Proceso Medieval Italiano

Pueblos primitivos

Nombre genérico dado a los grupos humanos que se caracterizaban por poseer una cultura estática, relativamente poco desarrollada y reducida a determinados límites locales. La expresión “pueblos primitivos” es, exactamente, la contraria a “pueblos culturales”. Por otra parte, “pueblos” puede prestarse a confusiones, ya que es este caso se trata, siempre, de grupos humanos reducidos y sumamente irregulares. Como no conocen la escritura, toda ciencia y conocimiento deben transmitirse oralmente, y la tradición tiene, entre ellos, una gran importancia. Su conciencia histórica se remota exclusivamente a las últimas generaciones. Los cambios de tipo social y cultural se realizaban con una gran lentitud. Los diferentes sectores de la sociedad, como la economía, la religión y la cultura, están mucho más unidos entre sí, e incluso de forma más solidaria, que en los pueblos cultos. Aparte de estas características generales, los distintos pueblos primitivos presentan grandes diferencias en lo referente a la estructura de si sociedad y de su cultura. Aquí nos limitaremos a señalar las características que son comunes para todos.

La estructura de la sociedad primitiva descansa, generalmente, en una diferenciación basada en el parentesco. La gran familia se compone de tres o cuatro generaciones y suele funcionar como unidad básica cuando los medios de existencia precisan del trabajo colectivo de un gran número de personas. La unidad de la tribu, mucho más natural, se manifiesta, principalmente, con ocasión de grandes festividades, guerras, etc. Muchos pueblos conocen un parentesco que sólo está determinado por uno de los padres y su ascendencia. En este caso, se trata de un clan. Los pueblos organizados en clases, celebran sus matrimonios con personas no pertenecientes al clan (exógenos). En otros, se manifiesta una cierta tendencia a la endogamia. Las distinciones en cuestiones de edad suelen ser muy escrupulosas. Tanto los hombres como las mujeres, no son considerados adultos hasta haber sido sometidos a los ritos de iniciación o de pubertad. Igualmente es dable observar en los pueblos primitivos la existencia de una jerarquía muy acusada, que a veces compone de hombres libres; por encima, hay una aristocracia, y por debajo, los esclavos.

El esfuerzo económico de los pueblos primitivos suele limitarse a conseguir la satisfacción de las necesidades primarias, como son el alimento, el vestido y la habitación. Casi nunca conoces la división social del trabajo, pero se puede afirmar que la cosecha y recolección de granos, frutas y raíces, así como la cría de pequeños animales domésticos, corre a cargo de las mujeres, mientras que el hombre se dedica a la caza y la pesca. El principal instrumento que utiliza para recolectar su alimento es el palo para remover la tierra que, al igual que el binador o escardillo, desempeña también un papel importante en la roturación del suelo. Se han encontrado varios tipos de arado sumamente primitivos. Lo que caracteriza a los productos elaborados es el hecho de que, generalmente, se obtienes trabajando una sola pieza de un solo material (los metales, la piedra, la madera, el marfil, espinas de peces, dientes, caparazones de moluscos, astas, etc.). También las pieles de animales y la corteza de los árboles encuentran, entre los pueblos primitivos, numerosas aplicaciones. Por lo general está también muy desarrollada la técnica del trenzado. En vistas del carácter cerrado de su economía, el comercio carece, prácticamente de importancia.

La religión de los pueblos primitivos se caracteriza por su gran diversidad de formas. Entre ellas, lo mismo se encuentra el animismo que el fetichismo, y las formas politeístas que las monoteístas. Todas estas formas de religión se presentaban siempre en íntima relación con la magia, es decir, con el esfuerzo del hombre por dominar el mundo que le rodea (el mundo

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