ENRIQUE GALVÁN OCHOA

política entenderemos solamente la dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad política, aplicable en nuestro tiempo al estado. Dicho Estado sólo se puede definir sociológicamente por referencia a un medio específico que él, como toda asociación política, posee: la violencia física. Según Trotsky en Brest-Litowsk digo que Todo Estado está fundado en la violencia, Objetivamente esto es cierto.

Si solamente existieran configuraciones sociales que ignorasen el medio de la violencia, habría desaparecido el concepto de Estado y se habría instaurado lo que, en este sentido específico, llamaríamos anarquía. El Estado es la única fuente del derecho a la violencia. Dinero

Izquierda y derecha contra pacto Pemex-Sacyr

Dólar a $13.67

El concurso de plazas docentes

ENRIQUE GALVÁN OCHOA

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epudia la derecha española presencia de Pemex en Repsol, dice el título de la nota informativa que escribió para la edición de ayer de La Jornada nuestro corresponsal en Madrid, el inteligente periodista Armando G. Tejeda. Ya antes nuestro diario había publicado que el ex presidente socialista de España, Felipe González, se había pronunciado en contra del enmarañado negocio. Eso significa que tanto la izquierda como la derecha hispanas comparten la misma posición. Desafortunadamente esa unidad de propósitos no la tuvieron la derecha y la izquierda mexicanas cuando fue entregado al extranjero el sector financiero nacional, primero por Zedillo y luego por el servil y antinacionalista Fox. Tejeda –¡saludos, Armando!– agrega en su información que la máxima autoridad de la derecha española en asuntos económicos y empresariales, Cristóbal Montoro, fijó con nitidez la postura de su formación política, el Partido Popular, en la operación orquestada por Pemex y la constructora Sacyr para controlar la dirección de la multinacional Repsol. Y ésta es: “No nos gustan las empresas públicas extranjeras –como Pemex– que entran en empresas españolas”. Advirtió que un cambio de tal envergadura en el sector no se puede acometer en el final de la legislatura y que se debería esperar a la formación del nuevo gobierno tras las elecciones presidenciales del próximo 20 de noviembre, en las que el PP tiene amplia ventaja en las encuestas. Pero eso es algo que concierne al reino de España. A nosotros, como mexicanos, nos importa que el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, haya involucrado a la petrolera en la pugna empresarial entre Repsol y Sacyr; que sin autorización del consejo de administración haya concertado un préstamo millonario para comprar un paquete de acciones en Repsol, cuando ya tenía una presencia significativa y no necesitaba una mayor. Lo que a un sector importante de mexicanos incomoda es que Suárez Coppel actúe como el típico candil de la calle y oscuridad en su casa: anda queriendo ayudar a los españoles a resolver sus problemas energéticos cuando a nuestros consumidores cada mes les sube el precio de la gasolina y el gas, porque no ha sido capaz de construir una nueva refinería, vamos, ni siquiera ha podido comenzar formalmente la de Hidalgo. Ayer se jugó otro episodio en Madrid, cuando el consejo de administración de Repsol hizo un exhorto a Sacyr y Pemex para que desistan de su alianza y de su intentona de tomar por asalto el control de la empresa.

No cede la especulación

Ayer el dólar cerró a $13.67. Parece que no será tan fácil que vuelva a la escala de los 12 pesos, y menos a la de 11, como optimistamente auguró el gobernador del Banco de México,

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