Popol vuh
angelivanhdz19 de Noviembre de 2012
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el popol-vuh
Las culturas del nuevo mundo o de América , no estaban tan retrasadas como se pensaba, contaban con obras como arquitectura, organizaciones sociopolíticas y religiosas.
Ocupaban el centro del país los quichés y cakchiqueles. al poniente vivían los indios mames que aún habitan los departamentos de Huehuetenango y San Marcos; en las márgenes del sur del Lago de Atitlán se encontraba la raza aguerrida de los zutujiles; y, hacia el norte y oriente, se extendían otros pueblos de raza y lengua distintas. Todos eran, sin embargo, descendientes de los mayas que en el centro del Continente desarrollaron, en los primeros siglos de la era cristiana, una civilización.
Para los mayas-quichés, el tiempo y la vida eran una misma realidad. Las criaturas del universo formaban parte de un gran todo que se expresaba en una multitud de manifestaciones diferentes. El tiempo y la vida se desarrollaban según estas cosmogonías, a través de sucesivos ciclos de pruebas y de destrucciones, de infinitos ciclos de búsqueda. El conocimiento es el objeto de la creación para el pensamiento maya, y lo perfectible es el proceso que lleva hacia ese conocimiento. Lo perfecto no existe. Lo que existe es la vida en sus manifestaciones múltiples, siempre diversas y cambiantes.
Cuando, en 1524, los españoles, bajo el mando de Pedro de Alvarado, invadieron por orden de Cortés el territorio situado inmediatamente al sur de México, encontraron en él una población numerosa, dueña de una civilización semejante a la de sus vecinos del norte, al igual que propiciaron una serie de consecuencias que ayudaron al desarrollo, tanto para leer, como para escribir y con esto se encontró el Popol Vuh.
Este texto fue el libro tradicional en la región de los quichés. Además del elemento maya original se observan en el compuesto étnico y en las lenguas de los antiguos reinos indígenas las huellas de la raza tolteca que, procedente del norte de México, invadió la península de Yucatán bajo el mando de Quetzalcóatl hacia el siglo XI de nuestra era.
En el Popol Vuh pueden distinguirse tres partes. La primera es una descripción de la creación y del origen del hombre, que después de varios ensayos infructuosos fue hecho de maíz, el grano que constituye la base de la alimentación de los naturales de México y Centroamérica.
En la segunda parte se refieren las aventuras de los jóvenes semidioses Hunahpú e Ixbalanqué y de sus padres sacrificados por los genios del mal en su reino sombrío de Xibalbay; y en el curso de varios episodios llenos de interés, se obtiene una lección de moral, el castigo de los malvados y la humillación de los soberbios. Rasgos ingeniosos adornan el drama mitológico que en el campo de la invención y expresión artística que, a decir de muchos, no tiene rival en la América precolombina.
La tercera parte no presenta el atractivo literario de la segunda, pero encierra un caudal de noticias relativas al origen de los pueblos indígenas de Guatemala, sus emigraciones, su distribución en el territorio, sus guerras y el predominio de la raza quiché hasta poco antes de la conquista española.
En la cuarta y ultima parte, se describe también la serie de los reyes que gobernaban el territorio, sus conquistas y la destrucción de los pueblos pequeños que no se sometieron voluntariamente al dominio de los quichés.
Este libro aborigen, fue vertido al español, por el Fraile dominicano Francisco Jiménez (comienzos siglo XVIII); Carl Scherzer lo tradujo al alemán Viena. Hoy se conoce por la traducción al francés del abate Brasseur de Bourbourg, quien lo llevó a Europa como parte de su colección americana; ahora se encuentra en la Biblioteca Newberry de Chicago. El erudito Adrián Recinos comparó y corrigió las versiones para elaborar una nueva traducción , fruto de una ardua investigación y profundo conocimiento de la lengua original.
El Popol Vuh según investigaciones se traduce como “libro de comunidad o de consejo” que como ya hemos hablado de su importancia ,solo mencionaremos que significo la Biblia quiché.
Si la producción intelectual marca el grado supremo de la cultura de un pueblo, la existencia de un libro de tan grandes alcances y mérito literario como el Popol Vuh es bastante para asignar a los quichés de Guatemala un puesto de honor entre todas las naciones indígenas del Nuevo Mundo.
Resumen del libro:
Resumen de la segunda parte:
Capítulo I:
Dicen los narradores que no contarán la historia de Hunahpú e Ixbalanqué y omitirán la historia de sus padres y que sólo contarán algo sobre su padre. El padre de ellos se llamaba Hun-Hunahpú y tenía un hermano llamado Vucub-Hunahpú. Estos dos se pasaban los días jugando a la pelota y a los dados y esto molestaba a los señores de Xibalba que querían jugar con ellos y vencerlos.
Se describen los oficios de estos y otros señores que consistían en hacer sufrir a los seres humanos con muertes horribles. En estos momentos querían poseer los instrumentos de juego de estos y sus adornos.
Capítulo II:
Los señores de Xibalba envían a unos buhos mensajeros donde los hermanos para pedirles que vayan a jugar con los señores de Xibalba. Ellos se despiden de su familia y comienzan la jornada hacia Xibalba. Dejan una pelota colgada en su casa como prenda.
Comenzaron a bajar por el camino de Xibalba por unas escaleras muy empinadas hasta llegar a un río y habían muchos jícaros pero no se lastimaron. Después llegaron a la orilla de un río de sangre y lo atravesaron sin beber de sus aguas. Llegaron a otro río solamente de agua y tampoco fueron vencidos. Pero en un cruce de cuatro caminos fueron vencidos. Los llevaron a la sala del consejo de los señores de Xibalda y ellos pensaban que hablaban con los señores pero eran señores de palo que ellos habían puesto para engañarlos. Los señores de reían de ellos y les ofrecieron sentarse en un banco que era de piedra ardiente y se quemaban, pero se levantaron.
Después, los enviaron a la Casa Oscura que era uno de los lugares que se utilizaban en Xibalba para castigar. Les dieron y unos ocotes y unos cigarros para cada pero a la mañana siguiente al ellos decir que se los habían terminado los sacrificaron. A Hun-Hunahpú le cortaron la cabeza y la colocaron en un árbol que nunca había dado fruto y de pronto comenzó a darlos.
Los señores ordenaron que nadie se acercara al árbol ni tomara de sus frutos.
Una muchacha se interesa por la historia del árbol de los frutos.
Capítulo III:
Esta mujer era una doncella hija de un Señor llamado Chuchumaquic. Ella estaba fascinada por la historia del árbol y sus frutos y le dijo a su padre que quería ir a conocer ese árbol.
Cuando llegó al árbol quería de todos modos uno de ellos y de pronto la calavera, que estaba entre las ramas le dijo que si ella quería uno de los frutos que estirara su mano derecha para alcanzarlo. Ella lo hizo y él escupió en su mano. El le dijo que en esa saliva le daba su descendencia.
A los seis meses su padre notó que estaba embarazada y al ir a pedir consejos a los señores de Xibalba sobre el futuro de su hija ellos le aconsejaron sacrificarla a lo que el padre accedió.
Así que envió a los buhos para que la mataran y volvieran con su corazón. Esta los convenció de no hacerlo y los llevó hasta el árbol antes conocido como Arbol rojo de grana que ahora se llamaría árbol de sangre. Del árbol brotó un jugo que al caer en la jícara se coaguló y parecía un corazón. Los buhos llevaron esto a los señores que se impresionaron por el olor a fruta de la sangre pero creyeron que ella había muerto. De esta manera ella engañó a los señores de Xibalba. Los buhos volvieron con ella para servirle.
Capítulo IV:
La mujer, llamada Ixquic llega donde la madre de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú pero esta no la quiere recibir en su casa por considerarla deshonesta por cargar en su vientre hijos o hijo de Hun-Hunahpú o Vucub-Hunahpú. Ella le dice que pronto la convencerá de que sus hijos muertos en Xibalba viven en ella. Los hijos de Hun-Hunahpú se enojan por la presencia de ella y se dedican todo el día a esculpir y a tocar la flauta.
Luego, la señora le pone una prueba para aceptarla. La envía por una gran cantidad de maíz a donde ella sabe que sólo hay una planta de maíz. Ixquic clama a sus dioses y consigue que le den mucho maíz y al llevarlo a su suegra ella se convence de que ella carga a sus nietos o nieto y la acepta.
Capítulo V:
Los narradores dicen que a continuación van a contar el nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Los niños nacen en el monte y cuando están en la casa no pueden dormirse y no dejan de gritar. Para tranquilizarlos los ponen encima de un hormiguero y se duermen tranquilamente. Luego los pusieron sobre unas espinas. Los hermanos mayores de ellos: Hunbatz y Hunchouén querían que se murieran porque les tenían envidia aunque sabían que ellos eran los sucesores de sus padres que habían muerto en Xibalba y que eran especiales pero la envidia los cegaba.
Ni la abuela ni ellos lo aceptaban y no les daban de comer, sólo de las sobras.
Aunque los trataban mal Hunahpú e Ixbalanqué no se enojaban con ellos y se pasaban todo el día tirando con cerbatana. Siempre llevaba pájaros para comer pero la abuela no les daba.
Un día volvieron a la casa
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