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ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA.


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2016  •  Resúmenes  •  1.071 Palabras (5 Páginas)  •  162 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE

FACULTAD DE HUMANIDADES

LICENCIATURA EN LITERATURA

ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

PROF. MARCOS RODRIGUES

REPORTE DE LECTURA:

PLATÓN

ALUMNO: WITINEA YE HELEN REBECA

MAT: 39691

SEMESTRE: 1º  GPO: 1-A

San Francisco de Campeche, Campeche, a 14 de septiembre de 2016.

  1. Vida y contexto.

Platón nació en Atenas el 427 a. C., era hijo de Aristón y Perictione, que procedía de una de las familias más antiguas y nobles del país. Su juventud transcurrió en la época de la guerra del Peloponeso que Atenas vivió en el esplendor de la cultura de Pericles.

El suceso más importante en su formación intelectual fue su encuentro con Sócrates del que fue discípulo durante ocho años. Algunos años después de la muerte de Sócrates (399) en el 390 a. C., Platón emprende un gran viaje. En primer lugar, visita Egipto, de allí marchó a Cirene donde, bajo la dirección del matemático Teodoro, estudia profundamente la Geometría. Parte después a la Magna Grecia, estableciendo una estrecha relación con los pitagóricos: conoce sus matemáticas, su teoría de los números y las doctrinas que sobre el alma mantenían estos filósofos. Desde la Magna Grecia emprende el que será el primero de sus tres viajes a Sicilia. Muere Platón en el 347 a. C.

  1. Influencias.

Su formación filosófica tuvo las siguientes influencias:

  • Fue discípulo de Crátilo, un seguidor de Heráclito, que se planteaba el problema del cambio y la eternidad.
  • Tuvo influencias pitagóricas que pesarían más tarde en la ética y la antropología.
  • Fue amigo y discípulo de Sócrates del que tomaría su convencimiento de que la verdad existe y es cognoscible, y que el conocimiento del bien a través de la educación es la clave para lograr una sociedad justa.

Platón no pensó en un vacío intelectual. Su pensamiento se fue construyendo sobre y contra las ideas de los que le precedieron. Algunas de sus concepciones más profundas y originales fueron el resultado de intentar resolver diversos problemas que había heredado de la filosofía anterior y que le preocupaban vivamente. Comenzaremos, entonces, por trazar los rasgos principales de este territorio en el que crece la filosofía de Platón, antes de exponer su propia doctrina

  1. Obras.

Los escritos de Platón presentan dos características principales:

  • La inmensa mayoría de su obra está escrita en forma de diálogo.
  • A lo largo de su vida Platón reelabora su doctrina, por lo que es conveniente dividir su producción filosófica en etapas diferenciadas.
  • Primer período: escritos socráticos.- Los Diálogos de esta etapa están escritos bajo la influencia de la filosofía socrática. En ellos Sócrates es el personaje central que busca, en el curso del diálogo, una definición universal de diversos conceptos morales, búsqueda, por otra parte, que suele limitarse a plantear problemas. En ellos no aparece ninguna mención a la Teoría de las Ideas, núcleo central de la filosofía platónica. Pertenecen a esta etapa: Apología de Sócrates, Lisis, Laques, Eutifrón, Gorgias, Hipias Menor, Protágoras, Ión, Critón, Cármides.
  • Segundo período: diálogos de madurez.- En ellos Sócrates sigue ocupando el lugar central pero exponiendo temas de origen pitagórico, como la inmortalidad del alma, o de la cosecha propia de Platón, como la Teoría de la Reminiscencia o la Teoría de las Ideas. Pertenecen a esta época: Menón, Menéxeno, Eutidemo, Crátilo, Fedón, Fedro, República y Banquete.
  • Tercer período: diálogos críticos. En estos diálogos Platón plantea una serie de objeciones a su doctrina de las ideas. Sócrates deja de ser el protagonista. Fueron escritos después de su segundo viaje a Sicilia. Pertenecen a este período: Parménides, Sofista, Filebo, Político, Critias, Timeo, Teeteto, Leyes.

  1. Visión antropológica.

Platón, como hemos dicho, continúa la obra de rehabilitación de la moral iniciada por Sócrates en contra de los planteamientos relativistas de los sofistas, pero su reflexión no se agota en lo moral, sino que se extiende ampliamente a las esferas del ser y del saber.

Sócrates estaba convencido de la posibilidad de hallar definiciones universales para todos los conceptos morales fundamentales, que pudieran servir para establecer criterios éticos, igualmente universales, sobre los que asentar la convivencia humana. Platón aceptará este presupuesto socrático, pero, a diferencia de Sócrates, entiende que tales definiciones universales no pueden ser obtenidas por inducción a partir del examen de los casos particulares pertenecientes al mundo sensible, ni ser aplicadas a ese mundo sensible que está sujeto a un constante cambio, a un continuo fluir, tal y como había señalado Heráclito. Por ello, si Sócrates estaba en lo cierto al suponer que existían esas definiciones mediante las cuales expresamos la verdadera esencia de las cosas, y Platón así lo creía, entonces tales verdades habrían de existir como realidades inmutables independientemente, por lo tanto, del mundo sensible y cambiante. Esta suposición originaba dos problemas fundamentales: a) ¿Hay evidencia de que existan esas esencias inmutables que expresamos en la definición? b) Si existen, ¿cómo podríamos conocerlas? ¿Cómo podría ir nuestra mente más allá de la experiencia salvando el abismo entre el mundo sensible y cambiante y el mundo de esas esencias inmutables y eternas que Platón llamará Ideas?

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