La prueba del cielo “Antropología Filosófica”

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Licenciatura en Psicología

“Antropología Filosófica”

Nombre: Ana Karem García Chávez.

Grupo: 1 cuatrimestre. Turno: matutino.

Profesor: Estela Jaqueline Rayas Padilla.

Entrega:

“LA PRUEBA DEL CIELO”

La muerte del cuerpo y del cerebro no supone el fin de la conciencia, que la experiencia humana continua más allá de la muerte. He tenido el privilegio de constatar que nuestra vida no termina con la muerte del cuerpo o el cerebro.

Fui adoptado a la edad de 4 meses, mi padre era al igual que yo un Neurocirujano, falleció en 2004; mis padres me amaron como si realmente hubiese sido su hijo de sangre. Me titule en medicina el 1980, realice mi primera intervención quirúrgica en 1981 en Duke, tuve dos hijos Even y Bond; pase 15 años trabajando en la Facultad de Medicina de Harvard en el hospital Brigham.

Un día en la mañana tenía un dolor intenso en la espalda el cual no se quitó con nada, me recosté y perdí la conciencia mi mujer se percató de aquello dos hora más tarde al igual que estaba convulsionando; llamo a la ambulancia y me trasladaron al hospital, los siguientes 7 días solo estuve presente en forma corporal, mi mente,  mi espíritu, la parte central y humana de mí se habían perdido en otra parte.

En el hospital volví a convulsionar, mi colega Laura le preocupaba que hubiera daños encefálicos graves y posiblemente irreversibles.

Me sacaron líquido cefalorraquídeo se produce medio litro al día, cualquier disminución indica una hemorragia en el cerebro; a esta infección se le llama Meningitis (que es la inflamación de las meninges, cuando la meningitis con alguna variedad de bacterias invade el fluido cefalorraquídeo, esta célula comienza a devorar la glucosa del fluido y el propio cerebro).

Entraba en ese 1% que de cada 10 millones de adultos que la contraen espontáneamente, cuando la meningitis ataca al cerebro y las funciones más relevantes del humano. Me diagnosticaron un caso rarísimo de meningitis  bacteriana por E. Colli ese mismo día de instancia perdí el conocimiento totalmente por 7 días.  Varios estudios demostraban que mi cerebro inflamado y peligrosamente hinchado, me daba el 10% de supervivencia pese al tipo de meningitis obtenida.

 Ahí fue donde empecé a ver la oscuridad  primero parecía como si estuviera dentro del fango entre raíces, arboles, gusanos  y animales no me podía mover entre más me movía mi cuerpo se hundía más; de pronto algo comenzó a acercarse no podría describirlo cuando se acerco era algo muy destellante una luz que me mostraba una puerta al abrirla fue como cambiar de dimensión se veía un paisaje hermoso, personas y niños vestidos sencillamente pero con una ropa muy hermosa reían, alrededor cascadas, arroyos, campos un mundo hermoso, ahí mismo había una muchacha que vestía sencillamente, con alas de mariposa; una sonrisa radiante, tenía una mirada superior y me dijo:

• Os aman y aprecian profundamente y eternamente.
• No tenéis nada que temer.
• Nada de lo que hagáis puede ser malo.

Eso me hizo sentir aliviado, demasiado arriba, contemple la abundancia de la vida a través del universo.

Al hacerme preguntas sobre donde estaba, quien era y porque estoy aquí la respuesta llegaba al instante en forma de amor, luz, color y belleza. Aprendí demasiado arriba, contemple la abundancia de la vida a través del universo.

La sensación de amor y aceptación incondicionales fue lo que aprendí y experimente en este viaje, sería más fácil tomar decisiones buenas si supiéramos  toda la belleza que nos espera cuando partamos, todos tenemos libre albedrio pero esto conlleva al hecho de alejarse del amor y la aceptación, Dios es la perfección del universo.

Mientras tanto al día siguiente en el hospital se dieron cuenta que la medicina no surtía efecto y comenzaron las preguntas de por qué el antibiótico no hacia ceder la bacteria, mi caso estaba a punto de pasar a la historia de la medicina. Llamaron a mi amiga Silvia una persona dotada de capacidades para la percepción, ella trato de comunicarse conmigo; en efecto el E. Colli lo había contraído en Israel, ya llevaba 4 días en coma y mis esperanzas de que todo saliera bien eran muy mínimas, mi caso era único en la historia de la ciencia médica, pasaban los días y no daban esperanzas mi esposa siempre me repetía: Tu cuerpo sabe lo que tiene que hacer aún no te llega tu hora.

Hubo un tiempo en el cual caí en depresión cuando investigue que mis padres biológicos realmente no me querían, asistí a terapia de pareja pues me empecé a perder después de 7 años intente acercarme nuevamente y empecé a mantener contacto con mi hermana. En 2007 conocí a mis padres y allí por primera vez en mucho tiempo supe que mi vida estaba bien, mi familia era algo importante y yo ya había recuperado la mía. La única pregunta que quedaba al aire era si había un Dios que amara y esa respuesta llego después de 7 días en coma y resulto ser una sorpresa.

Ya no podía ver el cielo las las puertas se me habían cerrado, las plegarias de las personas que pidieron por mí me llenaron de energía, como lo dijo mi acompañante el cielo vendrá conmigo; el camino de regreso ya estaba listo.

Los doctores dijeron que si en 12 horas no había evolución retirarían antibióticos y dejarían que tomara su curso, después de todos los días por fin abrí los ojos todos estaban súper sorprendidos fue como si regresara de la existencia terrenal.

No todo estaba tan bien; empecé con alucinaciones, pase dos días desvariando con el paracaidismo mi deporte favorito, poco a poco todo tomo sentido no recordaba nada anterior al coma pero si el inhóspito y feo reino de la perspectiva del gusano, el idílico portal y el asombroso y celestial núcleo; poco a poco empecé a cobrar lucidez, me pregunta si el E. Colli había dejado secuelas n mi poco a poco volvían recuerdos, lenguaje; todos estaban sorprendidos por la celeridad de mi recuperación, salvo yo mismo. Yo quería empezar a contar todo lo que sucedió en la semana pero nadie daba crédito a lo que decía.

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