Viaje Adentrp
Jackelineflorez1 de Junio de 2014
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Viaje Adentro
El maestro Ernesto Sábato narra de manera magistral en su libro Sobre héroes y tumbas, un viaje a las profundidades del ser, un viaje que si bien más corto y quizás menos intenso, todos hemos hecho en algún momento a través del subconsciente. Como lo hace Fernando Vidal, personaje principal en el capítulo Informe sobre ciegos.
Desde siempre hemos estado en busca de respuestas que definan al hombre, que le den una razón de ser, una explicación a su existencia. Hoy a través de distintas expresiones tanto míticas, artísticas, filosóficas y científicas, llegamos a vagas respuestas, y digo vagas no porque les de poco valor sino porque si bien son respuestas fundamentadas y argumentadas, su verdad es relativa, dadas las concepciones individualizadas que tenemos acerca del mundo, lo pintamos con matices distintos ya que tenemos experiencias del mundo distintas, o dicho en palabras de Fernando Vidal: “atravesamos una metamorfosis… el Yo se forma a partir de recuerdos, sentimientos, ideas…”
Efectivamente las concepciones del mundo se particularizan con la experiencia, y por tanto las expectativas también, todos los hombres tienen deseos particulares, aunque en ello hace énfasis Ernesto Sábato en su ensayo titulado Resistencia, cuando critica fuertemente esta sociedad de autómatas, en la que el hombre no se mantiene humano sino que se transforma en una máquina, una máquina a la que se le pueden precargar rutas y pautas a seguir en su funcionamiento cotidiano. Aunque suene contradictorio y ambiguo en una verdad que intentamos ignorar, que queremos ocultar.
A partir de lo anterior podemos decir que hay dos clases de individuos, o más bien dos estados del individuo, uno en el que impera el Yo y con él toda las particularidades que lo conforman, y otro en el que el individuo acciona automáticamente no siendo más que un eslabón en medio de la gran industria. No quiero decir que la humanidad se fraccione en dos mitades que actúan distinto, sino que se transita en medio, y uno de los dos impera sobre el otro.
Las expectativas cambian dependiendo de qué estado impere, pues los sueños, deseos y anhelos son distintos. El autómata generalmente forja ideales que no son alcanzables, que están por encima de sus posibilidades y que en casi todos los casos son infundados por el propio sistema del que es solo un engranaje más; así los medios de comunicación le venden sueños y estos ya no son tan particulares, sino predecibles y generalmente materiales.
Por el contrario si no tuviéramos esa precarga mental de encontrar la felicidad en lo material, seríamos más sinceros, más sensibles y nuestros deseos serían distintos, pues los valores que le damos a las cosas cambiarían, ya no encontraríamos la felicidad paseándonos llenos de bolsas con artículos recién comprados por el hall de un centro comercial, sino en la caricia suave y cálida que prodigamos o nos prodigan, ya no sonreiríamos artificiosamente al ver el brillo de una joya sino que nos conmovería en corazón y llenaría de regocijo ver con al lado de esa persona especial una noche llena de estrellas.
Algunos dirían que es algo romántico, pero es real, más real que los valores que diariamente cambian cientos de veces en el mercado bursátil de Nueva York.
Esa búsqueda de la que hablaba al inicio es la que hace Fernando Vidal, se busca a sí mismo, se busca en lo más profundo de sus miedos, de sus traumas, de sus recuerdos. Se busca y no se encuentra solo a sí mismo, sino que encuentra adentro los males que otros también padecen, algunas de las enfermedades de la humanidad de hoy.
Todos estamos contagiados, del automatismo, de la perdida de la particularización de los sueños, del ensimismamiento que lleva al caos, de la competitividad que hoy es regla de oro. Y el Maestro Sabater lo desvela una y otra vez en las dos producciones literarias
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