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Pienso Luego Existo


Enviado por   •  17 de Julio de 2014  •  632 Palabras (3 Páginas)  •  373 Visitas

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Célebre frase de Descartes, filósofo europeo que vivió durante el período barroco, posterior al renacimiento: “Pienso, luego existo” o Cogito ergo sum. Descartes pensaba que el mundo, la realidad, estaba conformada por dos entidades, la espiritual o alma portadora del pensamiento y, la material o extensión, la primera indivisible y consciente, y la segunda, desmenuzable y actor pasivo de la existencia. Descartes como todos los filósofos anteriores, contemporáneos a él o posteriores buscaba la respuesta a tres preguntas elementales: Quiénes somos, donde vamos y de donde venimos. Y pretendió explicarlas a su manera. “Pienso, luego existo” debe no entenderse como: “existo porqué pienso” sino más bien como “pienso porque existo”. A Descartes le parecía poco fiable la información que puede llegarnos a través de los sentidos, de hecho toda la realidad que nos rodea podría simplemente no existir y ser engañosamente real ante nosotros porque la captamos por medio de una serie de filtros que son nuestros sentidos. Lo que sí le era absolutamente real era el hecho de que pensaba, y que si era capaz de pensar era porque existía. Asumía por tanto que cualquier ser pensante debía necesariamente existir. Resulta que con esta aproximación a lo que puede existir se abren dos mundos diferentes en cuanto a cualidad: el espiritual y el material, pudiendo coexistir y de hecho comunicarse uno con otro; la famosa “glándula pineal” creada por Descartes era el puente de comunicación entre los dos. Descartes consideraba que el hecho de pensar, nos daba la posibilidad de influenciar definitivamente sobre el mundo material ya que interactuamos con él; la razón, el hecho de pensar racionalmente y poder estructurar relaciones en el mundo, de describirlo, de analizarlo, de explicarlo y finalmente de modificarlo nos daría la capacidad casi irrestricta de actuar según el libre albedrío y ser dueños de nuestro destino, sin ser deterministas. Teniendo en cuenta la dinámica dialéctica en que se mueve el ser humano y que la respuesta final aún no se ha dado ni puede ser dada, numerosos filósofos han compartido con mayores o menos similitudes su posición filosófica, tantos, como detractores o contestararios han existido y existirán frente a él. Uno cercano que lo cuestionó fue Spinoza, filósofo holandés que no compartía esa separación tan notoria entre las dos entidades que conforman la existencia. Para Spinoza, Dios estaba presente en todo, al contrario de lo que pensaba Descartes para quién Dios nos era externo, externo a la Creación, actuando más como supervisor que como parte de la creación misma que el había hecho. Según Spinoza Dios estaba en todas las cosas, incluso en nuestro pensamiento y la razón. Por tanto y suponiendo que nada de lo creado es caótico o casual, para él nuestra razón obedecía a un plan continuo y estructurado que busca la evolución de la creación, pero no es completamente autónomo,

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