Crisis De Fiscalidad Colonial

“la crisis de fiscalidad colonial” desde el primer viaje de colon, la corona española impuso una fuerte presencia fiscal en Hispanoamérica, donde los reyes católicos y sus sucesores tuvieron problemas para aplicar un sistema de impuestos uniforme que funcionaria de manera igualitaria.

Los ingresos de los minuetos coloniales enviados a España pagaban parte de los costes e la guerra en Europa, el mantenimiento de la corte, y la construcción de palacios y convento a demás del apoyo de las actividades eclesiásticas y caritativas en la península.

A medida que España extendía control sobre las indias, la Corona iba estableciendo cajas en las ciudades portuarias más importantes, en zonas mineras, en los centros administrativo-comerciales regionales y en las avanzadas militares. Los dos funcionarios más importantes de las cajas eran el contador y el tesorero, ambos oficiales reales.

El contador anotaba todas las recaudaciones y los desembolsos en dos libros diferentes, un libro manual donde se encontraban todas las entradas a diario, y un libro mayor reservado a la categoría fiscal.

En Nueva España había 23 cajas, así como otras tesorerías de menor importancia. Así mismo la tesorería de la Ciudad de México era la más importante desde el punto de vista financiero. El siglo XVIII fue una época de crecimiento económico y demográfico en las indias españolas principalmente por el aumento en la producción de metales preciosos.

Para la década de XIX la recolección tributaria apenas alcanzaba para financiar una tercera parte de la metrópoli, y todo esto fue por mala administración y abuso del poder en la colonia. Ya que los ascendatarios y encargados fueron creando deudas que con el tiempo no pudieron pagar.

Con una guerra que interrumpía el comercio y la minería con lo nuevos impuestos que reducían los beneficios, no quedaba a esta mucho que aportar al fisco real. En Nueva España y Perú hay certeza acerca de un cris fiscal.

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