Noche de miedo

Monterrey, Nuevo León, a 29 de agosto del 2017

Frank iba manejando por la ciudad a altas horas de la madrugada, la avenida se encontraba sola, un par de carros solamente pero no como normalmente estaba, iba sobrio, y escuchando música a alto volumen. Llego a un semáforo y justo al lado había un puesto de comida rápida, y en la esquina de este se encontraba una chica, un tanto despeinada, con un par de moretones, con el maquillaje corrido, parecía que había llorado mucho ya que sus ojos estaban hinchados, se preocupó de esto así que decidió pararse a lado del local para ver que ocurría con ella.

• ¿Te encuentras bien? – ella solo lo vio fijamente y no respondió. – ¿Necesitas que te lleve al hospital? Estas muy lastimada.
• Estoy bien, gracias – Respondió.
• Toma esta sudadera y póntela, la noche es fría. – Le dijo Frank. - Esta bien. - Contesto
• ¿Qué te parece si vamos por algo de tomar? - Pregunto Frank. – Solo un rato – Respondió.

Llegaron a una tienda y Frank compro una soda.

• ¿Se te antoja algo? Pregunto. - No gracias, así estoy bien, solo te quiero acompañar. – Respondió la chava.
• - Oye, ¿cómo te llamas? Estas aquí, y no sé nada de ti, mucho gusto, me llamo Frank. – Dijo el. - Se quien eres Frank, te conozco mejor de lo que te imaginas. ¿Me llamo Isabel, como te va en la facultad?  – le pregunto. Frank sorprendido le respondió.

Pasaron las horas, hablaron de él, de cómo le iba en la facultad, de su familia, Isabel realmente lo conocía, sabia absolutamente todo de él.

• Isabel, cuéntame de ti, de tu familia. - Le dijo Frank con intriga. - Mira Frank, yo realmente no tengo mucho que contar de ellos, mi padre, que te puedo decir, es la única persona a la que no quisiera ver nunca más en la vida, lo odio con todo mi corazón, y mi madre, es mi ejemplo que seguir, a ella la amo, la amo con cada parte de mí y estoy orgullosa porque ella ha luchado contra todo y todos por mis hermanos, gracias a ella comen, sabes, no quiero hablar más sobre esto. ¿En fin, me puedes ir a dejar a mi casa? Ya es de mañana y no quiero que mi mama me regañe.  
• Seguro Isabel, solo dime una cosa, ¿estás bien? ¿Nos volveremos a ver? – Pregunto Frank.
• Estoy bien Frank, estoy feliz, te repito, muy orgullosa de mi mama, de mis hermanos, los amo mucho y eso es lo que me mantiene bien. Y sobre lo de si nos volveremos a ver, yo te busco, se dónde vives.

Frank la dejo en su casa, ya estaba un poco más tranquilo por aquella chica. Pasaron unos días, e Isabel no lo buscaba, así que el decidió ir a su casa. Llego y toco el timbre, y espero en la entrada.

• Buenos días señora, mi nombre es Frank y soy amigo de Isabel, se encuentra ella en la casa? La quiero invitar al cine.
• Buenos días Frank, soy la señora Valeria, mamá de Isabel, pasa, ahorita le aviso que estas aquí.

Frank se sentó en la sala, y espero pacientemente, a los 5 minutos llego la mama de Isabel con dos tazas de té, y se sentó a lado de él.

• Y bien Frank, ¿De dónde conoces a mi hija?
• Bueno señora, la conocí hace unos días, y fuimos a tomar unas sodas mientras platicábamos de mi vida y un poco de la suya.

Valeria se quedó en shock, no podía creer que el haya visto a su hija días atrás. Sorprendida, empezaron a salirle lágrimas, se acercó hacia Frank y le dijo

• Mi hija falleció, bueno, su padre la mato. – Dijo entre un par de lágrimas. – Como? – Respondió Frank sorprendido.

La señora le conto a Frank que el papa de Isabel la había violado en la calle varios meses atrás, estando el borracho a altas horas de la madrugada, le dijo que ella se sentía muy mal porque no había hablado con su hija por varios meses y cuando le marcaron del celular de Valeria ella se había emocionado, pero esa llamada no era lo que esperaba, sino era una señora que pasaba por el lugar donde estaba Valeria y solo le marcaba para avisarle que su hija estaba muerta, que ya habían hablado a la policía pero que creían que era necesario marcarle. Frank le conto todo lo que había platicado con su hija, le dijo que su hija estaba bien, que estaba orgullosa de ella, que la amaba y que amaba a sus hermanos con todo su corazón, Valera se sintió mejor, porque era lo que quería saber, y de alguna manera u otra Isabel se lo hizo saber, y lo hizo a través de Frank.  Después de esto, Valeria decidió ir a visitar a su hija al panteón, e invito a Frank, al llegar se dieron cuenta que la sudadera que el le había prestado estaba ahí, arriba de la tumba.

...