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Romeo Y Julieta


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  2.462 Palabras (10 Páginas)  •  271 Visitas

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Sunday, December 11, 2011

COMENTARIO FRAGMENTOS Y DISERTACIÓN DEL LIBRO DE LECTURA "ROMEO Y JULIETA" DE W. SHAKESPEARE.

Romeo y Julieta.

Fragmento 1: Acto II.v

FRAY LORENZO: El gozo violento tiene un fin violento

y muere en su éxtasis como fuego y pólvora,

que, al unirse, estallan. La más dulce de la miel

empalaga de pura delicia

y, al probarla, mata el apetito.

Modera tu amor y durará largo tiempo:

el muy rápido llega tarde como el lento.

Entra JULIETA apresurada y abraza a ROMEO.

Aquí está la dama. Ah, pies tan ligeros

no pueden desgastar la dura piedra.

Los enamorados pueden andar sin caerse

por los hilos de la araña que flotan en el aire

travieso del verano; así de leve es la ilusión.

En este fragmento que he seleccionado se sitúa momentos antes de la fugaz boda de los protagonistas, y aquí Fray Lorenzo está tratando de evitar que Romeo cometa una equivocación al casarse tan pronto con una mujer a la que acaba de conocer, un instante más tarde entra Julieta

¿Puede que si Romeo no se hubiera precipitado tanto los ya conocidos amantes de Verona hubieran podido salir airosos? Por supuesto, no me refiero a la obra, pero hay muchas personas, que, al igual que Romeo y Julieta se precipitan demasiado a la hora de hacer las cosas. Pero eso no es algo que le puedas decir a una persona que está ilusionada con una nueva pareja, al igual que nuestros protagonistas, o a otra persona que se empiece a ilusionar con la idea de abrir un negocio que según dice el sujeto en cuestión “le va a salir a las mil maravillas” puesto que no escuchan al igual que Romeo y Julieta no escucharon las sabias palabras de Fray Lorenzo, y se “lanzaron a la piscina de cabeza” y sin pensar en las consecuencias ni un solo momento, puesto que la gente cuando se ilusiona no contempla la posibilidad de que les salga el tiro por la culata, porque se encuentran ciegas en ese momento, puesto a que la ilusión les da alas y les hace pensar que si cumples esa ilusión o sueño nada puede ir mal y todo va a ser de color de rosa, primero hay que pensar y después hacer, como dice la famosa cita “cogito ergo sum” que se traduce del latín como “pienso luego existo”.

Esto me lleva a hablarte de lo importante que es pensar siempre antes de actuar y/o hablar. La cosa no está en actuar o hablar pensando que vas a acertar en cualquier cosa de que sueltes por la boca, en decir muchas cosas esperando a decir la correcta, así lo único que consigues es malgastar saliva y cabrear al que esté a tu alrededor, más vale decir una sola palabra correcta antes que de diez palabras que digas una que esté medianamente bien. Antes de hablar o actuar infórmate primero y piensa en las consecuencias, hazte una lista de pros y contras, pero no te lances de cabeza a algo que no conoces a ciencia cierta, aquí de nuevo voy a citarte una frase que repites mucho durante las clases “La ignorancia es la madre del atrevimiento”. Y tristemente eso es así, puede que si indagáramos más en los asuntos, y tratáramos de pensar mas no pasarían muchas cosas de las que luego nos tenemos que arrepentir.

A pesar de que esto siempre se relaciona con los temas de romanticismos, sobretodo en el mundo de la literatura, pues el típico caso es el de los amantes desesperados que hacen cualquier cosa para poder estar al lado del ser amado, y a veces pasamos por alto lo mucho que pasa todos los días de nuestra vida.

Al igual que Romeo y Julieta, siempre que algún familiar nos dice cosas como “Por ahí no vas bien”, “ándate con ojo” o cosas similares tendemos a actuar como ellos cuando lo que tendríamos que hacer es escuchar mejor a la gente que nos aconseja, pero esto es un arma de doble filo pues a veces necesitamos equivocarnos para poder aprender de nuestros propio errores a pesar de que a veces pueden ser irreparables.

Fragmento 2: Acto III.i

MERCUCIO: No, no es tan honda como un pozo, ni tan ancha como un pórtico, pero es buena, servirá. Pregunta por mí mañana y me verás mortuorio. Te juro que en este mundo ya no soy más que un fiambre. ¡Malditas vuestras familias! ¡Voto a…!

¡Que un perro, una rata, un ratón, un gato me arañe de muerte! ¡Un brabucón, un granuja, un canalla, que lucha según reglas matemáticas! ¿Por qué demonios te metiste en medio? Me hirió bajo tu brazo.

ROMEO: Fue con la mejor intención.

MERCUCIO: Llévame a alguna casa Benvolio,

o me desmayo. ¡Malditas vuestras familias!

Me han convertido en pasto de gusanos.

Estoy herido y bien. ¡Malditas!

Este fragmento se sitúa en los últimos instantes de vida de uno de los personajes de la obra: Mercucio, el amigo de Romeo, este está herido de muerte tras una pelea entre él y Tebaldo Capuleto, primo de Julieta tras la humillación que sufre Romeo por no haber reaccionado a la provocación de Tebaldo. Durante la pelea Romeo intenta separarlos y poner paz y en un momento de distracción Tebaldo hunde su espada en el cuerpo de Mercucio bajo el brazo de Romeo.

Me gustaría analizar detalladamente este fragmento que tiene dos caras, primeramente:

¿cuántos arañazos nos llevamos por meternos en una pelea sin sentido al igual que hizo Mercucio? ¿Por qué a veces nos resulta imposible dejar las cosas quietas? En la obra Mercucio muere por ver hundido el honor de Romeo, por iniciar una pelea que ni siquiera iba con él pues en este caso las familias implicadas son los Montesco y los Capuleto, Mercucio simplemente es amigo de Romeo Montesco.

Trasladando esta situación a la vida real, muchas veces nos metemos en fregados que no nos conciernen por la defender nuestro propio orgullo (lo que en la época de Shakespeare y sus contemporáneos llamaban “honor”) y como no siempre que hacemos esto acabamos mal parados como siempre que entramos en cualquier

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