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Filosofía. Significado y sentido del término “filosofía”


Enviado por   •  11 de Agosto de 2015  •  Apuntes  •  3.166 Palabras (13 Páginas)  •  80 Visitas

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Filosofía.

Significado y sentido del término “filosofía”.

El término utilizado para designar a los sabios griegos era “sofos”. Pitágoras decía que solo a los dioses se les era posible la “Sofía”, es decir la apropiación perfecta y acabada de la verdad.

La filosofía no es solo la actitud inquieta de buscar la verdad, sino que también es una actitud que se tiene ante la verdad misma. La filosofía propone explicar la totalidad de las cosas sin exclusión de partes, esto quiere decir que pretende dar una respuesta racional a todas las cosas y su objetivo de estudio es conocer y contemplar la verdad.

Orígenes de filosofar.

Según Jaspers no es lo mismo decir los comienzos de la filosofía y los orígenes de la filosofía, porque el “comienzo” designa el inicio histórico de la filosofía y el “origen” en cambio, designa a la fuente de la que mana en todo tiempo, el impulso a filosofar.

El origen de la filosofía tiene múltiples causas: del asombro sale la pregunta y el conocimiento; de la duda acerca de lo conocido, el examen crítico y la clara certeza; de la conmoción del hombre y de la conciencia de estar perdido la cuestión de “si propio”.

Origen de la filosofía.

Los estudiosos considera que la filosofía es netamente griega porque su contexto social, político y económico, proporcionaron sin dudas su advenimiento.

En los siglos VI y VII a.C. Grecia sufrió una gran transformación social y económica, pasando de ser un país primordialmente agrícola, a ser un país comerciante con primitivas industrias artesanas.

Los filósofos de la naturaleza y el “arje”.

La filosofía nace en la ciudad portuaria de Mileto en el S. VI a.C.

Esta colonia se convirtió en una ciudad portuaria por excelencia, centro del comercio y de las nuevas ideas.

Por su tema de estudio se denomina a estos pensadores:

Filósofos de la fisis (naturaleza)

Filósofos del cosmos (mundo)

Filósofos del “arje” (origen, principio) por la radicalidad de la pregunta que se hacen acerca de la naturaleza.

¿Cómo surge este cuestionamiento?

El análisis de las variadas manifestaciones del mundo sensible, las interminables secuencias físicas de nacer y perecer, los continuos cambios, o la materia en sí, llevaron a estos primeros filósofos a cuestionarse sobre la procedencia de todas las cosas y los elementos que intervienen en su constitución originaria.

Tales de Mileto: las razones que justifican llamarlo el “primer filosofo”, es porque Tales abrió una nueva área al conocimiento. La búsqueda de Tales se dirigió a la naturaleza de las cosas, siendo el iniciador de la filosofía de la “fisis”. Al afirmar que “existe un principio originario, causa de todas las cosas que son”, realiza la primera proposición filosófica.

Anaximandro: el joven discípulo de Tales, Anaximandro, compartió con su maestro la idea de que hay una sustancia única de la cual provienen todas las cosas. Pero al contrario de Tales, pensaba que esa sustancia originaria no podía ser ningún elemento determinado, argumentando que el agua y las demás cosas son variaciones de este elemento primario.

Anaximandro estableció la idea del “cosmos”, concepto de fundamental importancia para entender a los filósofos posteriores.

El hombre como tema de preocupación filosófica.

A partir de los sofistas y Sócrates hay un cambio en el tema de estudio de la filosofía, antes era la naturaleza y ahora es “el hombre, su esencia y su comportamiento”

Los Sofistas

Las fuentes más conocidas de los sofistas son los “diálogos” de Platón, y los presenta de una forma unilateral. La visión de Platón hacia los sofistas era totalmente oscura, él decía que eran hombres codiciosos en búsqueda de jóvenes ricos, los llamo comerciantes de la sabiduría.

Aristóteles afirma que la sofistica es una sabiduría aparente. Estos juicios negativos adquirieron una resonancia peyorativa que llega hasta nuestros días.

Para los sofistas el arte de la persuasión (oratoria, retórica y dialéctica), se convirtió en el elemento indispensable para llegar a los cargos directivos. La palabra se transformó en el arma eficaz para ganar votos o adeptos; para bien o para mal. No pueden existir presupuestos absolutos o verdades dogmáticas.

Protágoras de Abdea.

Es el más famoso de todos los sofistas y el más celebrado. Vivió en el S V, viajo por toda Grecia y paso varias temporadas en Atenas donde logro un gran éxito.

Su conocida afirmación “el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son y de las que son en cuanto que no la son”.

Decir que el hombre es la medida de todas las cosas significa que el conocimiento que pudiera alcanzar de cualquier cosa, estará limitado de sus capacidades humanas. El conocimiento humano está limitado por las percepciones humanas que son distintas entre un hombre y otro.

La consecuencia lógica que lleva a afirmar que los hombres tienen conocimientos distintos de las cosas, será afirmar que cada hombre tiene su criterio distinto de las cosas. Presenta, de esta manera, en un relativismo gnoseológico.

Protágoras lleva el relativismo gnoseológico a un relativismo moral. De la misma manera que cada hombre conoce de acuerdo a su manera de percibir, cada hombre tiene criterios particulares para vivir.

No existen valores morales absolutos, sino relativos. Al no existir valores morales absolutos cada hombre puede decir lo que es moral.

Gorgias.

Este sofista llego a Atenas como embajador de Leontini. Su radical posición que tuvo frente a la verdad lo llevo, de ser filosofo a ser maestro de la oratoria.

Su postura se resume en los siguientes presupuestos:

1.       Nada existe.

2.       Si algo existiese, no podría ser conocido.

3.       En caso que puede ser conocido, no podría ser expresado.

De la tercera afirmación se desprende que el hombre se comunica con palabras, pero las palabras son signos (símbolos) y los símbolos nunca pueden ser la cosa que se conoce.

Por medio del arte del discurso cree poder despertar en el hombre cualquier convencimiento.

El arte de la retórica y los sofistas significaron para la vida intelectual griega un gran retroceso y un enorme peligro. Si la corriente sofistica hubiera seguido, son su subjetivismo y relativismo, formando a los jóvenes griegos seguramente hubiera destruido la cultura, las costumbres y la idiosincrasia helena.

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