispo maniqueo, lo orilló a salirse definitivamente de la religión. Otra etapa que vivió san Agustín fue la del escepticismo (Doctrina filosófica que considera que no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse ninguna opinión segura) de la academia
Neoplatónica, pero era como una salida fácil, por lo que ni lo convenció, no encontró a cristo y no se quedó allí mucho tiempo, entonces ocurrió un hecho definitivo en su vida, conocía y platicó con el obispo de Milán, Ambrosio, que le explicó muchos temas bíblicos, sobre todo, del antiguo testamento, pasajes donde según el mismo San Agustín, el leía y los tomaba literalmente y se quedaba frio de conocimientos. Un día como cualquier otro, san Agustín, entra en una pequeña crisis de llanto y arrepentimiento, y de repente, escucha una voz que le ordena “toma y lee, toma y lee” y tomó y abrió la biblia para leer algo al azar, donde encuentra una página del antiguo testamento, una página de san pablo, que habla sobre la vida de cristo frente a los desórdenes de la carne. Desde ese momento, se llenó de fe y se dedicó completamente a la vida cristiana, fue bautizado por el obispo Ambrosio, y cuando murió su madre, lloro su muerte como cualquier otro en Cartago, dos años y un poco más es ordenado sacerdote en Hipona, y dentro de un poco tiempo más se convierte en obispo de esa misma ciudad, murió en el año 430.
5.1.2 La verdad y la iluminación[3]
San Agustín siempre pensó que el escepticismo era imposible, pues la duda de toda verdad se contradice, es decir, en toda verdad hay espinas de dudas, san Agustín, interpreta el problema del conocimiento como un proceso encadenado o ligado uno de otro:
- Por las sensaciones, el alma conoce los objetos del mundo exterior a ella
- Pero el alma, es capaz de juzgar al mundo con sus sentidos, con criterios universales en el mundo, ya sean, matemáticos o de cualquier otra ciencia
- Surge la pregunta ¿Cómo llega al alma todos estos criterios de conocimiento? ¿los fabrica el alma misma? Parece que no, pues el alma es mudable y los criterios son inmudables.
Mientras el principio valorativo que precede al juicio es inmutable, la mente humana es susceptible de mudanza y error, por lo tanto, es preciso concluir, que hay una ley suprema que se llama “verdad” a la cual, todos los seres humanos debemos de darle la razón por así decirlo, pues la verdad pasa por encima de cualquier ideal individual.[4]
5.1.3 La razón y la fe[5]
Durante gran parte de su vida, san Agustín, buscó la iluminación de cierta manera, busca respuestas, ¿Qué era la razón? Y ¿qué es exactamente la fe?, al principio pensó que eran dos términos opuestos, o incluso pensó por un cierto momento que uno de los dos no existía en realidad, sin embargo llegó a la conclusión de que razón y fe no están necesariamente en oposición, sino que su relación es de complementariedad. Según él, la fe es un modo de pensar asintiendo, y si no existiese el pensamiento, no existiría la fe. Por eso la inteligencia es la recompensa de la fe. La fe y la razón son dos campos que necesitan ser equilibrados y complementados. Esta postura se sitúa entre el fideísmo y el racionalismo. A los racionalistas les respondió: Crede ut intelligas (cree para comprender) y a los fideístas: Intellige ut credas (comprende para creer). San Agustín quiso comprender el contenido de la fe, demostrar la credibilidad de la fe y profundizar en sus enseñanzas.
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