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Teoría Marxista de la Opinión Pública


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2020  •  Ensayos  •  1.770 Palabras (8 Páginas)  •  279 Visitas

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Opinión Pública (2020-II)

Estudiantes: Valentina Arboleda, Julián Avellaneda y Daniela Jiménez

22 de septiembre del 2020

Exposición N° 1

TEORÍA MARXISTA DE LA OPINIÓN PÚBLICA

  • SÍNTESIS TEMÁTICA

Para empezar a hablar de la teoría marxista de la opinión pública, es preciso continuar con el recorrido a grandes rasgos, que tuvo el concepto de opinión pública, partiendo desde el principio del Renacimiento (según lo visto hasta la fecha en clase) hasta mediados del S.XIX, momento en el que se desarrolla la teoría marxista, con el objetivo de comprender las razones que dieron espacio posteriormente a la concepción de opinión pública en el marxismo.

Para 1750 Rousseau utiliza en un texto por primera vez la palabra “opinión pública” sin embargo el concepto como lo conocemos hoy fue desarrollado por los fisiócratas.

Entre finales de la edad media y el siglo XIII suceden ciertos acontecimientos importantes, que van a preparar la mentalidad de los grandes pensadores de la época y a la sociedad en general para comprender el papel clave que jugará la opinión pública. En el renacimiento el hombre tiene mayor libertad para solucionar sus problemas con el uso de la razón, descubre otras formas de rigor intelectual, descubre el sentido crítico y respeta la importancia de la libertad de opinión.

Se abre paso a la revolución científica, posibilitando un periodo de tolerancia por la libre construcción de percepciones de la realidad a partir de pruebas empíricas, sin faltar a la lógica. Por otro lado, se introduce la idea que el gobierno debe ser un trabajo colectivo entre gobernantes y gobernados, lo que es totalmente revolucionario, ya que se les restituye a las personas el derecho a ser ciudadano y a tener acceso a la vida pública, que durante la edad media sólo eran feligreses reprimidos a una autoridad dogmática, esto para el renacimiento significó la liberación de las conciencias.

El pensamiento de respeto por la opinión se fortaleció aún más con la llegada de la imprenta, “nace como un instrumento maravilloso para la propaganda, a la que se opondrá todo el arsenal de la censura” (Monzón) que permitió la llegada de las gacetas y el periodismo regular, que a su vez dio acceso al periodismo de opinión, que incomodó a todo aquel que fuera cuestionado visto desde una mirada crítica, lo que provocó la censura.

La censura aferró a las personas aún más a consagrar el derecho a la libre expresión, confirmando así, el gran poder que tiene la prensa y la necesidad imperativa de que existan instrumentos legales que la protejan.

Aunque para la ilustración que nace a mediados del S.XVIII ya se viven agitadas transformaciones en el pensamiento colectivo, influenciadas por acontecimientos del S.XVI como La Revolución Americana y La Revolución Francesa, que son significativos para la lucha por la independencia, la conquista de las libertades y los derechos del hombre, las luchas por los derechos no culminan aquí, sino que por el contrario, van a ser el precedente para la incesante lucha por la democracia, la igualdad y las libertades, que son temas de vital importancia para la opinión pública.

El liberalismo trata de imponerse frente al conservadurismo, dominando las instituciones, el Estado, la economía, etc. Dando paso al triunfo de la burguesía como clase en instituciones públicas. Sin embargo, los liberales permiten que el Estado, como sistema, directa o indirectamente, deje caer sobre los ciudadanos sus leyes, mandatos, obligaciones, impuestos, etc., es decir, que admiten la autonomía de la esfera privada sobre la pública, pero intereses comunes y una agresividad propia del Estado, impiden tal autonomía. Como respuesta el ciudadano, a su vez, se interesa por lo público y busca la forma de controlar el poder y su actuación. La comunicación política entre gobernantes y gobernados se hace necesaria.

Por otro lado, el marxismo desenmascara la postura liberal al decir que no hay una opinión pública, sino clases sociales y que lo que normalmente se entiende por opinión pública es la opinión de la clase dominante.

Esta opinión pública dominante, compuesta hombres ilustrados y propietarios que se creen autónomos frente al poder del Estado es fuertemente criticada por Marx, quien denuncia que la opinión pública es una falsa conciencia porque pretende representar los intereses de la sociedad y lo que representa en realidad son los intereses de la clase burguesa. Expone que la falta de presupuestos sociales sobre la igualdad de oportunidades en el liberalismo hace pensar a todo el mundo que puede conseguir el status de propietario y tener acceso a la vida pública, cuando en realidad las expectativas de ascenso social del trabajador asalariado a propietario son cada vez más reducidas. En el liberalismo, Marx está de acuerdo con la búsqueda del interés personal por parte de los hombres, pero critica el reparto de los beneficios de la producción.

El Marxismo es claro en la crítica que hace a la postura liberal, y de cierto modo, como lo dice en el texto “desenmascara” esta misma afirmando que no hay opinión pública, pues si en el proceso de liberalismo se lucha bajo la premisa de la igualdad de cierto modo lo que se implanta es una disputa entre la burguesía y la aristocracia, lo que se entiende como una lucha de clases y entendiendo que esto se convierte en una lucha individual y no pública ya no se hablaría de opinión pública, se hablaría de la opinión de la clase dominante, lo que de cierto modo expone el egoísmo del liberalismo.

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