Voluntad General

Voluntad General

El término “voluntad general” fue acuñado por el filósofo francés Jean Jacques Rousseau, y se refiere al conjunto de voluntades individuales, en el marco de un contrato social que vincula a los ciudadanos. Es decir, los individuos acceden a ceder sus derecho voluntariamente para ser gobernados por alguien de su elección. A cambio de esa cesión de derechos voluntaria reciben protección de invasiones, protección sobre su propiedad, y garantías de libre albedrío siempre y cuando no se violen las obligaciones a las que dichos ciudadanos se adhieren cuando acceden al “contrato social”.

Es interesante observar que a pesar de que el ser humano vela por sus propios intereses, y por su bienestar individual, es capaz de expresar su voluntad individual y ponerse de acuerdo con otros individuos con el mismo interés y de esa manera provocar que el interés de cada individuo se convierta en interés general, y por ende el bienestar de cada individuo se convierta en el bienestar general. Porque al fin de al cabo una sociedad sin algún tipo de gobierno que regule las interacciones entre individuos, podría convertirse en una anarquía donde cada individuo puede conducirse según su propia razón sin importar que se violen las distintas convenciones sociales.

Siguiendo la proposición de Rousseau en donde el ser humano se une a la sociedad por la necesidad y los beneficios de la cooperación, se puede decir que sin individuos no hay sociedad por lo cual sin la sociedad, que es un conjunto de individuos quienes voluntariamente se unen y participan en ella, no existiría la voluntad general y por lo tanto no existiría un “contrato social”. En lo mencionado previamente se observan los primeros esbozos de lo que hoy es una realidad, la democracia. El poder reside en el pueblo, la voz del pueblo, el pueblo como el soberano. Pueblo=individuos. Por ende es el pueblo (individuos) quien decide a quien ceder ese derecho de autogobernarse, a un conjunto de individuos quienes regulan esas interacciones entre cada uno de ellos.

En conclusión se puede decir que la voluntad general es sencillamente un conjunto de voces individuales que velan por los beneficios individuales, que por lo tanto se unen para conformar una gran voz que por consecuencias no intencionadas resulta beneficiando a el conjunto de individuos. Por ende la democracia en esencia y conceptualmente es un ganar ganar.

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