Vanesita Molina
09397125485 de Octubre de 2013
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Fe y Razón
El pensamiento de Aquino partía de la superioridad de las verdades de la teología respecto a las racionales, por la sublimidad de su fuente y de su objeto de estudio: Dios. Aunque señaló que la razón era muy limitada para conocer a Dios, ello no le impidió mostrar que la filosofía era un modo de conocimiento plenamente autónomo de hallar conocimientos verdaderos:
En primer lugar porque no contradice a la teología, así lo dice:
"Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado por Dios. Luego como sólamente lo falso es contrario a lo verdadero, como claramente prueban sus mismas definiciones, no hay posibilidad de que los principios racionales sean contrarios a la verdad de la fe 9 "
En segundo lugar, porque es la herramienta natural del hombre para conocer el mundo y el Aquinate, como se ha visto, considera imposible pensar en la falsedad de la razón por lo connatural que no es. No obstante, Tomás señalaba que si se llegaba a una contradicción real y no aparente entre una conclusión de fe y otra racional, la errónea sería la de razón ya que Dios es infalible. Un ejemplo de contradicción aparente sería la cuestión de la Trinidad:
Tomás, por razón, señala que "Dios es simple", y, por fe, que es "trino", pero para ser trino (Que no triple) hace falta ser uno, es decir simple, por lo que fe y razón no se contradicen, sólo que la fe es más elevada.
Ontología
Tomás, como máximo exponente de la figura de Aristóteles, tiene en el "ser" el punto de partida de su esquema del pensamiento. El Aquinate comienza su ciencia en el ente o cosa, en el principio de "lo que hay", y distingue entre ente lógico (meramente pensado) y ente existente.
Ahí introduce su innovadora distinción entre esencia y existencia. Ya que podemos realizar la esencia de un objeto, independientemente de que exista, hay que concluir que ambos son principios diferentes y Tomás asocia la esencia con la potencia aristotélica y la existencia, por ser más real, como acto; en esta idependencia de la existencia respecto a la esencia radica la cuestión de la contingencia de los objetos. El Aquinate menciona también el caso de Dios, que es plenamente subsistente no-contingente luego su existencia se encuentra en su esencia, ambos son un mismo principio.
La siguiente innovación radica en las propiedades inherentes del ser, o trascendentales, que son tres:
-Unidad: Un ente, por Principio de no contradicción es una realidad simple, es decir, incontradictoria. Esto enlaza con lo que dijo Aristóteles:
"El Ser y el Uno son la misma cosa 10 "
-Verdad: Se dice aquí que todo ente es inteligible, que cualquier ente cabe de ser pensado. La verdad sería pues la propiedad de cognoscibilidad del ente, cosa afirmada por Agustín de Hipona y reforzada por Tomás en su definición: "adecuación entre la cosa y el intelecto".
-Bondad: Ya que el mal, por ser mera corrupción, no existe como tal, como ente, no hay ente que sea "malo", así pues, todo ente es bueno.
La ontología de Tomás no es, pues, una metafísica de las esencias y de las categorías como venía siendo tiempo atrás sino de algo aún más profundo: del "ser" mismo 11 lo cual conlleva un punto de vista más real y optimista.
Conocimiento
La teoría del conocimiento de Tomás de Aquino es un rescate de la defendida por Aristóteles. Para ambos el entendimiento toma los atributos genéricos de los objetos del exterior (Percibidos a través de impresiones
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