Método cartesiano: ideal matemático de certeza, duda metódica y principio de verdad

EL MÉTODO CARTESIANO: ideal matemático de certeza, duda metódica y principio de verdad

Es en el siglo XII vuelve a resurgir el problema del conocimiento, racionalistas y empiristas, cada uno desde su perspectiva, se enfrentan a la misma pregunta: ¿qué método es el adecuado para alcanzar la verdad?

El Racionalismo, y Descartes como su más reputado representante, parte de un principio fundamental: que el buen sentido o la razón, consiste en la capacidad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, y es naturalmente igual en todos los hombres. Ahora bien, si todos tenemos la misma capacidad de razonamiento, ¿por qué surge la diversidad de opiniones y teorías? ¿Qué debo hacer para buscar la verdad? ¿Qué representa el criterio de verdad en el método? A lo largo de esta redacción trataré de exponer la postura de Descartes en relación con estas cuestiones.

La razón es la cosa mejor repartida del mundo, las contradicciones de la filosofía y la diversidad de opiniones, no se deben, por tanto, a que existan diferencias en cuanto a la razón entre unos y otros, sino tan solo a que conducimos nuestros pensamientos por distintos caminos y a que no consideramos las mismas cosas. Descartes nos afirma que la razón es única, de ahí que el saber es único, y por lo tanto debe haber un único método para alcanzar la sabiduría.

Es por ello que el filósofo elabora un método para buscar la verdad de las cosas inspirado en las matemáticas, la única ciencia para Descartes que da con una verdad indudable y una certeza absoluta. La lógica, el análisis matemático de los antiguos y el álgebra de los modernos, que hacen que las matemáticas obtengan conocimientos verdaderos, serán en los que se inspirará el método cartesiano.

Por lo tanto, Descartes defiende la idea de una ciencia unificada y universal, la “Mathesis universalis”, fundada precisamente en la ya comentada unidad de la razón y unidad del método matemático.

Son cuatro reglas en las que ha resumido su análisis y reflexiones sobre el método de las matemáticas y su aplicabilidad a la filosofía, para dotar a esta de la misma seguridad que las matemáticas.

El primer precepto es la evidencia, esta consiste en aceptar como verdadero sólo aquello que se nos presente con claridad y distinción, es decir, que no hay posibilidad de duda. Esta regla nos muestra como indicaciones que debemos evitar la precipitación, aceptar como evidente lo que es confuso, y la prevención, el error contrario, no aceptar como evidente aquello que es claro y distinto.

El segundo precepto es el análisis, que supone dividir cuestiones o problemas en ideas más simples, aquellas captadas simplemente por la intuición.

La tercera regla es la síntesis en este proceso se parte de la deducción, una cadena ordenada de evidencias que parte de las ideas claras y distintas para llegar al conocimiento de lo más complejo, con la misma claridad y distinción. Pero para ello deberá alcanzar esa primera verdad de la cual deducir el resto. Cuanto más nos alejemos de esa evidencia más posible será el error. Por lo que el primer problema de Descartes será intentar buscar esa idea simple y evidente, a partir de la cual poder deducir otras.

Finalmente, la enumeración compleja, encargada de revisar todos los procesos para así comprobar que no hemos omitido nada.

Hasta ahora hemos establecido el método para obtener el conocimiento verdadero, pero, ¿por dónde comienzo la búsqueda? El primer paso es llamado la duda metódica, es la aplicación de la primera regla del método, no admitir alguna cosa como verdadera en tanto que no se conozca con evidencia. Esto requiere la eliminación de todos los conocimientos que hasta ahora han sido considerados verdaderos, pero que, sin embargo, no poseen una certeza absoluta. Por ello, Descartes comienza a dudar de todo, toma una postura aparentemente escéptica para alcanzar la primera idea simple y evidente.

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