LOS MERCENARIOS
kamilosilva12325 de Abril de 2015
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La herencia de Matilde Arcángelº
Matilde Arcángel, la mujer de Euremio Cedillo, tuvo la desgracia de morir al desbocarse un caballo, el día del bautizo de su hijo. Euremio culpa del suceso al recién nacido, pues con su llanto debió espantar al caballo. Euremio, por tanto, odia desde ese día a su hijo. Se desentiende de él hasta el punto de ir vendiendo, poco a poco, su patrimonio para consumir el dinero en bebidas y dejar así desheredado a su hijo. Euremio hijo creció, a pesar de todo, apoyado en la piedad de otras personas; gustaba de tocar la flauta mientras el padre dormía la borrachera. Un día atravesaron el pueblo unos revoltosos y Euremio hijo se fue con ellos. Detrás llegaron las tropas del gobierno a las que Euremio padre se unió para perseguir a su hijo. Días después regresan los forajidos derrotados. Detrás viene el jóven Euremio, a caballo, tocando la flauta y portando el cuerpo muerto de su padre.
(El narrador en primera persona del cuento es el compadre de Euremio quien estaba comprometido con Matilde y fue dejado por ella a causa de Euremio.)
Anacleto Moronesº
Lucas Lucatero cuenta en tono muy humorístico cómo diez feas mujeres viejas vinieron a su casa para pedirle que atestigüe que su suegro, Anacleto Morones, fue un santo. Quieren que se le canonice. Pero Lucas Lucatero les dice que fue todo menos un santo. Según él fue un embustero, tenía relaciones sexuales con todas las mujeres del pueblo y hasta con su propia hija, quien se quedó encinta de él. Enfadadas por tal blasfemia las mujeres se van una tras una, excepto la vieja Francisca quien se queda para pasar la noche con Lucas Lucatero y, sin saberlo, lo ayuda a amontonar piedras en la sepultura de Anacleto Morones. Pues éste, al salir de la cárcel, fue a buscar a su yerno y le exigió que le devolviera sus propiedades. Pero Lucas se lo negó, lo mató y lo enterró en el corral. A la mañana siguiente, Francisca le reprocha no que no fue nada cariñosa con ella mientras que “El Niño Anacleto. Él sí que sabía hacer el amor.”
Paso del Norte
El cuento consta principalmente de un dialógo entre hijo y padre, cuya relación es pésima. El hijo le pide al padre que cuide de su familia mientras él pasa la frontera para ganarse un poco de dinero. Informa al padre que allí donde viven ya no pueden ganarse la vida reprochándole al mismo tiempo que nunca se ocupara de él. El padre, a su vez, está amargado porque se le murieron su mujer y su hija así que desde que el hijo lo dejó se siente extremadamente solo.
En la segunda parte, introducida brevemente por un narrador en tercera persona, el lector se entera del fracaso del hijo. Al pasar el río, él y sus compañeros fueron agredidos (supuestamente por los apaches) y el hijo fue el único que pudo salvarse del tiroteo.
De vuelta en casa del padre, el hijo le relata lo que pasó pero no cosecha más que reproches. Además, el padre le informa que su mujer le abandonó con un arriero y le exige el dinero que gastó en sus hijos (ya liquidó su casa para este fin). Desilusionado el hijo se va en busca de su mujer.
Valoración final
En líneas generales los cuentos dan a conocer un mundo hostil, árido, amargo. Por todos lados aparecen tierras duras, aldeas vacías, injusticias, miserias, crímenes, muertes, sensualidad, venganzas, odios, supersticiones, degradaciones...: un mundo desesperado y violento, presidido por el hambre, la soledad y la muerte.
Algunas técnicas narrativas que emplea Rulfo son: focalización interior de los sucesos (muchos cuentos se narran en primera persona), ruptura del desarrollo cronológico, uso del diálogo o monólogo dirigido muchas veces a un testigo-oyente, que no aparece explícitamente, estilo escueto, repitición de ciertas frases claves, tiempo paralítico
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