Marsilio De Padua

Este texto nos dice que la obra principal de este autor es El defensor de la paz (1324), Marsilio fue un cristiano aristotélico, mas tanto su cristianismo como su aristotelismo difieren de las creencias de Santo Tomás de Aquino. Marsilio se presenta como estricto seguidor de Aristóteles, “el divino filosofo” o “el sabio pagano”. Nos dice que con respecto a la republica, esta existe con miras de la vida buena, y esta última consiste en dedicarse a la actividad que corresponde al hombre libre, es decir, el ejercicio de las virtudes del alma practica así como del alma especulativa.

Aunque la felicidad practica o cívica “parece ser” el fin de las acciones humanas, de hecho la actividad del metafísico es más perfecta que actividad del príncipe, que es el hombre activo o político por excelencia. Marsilio conviene con Aristóteles al considerar el propósito de la republica como el motivo para otros tipos de causas de la republica y de sus partes.

Aristóteles no conoció una enfermedad muy grave de la sociedad civil, una “cosa mala, el enemigo común de la especie humana”, que hay que erradicar. Aristóteles no conoció la “pestilencia” en cuestión, porque no pudo conocerla, fue la accidental consecuencia de un milagro y aun menos habría podido ser prevista por el más sabio de los hombres que el milagro mismo. El milagro fue la revelación cristiana, y la enfermedad surgió de las pretensiones, en nada sostenidas por las Escrituras, de la jerarquía cristiana, pretensiones que culminaron con la idea de la plenitud del poder papal. Marsilio declara que ésta es la única enfermedad política que él tratara, pues las otras ya fueron tratadas por Aristóteles.

El texto también nos dice que los sacerdotes son los únicos maestros que forman parte de la republica. Según la Política de Aristóteles, los sacerdotes forman en realidad una de las seis partes de la republica, pero su función no consiste en enseñar. Sin embargo, el hecho de que Marsilio se desvié de Aristóteles en este punto no se basa en una mala interpretación; se desvía de la letra y no del espíritu de su maestro. Al aseverar que el sacerdocio es la única parte de la republica que está esencialmente dedicada a la enseñanza, Marsilio llama nuestra atención sobre el hecho importante de que, según Aristóteles, los filósofos, lejos de ser la parte gobernante de la mejor republica, pues el fin de la republica como republica no es la perfección especulativa ciudadana y naciones no filosofan.

Según Aristóteles, la acción del sacerdote es menos noble o menos perfecta que la acción del gobernante, pero en “la laye de los cristianos” y solo en esa ley, la acción del sacerdote es la más perfecta de todas. Nos dice que, los sacerdotes son simples ciudadanos, pero, dado que los sacerdotes cristianos deben imitar a Cristo y por tanto vivir en evangélicas pobreza y humildad.

Por último, Marsilio dice

...