Reflexión sobre Felicidad

Trabaja duro, ten éxito y serás feliz. Al menos, eso es lo que nos han enseñado nuestros padres, profesores y compañeros. La mayoría de la gente quiere ser feliz, así que perseguimos el éxito como la proverbial zanahoria en un palo, pensando que la satisfacción está al otro lado de la universidad, del trabajo soñado, de la promoción o de ganar seis cifras. Pero para muchos perseguidores, tanto el éxito como la felicidad permanecen perpetuamente fuera de su alcance. El problema es que la ecuación podría estar al revés.

Mi hipótesis es que la felicidad precede y conduce al éxito profesional, y no al revés. En la ciencia psicológica, la "felicidad" se relaciona con el "bienestar subjetivo" y las "emociones positivas". Las personas con mayor bienestar tienden a estar más satisfechas con su vida, y también a experimentar más emociones positivas y menos negativas. Las investigaciones sugieren que son estas emociones positivas -como el entusiasmo, la alegría y la serenidad- las que promueven el éxito en el trabajo.

Muchos de nosotros nos encontramos corriendo por la vida, persiguiendo la felicidad. El problema es que nunca llegamos a ella.

Para muchos de nosotros, la felicidad es algo a lo que aspiramos. La felicidad es algo a lo que llegamos algún día. Lo que no reconocemos es que la felicidad es un estado mental, no un destino.

Sabemos que la felicidad no es un estado estático, porque incluso las personas más felices se sienten tristes a veces.

Lo que podríamos descubrir con el tiempo es la idea de que la felicidad no está en absoluto relacionada con la fijación de objetivos y su consecución, sino en encontrar esa sensación de felicidad y alegría dentro de nosotros mismos y en nuestra vida diaria.

Si realmente lo pensamos, podemos empezar a suponer que el éxito no crea la felicidad, pero la felicidad puede crear el éxito.

Los que son extraordinariamente felices pueden incluso atraer el éxito con su actitud positiva y su entusiasmo.

Recalquemos que el futuro, por lo general, es una incógnita. Conocemos nuestro pasado y nuestro presente y sabemos lo que nos gusta y lo que no nos gusta pero desconocemos el futuro. Tener un plan de vida te ayudará a:

Motivarte a ti mismo en cada momento.

Tener objetivos claros y muy bien definidos.

Conocer qué acciones debes realizar para alcanzar tus objetivos.

Saber hacia dónde te diriges.

Mejorar cada día más en tus procesos de planificación.

Ver más allá de los problemas que

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