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La ética, su objeto de estudio y su sentido sociocultural

04vanessaApuntes16 de Septiembre de 2023

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Índice.

Introducción.

La ética es una rama fundamental de la filosofía que se ocupa del estudio y la reflexión sobre lo que se considera correcto o incorrecto en la conducta humana. Se trata de un campo vasto y complejo que ha intrigado a pensadores, filósofos, religiosos y académicos a lo largo de la historia de la humanidad. La ética busca comprender y responder preguntas fundamentales sobre cómo debemos comportarnos, qué principios y valores deben guiar nuestras acciones y cómo podemos tomar decisiones morales en situaciones cotidianas y complejas.

Desde sus raíces en la antigua Grecia, con filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles, la ética ha evolucionado en múltiples direcciones. Se ha dividido en diversas corrientes y enfoques, cada una con sus propias teorías y perspectivas. Algunos de los enfoques éticos más influyentes incluyen el utilitarismo, el de ontologismo, la ética de la virtud y la ética del cuidado, entre otros.

El utilitarismo, por ejemplo, promueve la idea de que una acción es moralmente correcta si produce la mayor cantidad de felicidad o bienestar para la mayoría de las personas. El de ontologismo, en cambio, se centra en la idea de que ciertas acciones son intrínsecamente correctas o incorrectas, independientemente de sus consecuencias. La ética de la virtud se enfoca en la formación del carácter moral de una persona, promoviendo virtudes como la honestidad, la benevolencia y la justicia como guías para la conducta. Mientras tanto, la ética del cuidado resalta la importancia de las relaciones interpersonales y la responsabilidad hacia los demás en la toma de decisiones éticas.

Además de estas teorías éticas, la ética también aborda cuestiones prácticas que surgen en la vida cotidiana y en el ámbito profesional, como la ética empresarial, la ética médica, la ética periodística y muchas otras. Estos campos se ocupan de aplicar principios éticos a situaciones específicas, lo que a menudo implica lidiar con dilemas morales complejos.

La ética también está vinculada estrechamente con la moralidad, que se refiere al conjunto de normas y valores que una sociedad o una cultura consideran aceptables. La moralidad puede variar de una cultura a otra y, a veces, incluso dentro de una misma sociedad a lo largo del tiempo. Esto lleva a debates éticos en curso sobre cuestiones como el aborto, la pena de muerte, los derechos humanos, la igualdad de género y muchos otros temas de relevancia social.

El juicio moral y el juicio ético son dos conceptos intrínsecamente ligados que involucran la evaluación de nuestras acciones desde una perspectiva moral. El juicio moral implica discernir entre lo que está bien y lo que está mal desde la perspectiva de nuestras creencias personales y valores arraigados en la cultura y la sociedad en la que vivimos. Por otro lado, el juicio ético va un paso más allá al examinar nuestras acciones a la luz de principios y teorías éticas más amplias, lo que a menudo implica considerar el impacto de nuestras acciones en los demás y en la sociedad en su conjunto.

A lo largo de la historia, estas dos formas de evaluación han desempeñado un papel crucial en la toma de decisiones morales y en la construcción de un marco para una conducta ética. En esta introducción, exploraremos en profundidad la distinción entre el juicio moral y el juicio ético y su importancia en nuestras vidas cotidianas.

Los valores éticos fundamentales son los pilares sobre los cuales se construye nuestra brújula moral y se guían nuestras acciones y decisiones en la vida. Estos valores, arraigados en la conciencia humana, representan principios esenciales que determinan lo que consideramos correcto o incorrecto, justo o injusto. A lo largo de la historia, la humanidad ha identificado y promovido una serie de valores éticos fundamentales, como la honestidad, la justicia, la benevolencia y la responsabilidad, que sirven como cimientos para la convivencia armónica en sociedad. En esta introducción, exploraremos la importancia y el impacto de estos valores éticos fundamentales en nuestra vida cotidiana y en la toma de decisiones, así como su influencia en la construcción de sociedades basadas en principios éticos sólidos.

Los derechos humanos constituyen un conjunto esencial de prerrogativas y garantías que son inherentes a todas las personas, independientemente de su nacionalidad, género, orientación sexual, religión, raza o cualquier otra característica personal. Estos derechos fundamentales son considerados como universales, inalienables e indivisibles, y se basan en principios éticos y morales que promueven la dignidad, la igualdad y la libertad humanas.

Los derechos humanos representan un estándar ético y legal que establece el trato justo y respetuoso hacia cada individuo, reconociendo su valor intrínseco como ser humano. A lo largo de la historia, la comunidad internacional ha trabajado para identificar y proteger estos derechos esenciales a través de documentos como la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por las Naciones Unidas en 1948.

El comportamiento ético es un pilar fundamental en la construcción de sociedades justas y equitativas, y su relevancia se extiende a múltiples ámbitos de la vida, incluyendo el personal, social, académico y en el ejercicio de la ciudadanía. En esta introducción, exploraremos el significado y el sentido del comportamiento ético en cada uno de estos dominios, destacando cómo contribuye a la convivencia armoniosa, al desarrollo personal y al progreso de las comunidades.

En el ámbito personal, el comportamiento ético se refiere a la adhesión a principios y valores morales que guían nuestras acciones y decisiones diarias. Esto implica, por ejemplo, ser honestos, respetuosos y justos en nuestras relaciones con los demás. La ética personal no solo fortalece nuestra propia integridad, sino que también influye en la calidad de nuestras interacciones con amigos, familiares y colegas, creando vínculos de confianza y respeto mutuo.

En el ámbito social, el comportamiento ético se traduce en el respeto por los derechos y la dignidad de todas las personas, sin importar su origen, género, orientación sexual o creencias. Fomenta la inclusión y la igualdad, y desalienta la discriminación y la injusticia. En una sociedad donde prevalece el comportamiento ético, se promueve la solidaridad y la cooperación, lo que contribuye a un ambiente más pacífico y armonioso.

En el ámbito académico, el comportamiento ético implica la integridad en la investigación y el aprendizaje. Significa no cometer plagio, dar crédito adecuado a las fuentes, y esforzarse por adquirir conocimiento de manera honesta y rigurosa. La ética académica es esencial para mantener la credibilidad de las instituciones educativas y para que los estudiantes desarrollen habilidades y valores que les servirán a lo largo de sus vidas.

En el ejercicio de la ciudadanía, el comportamiento ético se relaciona con el cumplimiento de nuestras responsabilidades cívicas, como votar de manera informada, participar en el debate público con respeto y consideración por las opiniones de los demás, y respetar las leyes y los derechos de los ciudadanos. La ética cívica es esencial para el funcionamiento adecuado de una democracia y para la construcción de una sociedad justa y equitativa.

El comportamiento ético es un componente esencial de una vida plena y de una sociedad funcional. En todos los ámbitos mencionados, promueve valores como la honestidad, el respeto, la justicia y la solidaridad, que son fundamentales para el bienestar individual y colectivo. Practicar la ética en estos dominios no solo beneficia a quienes la siguen, sino que también contribuye al mejoramiento de la convivencia y al avance de nuestras comunidades y sociedades en su conjunto.

                                  1.1. Generalidades de la ética.

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1.1.1. La ética, su objeto de estudio y su sentido sociocultural.

La ética, también llamada filosofía moral, es la disciplina que estudia la conducta humana. Las discusiones éticas se dan en torno al bien y el mal moral es lo correcto y lo incorrecto, la virtud, la felicidad y la idea de deber.

Mientras la moral es el conjunto de principios, juicios o pautas que regulan la conducta humana, la ética es la disciplina que estudia y reflexiona sobre estos mismos preceptos. Allí donde existe un dilema moral, existe una pregunta ética.

La ética, es también conocida como filosofía moral, es una rama de la filosofía que implica sistematizar, defender y recomendar conceptos de conducta correcta en todos los ámbitos de la vida humana.

Es decir, la ética no se limita al ejercicio filosófico, sino que también participa en el campo profesional de otras ciencias y disciplinas, como la medicina, la economía, la política o la psicología y la responsabilidad social. Pretende descubrir qué hay detrás de la forma de ser y de actuar del ser humano al tiempo que trata de establecer "reglas" de lo que es "bueno" y lo que es "malo". En ese sentido, la importancia de la ética radica precisamente en saber qué está bien y qué está mal como individuos y como sociedad.

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