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Soledad


Enviado por   •  23 de Agosto de 2012  •  Ensayos  •  487 Palabras (2 Páginas)  •  309 Visitas

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Soledad

De un tiempo a esta parte vengo pensando en ella.

Soledad es única. Nadie me la presentó. Un buen día hizo su aparición, así sin más, y se instaló en mi vida, con naturalidad. Admiro su estilo, tan directo, tan de frente, con ese sosiego pero a la vez con una energía arrolladora, capaz de avasallar al señor, capaz de desdibujar al más pintado o capaz de construir una obra inimaginable, que no puedas imaginar.

Soledad no es mujer, pero no es hombre. Como los ángeles, no tiene sexo. Ni edad. No la puedes tocar, pero la sientes y cuando se te mete dentro puedes hasta notar su sabor. Unas veces dulce, muchas amargo. Ella puede ser bondadosa, entonces es servicial y le gusta echar una mano en cualquier tarea que surja. Sé que ha ayudado a muchos, sin ir más lejos, a artistas, escritores, pintores, músicos, científicos, filósofos... y gente de toda condición.

Ella es una aventurera y le encanta explorar. Y, si algo tiene de bueno, es que es la mejor compañera en el difícil viaje de adentrarte en las profundidades de ti mismo. Y es en esos abismos cuando Soledad actúa de guía experta y te conduce por unos laberintos tan oscuros y angostos que de otra forma no podrías recorrerlos. Y te muestra que existen lagos rodeados de rocas que desembocan en inmensas cuevas secretas donde es muy posible que se escondan tesoros. De los que tú hasta ahora no habías oído hablar, pero están dentro de ti. Y son tuyos.

Ella te habla sin palabras y cuando se te mete dentro puedes hasta oir su voz. Te invade. Así..., así... Tranquilo. Déjate llevar. Si inspiras profundamente, ella juega y te inspira a ti. Venga, hazlo. Ahora. ¿Ves cómo juega?. Te bloquea la mirada, fija en un punto infinito y te da la vuelta como a un guante. Puedes sentir naúseas, ganas de llorar. Entonces, vomita. Llora. Siente. Aprovecha la oportunidad, sin Soledad jamás podrías hacerlo.

Pero Soledad a menudo es cruel. Soledad mata. Sé que ha asesinado a muchos, sin ir más lejos, a artistas, escritores, pintores, músicos, científicos, filósofos... y gente de toda condición.

Para sus crímenes, ella no busca parajes abandonados o solitarios. Da igual. Ataca en cualquier sitio y a cualquier presa, aunque ésta esté rodeada de cientos de personas, familiares, amigos. A plena luz.

Soledad seduce a su víctima, después la abraza fuerte y le da un beso mortal, un beso húmedo de tristeza que le cala hasta los huesos y le contagia una enfermedad espantosa que produce llagas en el alma. No es fácil, entonces, luchar para combatirla. Hay antídoto, pero debes salir a buscarlo. Lejos. Y ella te ha dejado sin fuerzas, ahí solo, abandonado. Y es cuando vives porque no hay nada mejor que hacer. O mueres o te matas y acabas, como tantos.

De un tiempo a esta parte vengo pensando en ella. La Soledad es difícil.

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