PRIMERA MEDITACION

PRIMERA MEDITACION

De las cosas que se pueden poner en duda

La primera meditación Descartes se inicia con el proyecto que tiene pensado llevar a cabo en esta obra, y da también las razones de emprender tan ardua labor; por otro lado se ve claramente la intención del autor por encontrar la verdad creando fundamentos verdaderos y seguros para la ciencia, para ello utiliza un mecanismo meditativo que lo conlleva a dudar de todos los fundamentos implantados por la sociedad que en cierta forma parecían verdaderos pero que en un momento de su vida se llegaron a mostrar borrosos e inciertos.

Seguidamente descartes se despliega a los sentidos; pues todo lo que se tiene por verdadero y seguro lo ha aprendido de ellos y ha podido experimentar a través de su experiencia que no se puede confiar por completo en ellos pues a veces suelen engañar y cuando estos han engañado va a ser muy difícil volver a confiar en ellos, aunque por otro lado los sentidos muestran cosas de las que no se puede razonablemente dudar por ejemplo; que estoy aquí escribiendo frente al computador un trabajo para cumplir con la academia. Igualmente Descartes duda de las sensaciones que se tienen al soñar ya que en este estado se plantean realidades que serían totalmente ciertas por ello; es muy difícil en algunos momentos distinguir el sueño de la vigilia y a pesar de que lo que en ellos se vea son meramente ilusiones que se forman con cosas que en un momento de nuestra existencia ya hemos percibido por medio de los sentidos. Pero de una cosa esta seguro descartes es que lo que no puede dudar es de las ciencias de las matemáticas y la geometría son verdades existentes ya que estando en el sueño o en vigilia 2+2 =4 aquí o en cualquier parte del mundo.

Todo lo anterior llevó a Descartes a pensar e igualmente preguntarse si realmente existe Dios; este Dios tiene por fundamento la bondad y que por tanto no desea que nos equivoquemos, si en algo erramos es porque nos apartamos de su conocimiento. Los prejuicios que llevamos en nuestra forma de pensar nos hacen caer en errores. Pero para este Dios no es posible, puesto que Dios es bondad suprema y no sería coherente que quisiera fuéramos engañados. Así pues, llega a la conclusión de la posibilidad de la existencia de un genio maligno contrario al anteriormente planteado. Este es astuto, engañador como poderoso, que mediante trampas nos lleva a que caigamos en errores o faltas qué nos imposibilita ir por el camino de la verdad.

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