BOGOTAZO: CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DEL ODIO DEL PUEBLO.
Francisco CastellanosEnsayo23 de Mayo de 2016
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Historia Económica
Universidad Nacional de Colombia
BOGOTAZO: CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DEL ODIO DEL PUEBLO.
En el siguiente ensayo buscare darle un vistazo económico al acontecimiento derivado de la muerte del caudillo Jorge Eliécer Gaitán (el 9 de abril de 1948), el Bogotazo. Este trabajo tomará como línea de tiempo el proceso de posicionamiento, muerte y repercusiones del mismo. Esta línea de tiempo puede verse desde el 23 de septiembre de 1945, cuando terminó la convención Gaitanista y cuando el líder liberal Jorge E. Gaitán fue proclamado como representante a la presidencia de Colombia. Como posicionamiento geográfico, nos centraremos en el entorno Bogotano, a pesar de que bien se sabe este acontecimiento se desplazó desde el centro de Colombia a la periferia del país, un enfoque más amplio demandaría un tiempo más prolongado para hacer la debida investigación. También se analizará la muerte de Gaitán el 9 de abril de 1948 y las consecuencias generadas hasta años posteriores. Mediante el avance del ensayo se expondrán los resultados de la investigación y se tratará de dar respuesta a la siguiente pregunta problema: ¿Qué consecuencias económicas tuvo el acontecimiento del Bogotazo, generado por la muerte de Jorge Eliécer Gaitán? y ¿Cuál fue el factor principal?
En la primera parte de este ensayo vamos a abordar el entorno y las características sociales que enmarcaron a Bogotá en la década de los 40, donde se regía un poder oligarca al pueblo Colombiano, y también se comentará el ascenso y posicionamiento de Gaitán en los altos cargos de la administración colombiana. En segunda instancia se criticara los efectos de la IX Cumbre Panamericana en la economía Bogotana, también se comenta en esta segunda parte el acontecimiento de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y las reacciones de la comunidad a dicho magnicidio. Y para finalizar, en la tercera parte se hará el debido análisis y se responderá la pregunta anteriormente mencionada.
Siguiendo el esbozo anteriormente mencionado, daremos una breve introducción al entorno y la expectativas de vida que tenía la población Colombiana en esta década. Colombia se encontraba en un auge económico causado por las consecuencias posteriores de la Segunda Guerra Mundial, entre estas consecuencias estuvo el aumento del precio del café de quince y veinte centavos la libra en 1941 y 1946 a cincuenta centavos en 1950 (Henderson,1965); estimulando la economía y favoreciendo a la industria Colombiana, además de los beneficios captados por la prosperidad de la zona cafetera también es de destacar que en este periodo fue implementado el modelo de Industrialización por Sustitución de Importación (ISI), que dio más plusvalía a las empresas emergentes de dicha etapa en la historia colombiana. (Garay, 1998). A pesar que esto representa un aumento en el Producto Interno Bruto (PIB) y por ende un aumento en la riqueza Colombiana, la renta generada por dichos procesos no era bien distribuida, además de que el gobierno tenía como objetivo la “buena imagen” delante de los demás países participantes en la IX Conferencia Panamericana , que se realizó el año 1948, esta “buena imagen” significaba un fuerte desvío del gasto público a la reconstrucción y preparación estética de zonas que aportaron poco a la calidad de vida de la población, que en ese entonces 41.7 % de los 300.000 habitantes de Bogotá eran “clase baja” (ver el estudio de caso “Impacto de “El Bogotazo” en las actividades residenciales y los servicios de alto rango en el centro histórico de Bogotá”); sin contar las limpiezas sociales efectuadas por la policía. Esta desigualdad en la redistribución de la renta se puede observar en distintos textos, obras y noticias desarrollados a lo largo de la década de los 50, una de estas obras donde se esboza la realidad Bogotana respecto a la calidad de vida durante el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, es en el “Día del Odio” escrito por J. A. Osorio Lizarazo en 1952, donde se describe la decadencia en la cual vivían gran parte de la población residente en Bogotá, es de destacar el capítulo VIII de la página 95 en el cual se hace una descripción bastante elaborada de cómo funciona el comercio en ese entonces, además a lo largo del libro se puede ver el abuso de la policía, la precaria vida que tenía que llevar la comunidad y las posibilidades que ofrecía la sociedad de ese entonces; esta descripción refleja que el comercio giraba en torno a una plaza donde los campesinos vendían sus productos, los pequeños negociantes promocionaban sus productos escasos, los pregoneros ofrecían sus ungüentos, y vagos, cargueros, ladrones, prostitutas, es decir la “escoria” social, se movían con intención de ganar algo. Estos sujetos vivían en una precaria situación, donde los más afortunados sin ser llegar a ser comerciantes (los nuevos proletarios), contaban con zapatos, unos pocos con alpargatas, y muchos iban descalzos, escasamente tenían unas mudas bastantes remendadas y su alimentación constituía de cacao en agua o agua de panela y un pedazo de pan, eso sí, las chicherías no podían faltar para amenguar la desdicha del asalariado. Esto era acompañado con una precaución exagerada con la fuerza extralimitada de la policía, una vez catalogado como ratero o prostituta no tenían posibilidad social de una segunda oportunidad. Todas estas circunstancias junto con un desdén, una prepotencia y un abuso por parte de la sociedad más acomodada, que poseía como herramienta a la policía que influida por esta “elite”, producían abusos (en el marco de la preparación del IX Conferencia Panamericana) que culminaron , según J. A. Osorio Lizarazo, en un odio, sentimiento que preocupaba a la nueva clase alta, tal y como lo dice Osorio, “Cada uno de sus individuos puede ser cobarde y ruin ; pero la violencia del conjunto es aterradora. La sociedad, estructurada sobre el privilegio y la desigualdad de las clases o de los individuos, le teme y procura aislar, o, mejor aún, domar”, ya que este odio puede llegar a ser una amenaza a dicha jerarquía social, si se le imprime un espíritu revolucionario.
Como ya es evidente, al tratar de dar un breve marco es necesario expandirse lo necesario, aunque la intención ha sido, desde un principio, hacerlo de la manera más breve y eficaz. A continuación, comenzaremos a abordar la contextualización necesaria para el entendimiento de la ascensión de Gaitán a la posición de representante de los liberales a la presidencia de Colombia.
Según Sharpless (1978), Jorge Eliécer Gaitán Ayala nació en el barrio Las Cruces el día 23 de enero en el 1898 de Bogotá y murió el 9 abril de 1948 en Bogotá. Nació en el vientre de una familia humilde pero a pesar de esto curso en colegios de liberales acomodados, culminó su educación superior en el colegio Martín Restrepo Mejía. En el año 1924 se graduó como abogado de la Universidad Nacional de Colombia. Su activa participación en acontecimientos políticos y culturales le permitió lanzar su candidatura y participar de la Asamblea de Cundinamarca del 1924 al 1925, posteriormente fue elegido como diputado, tuvo inconvenientes a la hora de comenzar a laborar por su condición social, pero al destacar por su calidad, fue reconocido en su ambiente laboral. Este empuje laboral, le facilitó el viaje posterior a Italia a estudiar en la Real Universidad de Roma dirigida por Enrico Ferri donde se tituló como Doctor en jurisprudencia. En marzo, Gaitán fue elegido a la Cámara de Representantes.
Según el mismo autor, al regresar a Bogotá, después de haber ido a las bananeras, encabezó una denuncia de los acontecimientos y masacres realizados en esta zona. Esta acción le aportó a Gaitán un favoritismo del pueblo, asegurando un lugar en los puestos del liberalismo. En 1931 fue presidente de la Cámara de Representantes y presidente de la Dirección Nacional Liberal. Después de haber luchado con los liberales en contra de las políticas de presidente Olaya Herrera, sintió que el partido Liberal no era lo que esperaba, y decepcionado se retiró de dicho partido en 1933. Junto con Carlos Arango Vélez, Gaitán fundó la Unión Nacional Izquierdista Revolucionario (UNIR), lastimosamente fue fuertemente atacada por los conservadores acompañados de la policía, y los liberales, acabando con acontecimientos fatales. Gaitán retorno al liberalismo en 1935, en el año siguiente fue alcalde de Bogotá. Ahora tocamos el tema que es de nuestro interés, el periodo de la década de los 40. En 1940 Gaitán reapareció en la vida pública, en el puesto de ministro de educación, durante el mandato de Eduardo Santos, aunque su permanencia fue breve, durante este periodo atendió problemas como el analfabetismo y la democratización de la educación y la cultura. A si mismo ocupó los cargos de presidente del senado, senador del departamento de Nariño y ministro de trabajo.
Dentro del partido liberal, Gaitán construyó uno de los más icónicos legados que pudo dejar, el movimiento Gaitanista, que se convirtió en su mayor fuente estimulante en la campaña. Al iniciar la campaña, bajo la consigna "Por la Restauración moral y Democrática de la República”, pretendía establecer políticas con tendencia al socialismo anti-oligárquicas, que estaban en contra de las políticas liberales y conservadoras. Durante esta campaña se desarrolló la conferencia Gaitanista en el periodo de
Mayo de 1944 a septiembre 23 de 1945 (Sharpless, 1978) donde se hizo más firme el sequito y obtuvo la denominación de candidato del pueblo con discursos como:
"El pueblo está separado
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