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NADIE ME VERA LLORAR


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2012  •  3.940 Palabras (16 Páginas)  •  818 Visitas

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NADIE ME VERÁ LLORAR

Cristina Rivera Garza, autora de la novela Nadie me verá llorar, “nació en Matamoros, Tamaulipas, México en 1964. Se graduó en la UNAM en Sociología y doctoró en Historia Latinoamericana por la Universidad de Houston. Fue profesora asociada de historia mexicana en la Universidad Estatal de San Diego (1997-2000). Profesora del Departamento de Comunicación y Humanidades y Co-directora de la Cátedra de Humanidades del ITESM campus Toluca (2004-2008) y actualmente es profesora de Escritura Creativa en el Departamento de Literatura de Universidad de California en San Diego. Ha sido acreedora a la Beca Salvador Novo 1984-1985, a la beca FONCA Jóvenes Creadores 1994-1995, en novela; y a la beca FONCA Jóvenes Creadores 1999-2000 en poesía. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores Artísticos (2007). Sus investigaciones de corte histórico sobre las definiciones populares de la locura y la historia de la psiquiatría en México a inicios del siglo XX han aparecido en las revistas Hispanic American Historical Review, Journal of the History of Medicine and Allied Sciences, entre otras en Inglaterra, Argentina y los Estados Unidos. Su obra literaria ha merecido los seis premios más importantes que se convocan en México.” Recuperado de: http://www.escritores.org/index.php/biografias/143-cristina-rivera-garza

Cristina Rivera Garza recibió una serie de premios por todas sus obras, pero con nadie me vera llorar gano premios como el premio IMPAC-CONARTE-ITESM 2000, el premio nacional de novela y el premio Sor Juana Inés de la Cruz. Esta novela es sin duda una gran obra de Cristina Rivera Garza, en ella trata entre otras cosas la forma de ver la vida desde un punto de vista irónico pues la mentalidad de los personajes principales es similar, ambos van divagando por la vida, distraídos, buscando superar su pasado, pero no encuentran la forma de hacerlo, es por eso que a lo largo de la historia buscan compenetrarse y olvidar el dolor causado.

En una entrevista le preguntaron sobre cuales opinaba que eran los patrones literarios, a lo que ella contesto “El único patrón literario de la nueva generación de

narradores mexicanos es que no hay patrón literario alguno. Quiero decir que el único patrón literario, de haberlo, es la diversidad. Hay poco terreno en común entre el realismo sucio de Guillermo Fadanelli, por ejemplo, y la escritura de trazos delta de Daniel Sada. Hay un vínculo muy leve entre los mundos fronterizos de Eduardo Antonio Parra y el cosmopolitismo exquisitamente neurótico de Javier García-Galiano. Entre las visitaciones eróticas de Ana Clavel y la experimentación formal, y por demás austera, de Mario Bellatín hay bastante trecho. Como lo hay entre las apropiaciones históricas signadas por la melancolía de Héctor de Mauleón y la violencia lingüística en tiempo presente de Elmer Mendoza. Lo que estos y otros narradores nacidos en los años sesenta comparten, sin embargo, es un contexto de creciente proceso de “profesionalización” (y anoto esta palabra sin ánimo alguno de valoración; anoto la palabra como quien atestigua un “hecho”) al que sin duda han contribuido las becas que otorga el Estado mexicano tanto a jóvenes creadores como a los no tan jóvenes a través del Sistema Nacional de Creadores artísticos. Esta generación también ha tenido acceso, en mayor o menor medida, a agentes literarios, publicaciones en editoriales con presencia tanto en México como España (signo de la persistente subordinación que vincula a los centros y periferias culturales, por otra parte), y traducciones a diversos idiomas. Estamos, en todo caso, ante una generación pujante, arrojada, vociferante incluso; una generación con proyectos sólidos y pasiones largas.” Recuperado de http://www.ucm.es/info/especulo/numero35/crisrive.html (2007)

La novela se basa en el año 1920, año en el que estallo la revolución, en que pascual Orozco tomo ciudad Juárez, en que Francisco I Madero entro a México, también fue en esta época que se establecieron muchos bancos, cámaras de comercio e instituciones comerciales, es decir, dio inicio al capitalismo. Se narra en la ciudad de México, en un manicomio llamado La Castañeda. Lugar en el que se encuentran los protagonistas y donde empiezan a salir a flote el resto de los personajes.

A través de los personajes, la autora Cristina Rivera, quiere transmitir el espíritu humano, los estragos o consecuencias de una vida sin la libertad necesaria, una vida

con represión y como son vistas las personas socialmente por su comportamiento, sin embargo profundiza en sus personajes pues estos aun con sus problemas tratan de transmitirnos más sobre sus pensamientos.

Esta novela ha sido considerada como “una novela que retrata el principio del siglo pasado mexicano, la época de la Revolución Mexicana, con un tema cliché transformado en una narración que fluye tomando una ruta extraordinaria, cautivó nuestra atención desde el primer momento. El punto de vista de la autora anima la nueva visión de ese hecho histórico. Imaginamos una historia dentro de la Historia. Y la lectura de la novela fructificó en tres direcciones en el ámbito académico de la Universidad Nacional de Seúl: despertó el interés por conocer más de la autora y del proceso de escritura de la novela, invitó al reto de su traducción al coreano, y dio vida a varios ensayos críticos recientemente publicados.” Recuperado de http://www.ucm.es/info/especulo/numero35/crisrive.html (2007)

La historia de Nadie me verá llorar muestra como personajes centrales a Joaquín, un ex fotógrafo de un burdel, quien ahora trabaja en un manicomio, siempre buscando transmitir un punto exacto en sus fotografías, el punto en el que se acaba el dolor, el momento en que el cuerpo deja de transmitir emociones. Joaquín, también adicto a la morfina, sufre de mal de amor por una mujer, Alberta es su nombre. A lo largo de la historia en diversas ocasiones intenta justificar sus malas acciones o tristes consecuencias con el nombre de esta mujer, inclusive su adicción a la morfina y sus pocas horas de sueño.

Matilda, en cambio, es una mujer extrovertida que aun siendo distraída, presta atención a pequeñas cosas como el movimiento de las hojas de un árbol, que toma la iniciativa y comienza hablar con Joaquín, Matilda sufre lagunas mentales, divaga, se tropieza con sillas, su mundo es totalmente distinto, junto con Joaquín busca encontrar respuestas, olvidar el dolor del pasado que los lleva a tener esos episodios donde parece que no están presentes, donde se ve como si estuvieran en otro lugar y solo su cuerpo estuviera en el lugar.

Nadie me verá llorar, maneja una locura singular, en

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