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Popol Vuh


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2012  •  1.495 Palabras (6 Páginas)  •  369 Visitas

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Los hermanos Ahpú se gozaban jugando pelota hasta que un día antes de empezar a jugar descendió un gavilán mensajero de Huracán, se sorprendió al verlos jugar incansablemente y sus gritos de júbilo empezaron a molestar a los señores de Xibalbá quienes aconsejados por la envidia mandaron a cuatro búhos a buscarlos para que los castigaran como se lo merecían uno de los búhos gritaba, otro reía, otro mugía y el último silbaba los mensajeros descendieron sobre la casa de los Ahpú, entonces consultaron a su madre Ixmucané para saber si ir o no, ella les dijo que fueran y que no se olvidaran de hacer lo que ellos ya sabían. Cuando llegaron al Xibalbá fueron sometidos a un juicio injusto del cual fueron declarados vencidos, los ataron de pies y manos y fueron metidos en un calabozo, al la mañana siguiente llegaron unos verdugos quienes tenían la encomienda de matarlos con su garrote. Al ver los cuerpos inertes los descuartizaron y sus cabezas las colgaron en un árbol al que llamaban “Abuelo” ya que nunca había dado ni flor ni fruto, esa noche fue la más oscura de todas, las estrellas no aparecieron, las luciérnagas no brillaron y el fuego no se encendió. Al amanecer se percataron de que el árbol había florecido y se veía más hermoso que nunca y que las cabezas habían desaparecido. Ixquic hija de Cuchumaquic decidió ir y tomar uno de los frutos de aquel árbol sin temor, al llegar se preguntaba si le hiciesen mal y una voz que provenía de dentro del árbol le dijo que esos frutos eran tan buenos como las almas de los hermanos Ahpú y que ellos habitaban ahí dentro, así que le dijeron que de ella saldría su descendencia de ellos. Ella tuvo dos hijos Hunahpú e Ixbalanqué. Su padre al percatarse de que estaba embarazada y como ella no le dijo quien era el padre este le ordenó a los búhos que se la llevaran lejos, la mataran y le llevaran su corazón, ellos partieron, al llegar al lugar ella les contó que estaba embarazada de los espíritus de los hermanos Ahpú, entonces dejo caer unas gotas de sangre en un recipiente y al coagularse tomaron forma de corazón. Los búhos regresaron con Cuchumaquic, él le enseño el supuesto corazón a los señores de Xibalbá y cuando lo echaron al fuego parecía como si quemaran flores aromáticas. Los búhos al presencial tal acto regresaron con Ixquic y se pusieron a su servicio entonces ella les puso a cada uno un nombre. Después buscó a la abuela de los Ahpú y le dijo que era su nuera y para comprobárselo invocó a los dioses del maíz y de las sementeras para que hicieran crecer la milpa, al presenciar todo esto la abuela le creyó.

Posteriormente cuando nacieron los niños gritaban y lloraban tan fuerte que la abuela le había aconsejado a Ixquic que los abandonara en el monte, pero como ella no tuvo corazón lo hicieron Hunbatz y Hunchouen (hijos que ya habían tenido antes los Ahpú) ya que presentían que tendrían gran poder. Los niños crecieron y aprendieron muchas artes y tenían gran poder físico y espiritual. Hunbatz y Hunchouen sentían mucha envidia por sus hermanos así que estaban buscando la forma de matar a Hunahpú e Ixbalanqué, ellos los invitaron a casar ya que los primeros eran más altos y fuertes y los gemelos no cuando estuvieron en la selva los gemelos les dispararon a algunas aves pero éstas se enredaron en los árboles así que les pidieron ayuda a sus hermanos y cuando ya estaban en lo alto del árbol y el tronco empezó a crecer más y más hasta que no pudieron bajar y Hunbatz y Hunchouen se convirtieron en monos. En aquel momento los gemelos empezaron a entonar una canción con la cual atrajeron a sus hermanos, les advirtieron a la abuela que si reía de ellos, huirían y jamás volverían y así sucedió. En ese entonces existía un señor llamado Vucub Caquix quien se creía igual o más poderoso que los dioses, tenía dos hijos uno se llamaba Zipacná y el otro Caprakán; ellos creían que habían formado las montañas y que gracias a ellos se estremecía el corazón de la tierra. Hunahpú e Ixbalanqué decidieron acabar con tanta fanfarronería así que mientras Vucub Caquix comía bajo un árbol Hunahpú le lanzó una piedra con su cerbatana en la quijada en aquel momento Vucub le arrancó

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