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Ambitos De La Edad Moderna


Enviado por   •  27 de Abril de 2013  •  5.911 Palabras (24 Páginas)  •  639 Visitas

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Ambios de la edad moderna La Edad Moderna significó cambios brutales y decisivos en el curso de la historia, y quizás lo más importante fue la aparición del método científico en su forma actual, con la consiguiente crítica a la forma aristotélica (si bien en esencia correcta) de conocer el mundo y objetivarlo, además de la crítica a la cosmovisión teológica. Las instituciones religiosas por definición son contrarias a la revolución copernicana hasta hoy (entendámoslo en un sentido amplio), y se resisten al cambio científico para no perder su posición en la sociedad.

La ampliación del mundo conocido generó nuevos productos y dio origen a los conceptos modernos de imperio, que son económicos y ya no basados estrictamente en la tenencia de la tierra, sino en el intercambio de recursos. Esto facilitó que los comerciantes y mercaderes se fortalecieran paulatinamente y buscaran simular el estilo de vida y los privilegios de la aristocracia (cuyo origen es territorial y guerrero), definiendo lo que conocemos como burguesía, motor de la edad que sigue a la Moderna. El orden político europeo siguió siendo feudal no hasta el siglo XVI, sino hasta muy entrado el siglo XIX (salvo Francia e Inglaterra), si bien el capital adquirió una importancia cada vez mayor desde el descubrimiento de América por Colón hasta las revoluciones sociales entre 1789 y 1848 y la industrial (dentro de la misma época), tras las cuales el capitalismo se coronó como triunfador absoluto.

absolutismo o regimen absolutista

El absolutismo, o regimen absolutista, es una forma de gobierno en la cual el poder del dirigente no está sujeto a ninguna limitación institucional que no sea la ley divina. Es un poder único desde el punto de vista formal, indivisible, inalienable, intranscriptible y libre. Los actos positivos del ejercicio del poder (legislación, administración y jurisdicción) se apoyaron en la última instancia de decisión: la suprema monarquía, emanando de ella, no estando por encima si no por debajo.

En términos kantianos el poder absoluto consiste en que "el soberano del Estado tiene con respecto a sus súbditos solamente derechos y ningún deber (coactivo); el soberano no puede ser sometido a juicio por la violación de una ley que el mismo haya elaborado, ya que está desligado del respeto a la ley popoular (populum legis)".[cita requerida] Según Bobbio, esta definición es compartida por todos los naturalistas como Rosseau o Hobbes.

Abarcó los siglos XVI, XVII, XVIII y la primera mitad del XIX, cuando las revoluciones burguesas de 1820, 1830 y 1848 acabaron con la Restauración del Congreso de Viena. Como excepción a esta caducidad del absolutismo se debe citar al Imperio ruso, donde los zares mantuvieron su práctica hasta la Revolución Bolchevique de 1917.

La teoría del derecho divino del poder real o del absolutismo teológico nació en Francia en el último cuarto del siglo XVI y en el ambiente de las guerras de religión. Aunque en Europa la divinización del monarca nunca llegó tan lejos como en Asia (donde en algunos países se identificaba al rey con el mismo Dios) el rey siempre tuvo cierto poder sobre las iglesias nacionales a través del regalismo.

Economía:

Se imponía una economía mercantilista en donde la riqueza del Estado estaba respaldada por metales preciosos como el oro y la plata. Todas las medidas económicas se centraban sobre todo en garantizar e incrementar los ingresos del Estado, de ahí la necesidad de controlar todos los aspectos, a fin de potenciar al máximo la capacidad recaudatoria del Estado.

La economía estaba tremendamente regulada y sometida al control real, y aun rezumaban privilegios y leyes feudales: exenciones fiscales para la nobleza, el clero, y algunos gremios, monopolios comerciales (Compañías de Indias,...), fundación de manufacturas reales... La sociedad, estamentada, conocía pocas formas de ascenso social, salvo la entrada en el clero o la pertenencia a los grupos de banqueros-mercantes (monopolios) que podían obtener riquezas rápidamente y comprar cargos venales al servicio del rey (nobleza de toga,...).

Este régimen, para poder funcionar y asegurar su continuidad, debía contar con un ejército que apoyara incondicionalmente al rey, para a su vez apoyar y mantener el sistema monárquico en orden y controlar cualquier tipo de revueltas contra éste. Las revueltas dentro de los regímenes absolutistas europeos, aunque hoy en día olvidadas, fueron relativamente comunes. El régimen debía contar con una burocracia, con ministros y funcionarios públicos cuya supervivencia en el cargo dependía únicamente de la voluntad del monarca, y que estaban a cargo del correcto funcionamiento de la Administración, para que así se mantenga el poder monárquico.

Un grupo de embajadores se encargaban de los tratados comerciales, de guerra, y matrimoniales, ya que todos los reyes europeos se casaban entre ellos para asegurar las coronas reales. A partir del fin de la Guerra de los Treinta Años, el concepto de equilibrio de poder dio un nuevo impulso a los ministerios de asuntos exteriores, y las embajadas dejaron de ser enviados informales para adquirir auténtica relevancia dentro de los regímenes absolutistas. La clave para el sostenimiento del régimen era la construcción de un sistema tributario fuerte que pudiera mantener en pie todos los gastos del Estado y del monarca, así como también la flota, el ejército y la burocracia. Sus instrumentos iban desde la recaudación de impuestos directos, indirectos y extraordinarios hasta el establecimiento de Compañías comerciales (Compañías de Indias), o manufacturas reales cuyos beneficios pasaban a engrosar las arcas del estado. En resumen, el objetivo del absolutismo es la concentración del poder del estado y monopolio de la autoridad en la persona del rey.

Derecho divino de los reyes

Luis XIV vestido de Sol.

El Derecho divino de los reyes es una doctrina política y religiosa proveniente del absolutismo político. Como término genérico usado por las ideas que justifican la autoridad y legitimidad de un monarca, la doctrina sostiene extensamente que un rey deriva su derecho a gobernar de la voluntad de la deidad del pueblo que gobierna, y no de ninguna autoridadtemporal, ni siquiera de la voluntad de sus súbditos ni de ningún estamento. Elegido por su deidad, un monarca sólo esresponsable ante él, y sólo debe responder por sus acciones ante Dios. La doctrina implica que la deposición del rey o la restricción del poder y prerrogativas de la corona son actos contrarios a

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