Independencia de las trece colonias. Este acontecimiento ocurrió entre los años de 1775 y 1783

Independencia de las Trece colonias

Este acontecimiento ocurrió entre los años de 1775 y 1783, suscitado entre las trece colonias británicas y Gran Bretaña como respuesta a las inconformidades dadas entre los habitantes americanos y el rey Jorge III por las imposiciones económicas y políticas de este, entre ellas la Proclamación del rey en 1763, en donde se prohibía la concesión de tierras o establecimiento de poblaciones más allá de las montañas.

Inglaterra fue inteligente al consolidar un imperio tan grande y abastecido, cometió el error de sólo enriquecer a la metrópoli, pues las colonias estaban condicionadas a estar bajo el control absoluto de esta, ya que cualquier mercancía procedente de Europa o Asia debía pasar primero por Inglaterra y ser reembarcada para evitar el comercio directo con otros países.

Aunado a lo anterior, los colonos estaban forzados a comprar productos terminados ingleses, pues aunque ellos podían fabricar, por ejemplo, gorros o artículos de lana, debían mandar la materia prima y comprar los productos ya hechos, lo cual obviamente resultaba más caro.

También se estipulo un Acta de Navegación en la cual las mercancías coloniales debían ser transportadas sólo en buques ingleses o coloniales y comandados por ingleses.

Todo lo anterior significó para las colonias una brutal represión para enriquecer a la metrópoli, que Inglaterra no dimensionó y que en años posteriores significaría la pérdida de sus colonias.

Pero pese a ese descontento que los unía cabe mencionar que las trece colonias no eran un territorio edificado, sino que ellas se consideraban a cada una como un país independiente del otro, pues discutían por límites fronterizos o por intereses comerciales.

La Guerra de los Siete Años librada entre Francia e Inglaterra supuso mayores ingresos para los colonos norteamericanos, pues podían contrabandear mercancías con franceses a elevados precios debido a la urgencia y las condiciones en las que se encontraban de abastecer a todo el ejército y de suministrar también mercancías a el ejército inglés, por lo que muchos de la noche a la mañana consolidaron una buena cantidad de dinero.

Pero tras el fin de la Guerra de los Siete Años la bajada tan súbita de los precios de mercancías afecto considerablemente el comercio colonial, pues se quedaban con mercancías, sumado además a la ley que prohibía el paso hacia el oeste.

Fue en 1764 que el Parlamento decidió ponerle fin al contrabando, por lo que decidieron proclamar el Acta del Azúcar, en el cual se dictaminaron impuestos sobre sedas, cafés y vinos, además de multas para aquellos que contrabandearan mercancías y recompensas a quien brindara información y cumpliera cabalmente con sus funciones, el Parlamento estaba decidido a finalizar esto y a refirmar su poder.

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