La exégesis del término filosofía

La exégesis del término filosofía

23/9/2015

La definición de un concepto como introducción a su estudio nos permite entender a qué se refiere el mismo antes de profundizar en su aprendizaje. Esta forma de presentación de la materia ya es empleada en el pensamiento clásico y posteriormente en el contemporáneo.

De este modo, para la palabra filosofía podemos utilizar dos tipos de definiciones:

• Definición extrínseca, externa a la cosa y relacionada con su etimología.
• Definición real, referente a la cosa, una vez explicada la palabra que la nombra.

“Filosofía” tiene su origen en el griego φιλοσοφία que se traduce al latín como philosophia. El término fue empleado por primera vez por Pitágoras, que unió las palabras philos (amor) y sophos (sabiduría) para formar este nuevo término.

La definición de este concepto, “amor por la sabiduría”, es ilustrada por Sócrates, cuyas palabras recoge Platón en su diálogo “El banquete”. En él recurre al mito supuestamente narrado por la sacerdotisa Diotima en el que se explica cómo Penia, la pobreza, y Poro, el recurso, conciben a Amor, quien por ser hijo de ambos hereda características tanto de uno como de otro. De esta forma el amor presenta atributos contradictorios: camina entre la inseguridad y la osadía, muere y florece según disponga de recursos para ello y se encuentra entre la sabiduría y la ignorancia. Esto es lo que sucede con el conocimiento: un ignorante, como sujeto que desconoce incluso su propia incultura, no sentirá la necesidad de buscarlo en tanto que no cree necesitarlo. Por otro lado, un sabio, en tanto que poseedor de la verdad tampoco necesitará buscar lo que ya está en su poder. Así un filósofo, un enamorado del saber, no se identifica con ninguno de estos dos términos, sino que encontrándose entre ambos, es quien desconoce la verdad, pero siendo consciente de su desconocimiento decide buscarlo, alguien a quien su propia ignorancia le molesta y por eso trata de combatirla.

**Mito: Narración que pretende explicar el origen y naturaleza del mundo, así como grandes acontecimientos de la humanidad. Se atribuyen principalmente a las religiones antiguas.

• La localización de los hechos que relata es imprecisa tanto en términos físicos como temporales.
• Los personajes sobre los que habla son sobrehumanos.
• Su intención es didáctica (explica los hechos naturales e históricos que de otra forma la gente era incapaz de entender)

SABER FILOSÓFICO

• Episteme y doxa: Son antónimos que hacen referencia al saber comprobado metodológicamente (episteme) contrario a la opinión individual (doxa) –puede entenderse como la opinión que se acepta como verdad sin tratar de comprobarla. Así pues doxa es contraria al saber filosófico.
• Proposiciones: Son el medio mediante el cual se enuncia el saber. Su clasificación, por tanto, es útil para la estructuración del saber mismo:

1. En cuanto a la cantidad a la que refieran las proposiciones pueden ser:

1. Universales: no dependen del espacio ni del tiempo
2. Particulares
3. Singulares

Son las proposiciones universales las que se identifican con las filosóficas.

1. En cuanto a su forma, esto es, relación entre sujeto y predicado:

1. Analíticas: El predicado ya está implícito en el sujeto, por lo que no aumentan nuestro conocimiento sobre el mundo, sino que hablan del lenguaje. Deben respetar siempre el principio de no contradicción.

 (Ejemplo: Los solteros no están casados)

1. Sintéticas: Al no estar el predicado incluido en el sujeto, éstas sí aumentan nuestro conocimiento sobre el mundo, respetando también el principio de no contradicción.

(Ejemplo: El agua hierve a 100 ºC)

Las proposiciones filosóficas deben ser sintéticas.

1. Según su contenido, o su relación con la experiencia:

1. A priori: Proposiciones necesariamente ciertas, antes de ser experimentadas, es decir, universales y necesarias
2. A posteriori: Al necesitar de la experiencia para probar su veracidad, éstas son particulares y contingentes.

Las proposiciones filosóficas deben ser ciertas a priori.

Resumen: Las proposiciones filosóficas deben ser sintéticas, a priorísticas, universales.

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